Lentejas de vigilia

   

      Las lentejas de vigilia las hago, básicamente, igual que las otras. La diferencia es que, en vez de tocino y chorizo, les pongo zanahoria en cuadraditos, una cebolla y un tomate, que se deshacen durante la cocción, si no, los paso o los chafo en un plato con un tenedor y los vuelvo a añadir. Se les puede poner pimiento, pero a mí no me encanta, me parece que "sabe" mucho. Después les añado la ajada, hacia el final de la cocción, igual que a las otras. Las acompaño siempre con arroz en blanco. Ya sabéis como lo hago y también que legumbres con cereales son proteínas vegetales de gran calidad. Deben ir juntos. El problema de las lentejas, a la hora de hacerlas, creo que es la proporción de agua y lentejas. Que no queden ni muy espesas ni muy líquidas. Para mí son plato de cuchara. En casa hay cierto desacuerdo en cuanto a la "espesura" de las lentejas. Hay quien dice que es suficiente con que el agua de cocción esté tres o cuatro dedos por encima de las lentejas. Yo lo hago un poco a ojo y no siempre acierto... En el libro de la marquesa de Parabere encontré una referencia muy cómoda: para medio kilo de lentejas, dos litros escasos de agua fría. Si lo recordáis, os puede ser útil. (Esta vez espero que no se me olvide).

     Cuando hago un potaje de plato único, suelo poner de postre queso y membrillo. Me gusta más cuando el membrillo es casero pero hoy puse dulce de manzana de Mercadona.