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viernes, 25 de mayo de 2018

Curry de pavo con hortalizas


   Hoy, ya era hora, os traigo una propuesta muy fácil y bastante ligera. Me dio la idea mi amiga Pepa. Es un pavo al curry pero, en vez de hacer un guisito, lo hacemos a la plancha. Me gustó mucho por lo inmediato y porque, además, queda la mar de rico tanto para tomar así como para rellenar tortas, bocatas, sándwiches. Es además una receta bastante ligera, cosa que viene bien porque se acerca el verano. Sí, aunque no hayamos tenido apenas primavera. 

   Ingredientes:
Medio kilo de pechuga de pavo en tiras 
Una cucharada de curry
Una cucharada de aceite
Sal

   Para el revuelto de hortalizas:
Un puñado de ajetes
Un puñado de trigueros
300grs de champiñones
Aceite, sal y pimienta


   Si compramos el pavo fileteado, tenemos que cortar los filetes en tiras más o menos finas. Al gusto. Lo de escoger pechuga de pavo se debe a que es magra, sin nada de grasa. En un cuenco ponemos las tiras, el curry y el aceite y removemos bien. Dejamos en la nevera unas horas. Sólo tenemos que cocinar la carne en una sartén pintada de aceite hasta que esté bien dorada. Salamos al gusto.    

   El revuelto, ya os imagináis: limpiamos y cortamos las hortalizas. Ponemos en la sartén -otra sartén- con aceite caliente, empezando por los trigueros y ajetes, que tardan más, y añadiendo los champiñones unos minutos después. Dejamos que se dore todo a fuego medio-alto moviendo las hortalizas, preferiblemente en el aire. Salpimentamos y servimos con el pavo. Bueno, es una guarnición rica para cualquier cosa. 

   Hubo quien le puso salsa de yogur pero pienso que no le hacía ninguna falta. En casa, los delgados rellenaron tortitas de tipo mejicano ligeramente doradas. Os digo que les encantó a todos. Así, sin acompañamientos engordantes, es un plato ligero y razonable. 



   Sigo teniendo ciertos problemas para publicar a pesar de que no me faltan ideas... No obstante, no os preocupéis, seguiré escribiendo cuando buenamente pueda. Me lo tomo con más tranquilidad pero disfruto más de otras cosas. Todo tiene su lado bueno. Os deseo un muy feliz fin de semana. Mayo va terminando.

lunes, 14 de mayo de 2018

Bizcocho de con chocolate y naranja



   Queridos amigos, por fin puedo volver a publicar. Llevo una temporada complicada. O no estoy en casa... o el ordenador está ocupado. Os digo que parece mentira. Sigo cocinando, haciendo unas cosas y otras, pero no acabo de encontrar el momento de sentarme a escribir. Hoy me han dejado el ordenador y, según terminamos de comer, aprovecho para subiros este bizcocho de yogur, sencillo y rico que hice el viernes. ¿Qué necesitamos?

3 huevos
Un yogur
2 medidas de azúcar 
3 medidas de harina (dos de trigo y una de maíz)
Una medida de aceite
3 cucharilla de royal
La rayadura de una naranja
Una cucharadita de chocolate en polvo Valor
Pepitas de chocolate
Una pizca de sal


   Creo que no he olvidado nada... Empezamos batiendo los huevos con el azúcar y la pizca de sal. Hasta que doblen su tamaño y estén bien espumosos. Después vamos añadiendo el yogur, la medida de aceite (yo pongo media de aceite y media de leche), y batimos con las varillas al mínimo de potencia. También podemos poner ya la ralladura. 

   Unimos en un cuenco harina y levadura royal y pasamos a la masa con un colador para que no haya grumos. Mezclamo con espátula. Si veis que hay algún grumito, varillas otra vez al mínimo. No pasa nada porque el bizcocho de yogur es así de fácil. Ponemos también las pepitas de chocolate y removemos.


   Pasamos las tres cuartas partes de la masa (a ojímetro) a un molde untado de mantequilla y, a lo que nos sobra, le añadimos la cucharadita de chocolate Valor y removemos. Esta mezcla chocolateada la vamos poniendo en circulo sobre la masa que está en el molde, en la zona central. Yo lo he hecho sin pensarlo mucho y no ha quedado mal. Podéis ver en la foto de abajo que quedó una zona central chocolateada de manera no muy regular. 



   Pues hasta aquí esta receta que combina aroma de naranja y sabor de chocolate con unos huevos caseros muy sabrosos que dieron como resultado un bizcocho de desayuno la mar de bueno. Os recuerdo que se pueden combinar harina de trigo corriente con una medida de harina de maíz amarilla y nos dará un bizcocho más amarillo y más "enxebre", o poner sólo harina normal de trigo. 

   En cuanto a las medidas, os recuerdo que la medida es el vasito del yogur. Yo después de largos años, utilizo una taza y sé que media taza se corresponde con una medida de yogur. En cuanto al azúcar y la harina, porque así no se me pegan al vasito que está húmedo. En fin, que cada uno tiene sus truquitos. Siento estar publicando menos, lo repito una vez más, pero no olvido ni al blog ni a mis lectores. Si tardo un poco, no os preocupéis, siempre volveré en cuanto me sea posible. Feliz tarde a todos.

viernes, 4 de mayo de 2018

Gambones al ajillo



   Hace unos días nos hizo mi marido gambones al ajillo. La verdad es que nos gustan mucho y, al hacerlos en casa, puedes tomar una cantidad mayor por un precio asequible. Se pueden comprar frescos, pelarlos y hacerlos, o bien, comprar un buen puñado de gambones congelados ya pelados. Las colas, claro. Un poco más sabrosos los primeros, pero también más trabajosos. En todo caso, si los compráis pelados, también estarán muy ricos. Los descongelamos bien, mejor en la nevera con calma. Los escurrimos en un colador y los secamos sobre papel de cocina para que no lleven nada de agua. Si los hemos pelado, siendo frescos, no hace falta este secado.

   En una sartén grande, en este caso que eran tantísimos, ponemos un buen chorro de aceite y vamos dorando dos o tres dientes de ajo laminados a fuego medio. La cosa es que el ajo no se queme, que no es rico. Cuando va empezando a coger color añadimos los gambones y una o dos guindillas. Dejamos que se vayan haciendo y, si hace falta, los giramos. Según el aceite que pongamos, puede ser necesario. Lo malo de poner mucho aceite es que te encuentras después con una cantidad de aceite... que no se toma. Yo creo que es mejor poner menos y moverlos. Los gambones tienen que quedar hechos y, por supuesto, hay que salar. Se supone que no llevan sal, pero como es un plato sabrosón, no hace falta exagerar. 



   Es bonito, si no son tantos, hacerlos en una cazuela de barro y llevarlos así a la mesa. Vamos, por lo menos es lo más típico. En nuestro caso, como eran tantos, fueron a la sartén y después a una fuente de servir... Mi marido que es así, exagerado. Lo bueno es que nos tomamos una buena "enchenta" de gambones al ajillo y nos quedamos tan contentos. Espero que os guste esta receta tan sencilla. Es realmente rica y, hecha así, sale muy económica. Si se presenta mono, es un aperitivo muy rico para un día de fiesta. Os pido disculpas porque estoy haciendo, realmente, menos caso al blog. Últimamente me surgen bastantes cosas... y, como se dice en Ferrol: "no doy hecho". Tengo varias recetas para subir y espero ir haciéndolo poco a poco. En mi casa siguen comiendo cada día. Yo les digo que podíamos comer un día sí y uno no pero no les parece. Os deseo a todos muy buenos días y ojalá tengamos un fin de semana soleado. A mí me hace falta. ¡¡Hasta pronto!!