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jueves, 26 de octubre de 2017

Camino del Norte I y II (Ribadeo-Lorenzana-Mondoñedo)


     Tenía pendiente escribir el comienzo de este Camino del Norte que comenzamos hace un año. Llegaba yo de Cartagena, muy ufana, y me encontré que me habían organizado otro Camino de Santiago. No tenía yo intención de hacerlo de momento pero no hubo otra. Para que os hagáis una idea, este Camino viene desde Francia por la Cornisa Cantábrica. Nosotros lo íbamos a comenzar en Ribadeo, Ya sabéis, esa bonita ciudad llena de casas indianas que está al norte de Lugo, donde el Eo separa Asturias de Galicia. Es un lugar precioso que os aconsejo visitar. 

    Bien, pues nosotros no pudimos empezar allí, por motivos familiares, y nos sumamos a medio camino para, al día siguiente alcanzar Lorenzana (Lourenzá en gallego). Allí hay un precioso monasterio con una iglesia increíble que podéis ver en la siguiente foto. Es el monasterio de San Salvador.  Lamentablemente estaba cerrada, suele pasar, pero yo la he visitado en otras ocasiones. Es una joya. 


     Como la jornada se había dividido en dos, pasamos la noche en una casa rural, casa da Penela, en la zona de Mondoñedo, perfectamente rehabilitada y muy bonita. Allí nos dieron una maravillosa cena donde no faltaron los huevos caseros y un delicioso pisto con productos de la huerta. Al día siguiente compramos habas de Lourenzá, con denominación de origen. Las hice unos días después y estaban de llorar de ricas. De esa parte del Camino, no sé que deciros, muy bonito, muy cansado, bastante calor... Yo siempre protesto en las cuestas arriba. Soy "protestante". 



     Y, pasado todo un año, había que recomenzar. Este sábado pasado, detuvimos los coches en Lorenzana y nos pusimos en marcha a través de una senda que se llama "de San Rosendo". Este santo tiene importancia en esta zona. Tiene que ver con los normandos y San Martín Dumiense. Es un camino muy bonito pero no hice fotos. Os digo que me canso tanto de subir y bajar que no tengo ánimo de nada más. Son unos nueve kilómetros de Lorenzana a Mondoñedo que para cualquier persona en forma, no es mi caso, no tienen demasiada dificultad. Con todo... los hice. 



     Ya en Mondoñedo, ¡por fin! nos tomamos una cerveza y los bocadillos. La plaza es preciosa, y la catedral una maravilla. Tiene un tamaño pequeño, para catedral, pero sus proporciones son muy bellas. De comienzo románico, termina siendo una mezcla de varios estilos, como suele pasar. Tiene unas pinturas góticas muy interesantes. Una parte representa la Matanza de los Inocentes. Es curioso porque todos van vestidos estilo medievo y más parece una escena de las Cruzadas. Es una catedral en medio de la nada, que resulta mágica. 


     Detrás de la plaza de la catedral tenemos la plaza del seminario. Está bajo la advocación de Sta. Catalina. La podemos ver en la fachada con su rueda y su palma de martirio. ¿Os acordáis de aquella canción? 


Santa Catalina,

hija de un rey moro,
que mató a su padre
con cuchillo de oro.
No era de oro
ni tampoco plata,
que era un cuchillito
de hojadelata.




     Toda la villa es divina y está muy bien conservada. No hice muchas fotos pero sí me detuve a fotografiar el Barrio dos Muiños (molinos). Es un sitio pintoresco, realmente bonito. A sólo unos minutos de la catedral. Bien, al fondo de estas casas está el puente del Pasatiempo. Esto también tiene que ver con la historia, otra historia. El Mariscal Pardo de Cela había sido condenado a muerte; Su mujer traía un indulto de los Reyes Católicos y en ese puente la entretuvieron de manera que no pudo impedir la muerte de su esposo. Esto está entre la historia y la leyenda pero no deja de ser precioso. 


     Hasta aquí llegamos con este tramo del Camino. Por la tarde marchamos hacia Abadín pero esto os lo contaré otro día. Quedan muchos kilómetros para llegar a Villalba y no sé cuándo los haremos. Nuestros caminos son así... duran meses y años. Lo importante es ir sellando la compostela y, sobre todo, la ilusión de reunirnos y dirigirnos juntos, con mucho esfuerzo, a la siguiente meta. Es la vida misma. Buenos días a todos. 

miércoles, 18 de octubre de 2017

Lentejas todo en crudo

  

   Creo que las lentejas que hasta ahora había publicado en el blog las he hecho siempre añadiendo al final una fritada de cebollita, ajo y pimentón. Esta no es, por supuesto, la única forma de hacerlas. Algunas veces las hago de la manera que yo suelo llamar: "todo en crudo". Vamos a suponer que voy a hacer 350grs de lentejas. Lo que haremos será lavarlas bajo el grifo de agua fría y colarlas. Después las ponemos en una tartera cubiertas con unos 2-3 dedos de agua fría. Añadiremos:

Una cebollita picada
Dos dientes de ajo
Una cucharadita de pimenton agridulce
Dos cucharadas de aceite
Una cucharilla de sal
Carne y hortalizas (al gusto)



     Para que nos aclaremos respecto a la carne y las hortalizas -con el ajo y la cebolla contamos siempre-, podemos añadir un tomate pelado, una zanahoria en daditos, algo de pimiento rojo o verde... En este caso, he puesto sólo pimiento rojo y no mucho, pero esto es a mi gusto. El tomate me encanta pero no lo tenía en casa. Hay a quien le gustan con laurel aunque a mí no me encanta en las lentejas. Por eso digo, un poco al gusto del consumidor. 



     En cuanto a la carne, para un diario suelo poner poca y puede ser un poco de panceta, un chorizo o incluso una morcilla de las de la fabada. Me encantan con morcilla. Y como es una cantidad pequeña, con el sencillo objetivo de que no sobren, no suelo poner el "compango" entero. Por ejemplo ayer, les puse un chorizo cebollero que es algo riquísimo. 

     Pues bien, como he explicado, todo en frío, lo llevamos ebullición y, una vez que hierve, dejamos a fuego suave con la tapa puesta alrededor de hora y media, según el tipo de lentejas y las instrucciones del paquete que no suele mentir. A la hora de servir, picamos la carne, en este caso el chorizo, y acompañamos con arroz en blanco. Esto del arroz tiene su importancia. Llevan poca carne y necesitamos proteínas. Van  salir de esa combinación de la que muchas veces hemos hablado: Cereales y legumbres. Importante. Y que no se nos olvide probar una cucharadita por si necesitan más sal. Vale más rectificar la sal al final que excederse. 



     La carne, chorizo o lo que sea,... se puede poner con las lentejas o en un cuenco aparte si a alguno no le gusta. Yo creo que las lentejas son una de las legumbres más aceptadas por los niños, antes que las habas o los garbanzos, al menos esto me pasaba a mí cuando eran pequeños. Es un plato económico y muy sano, ya sabéis que los veganos toman muchas legumbres por su gran poder alimenticio.Quedan muy ricas y lo bueno que tienen es que no manchamos la sartén de la fritada y, sobre todo, las hacemos de una vez, sin añadidos. Os animo a probarlas. Las legumbres, al menos una vez a la semana, son una gran opción en invierno. Nada más por hoy. Mando un saludo a Noruega desde donde me empiezan a leer más estos últimos días. Buenas tardes a todos. 


viernes, 13 de octubre de 2017

Zamburiñas dos salsas


     Con motivo del día del Pilar, decidí hacer zamburiñas de aperitivo. Son muy ricas y no hace falta tirar la casa por la ventana. Estas son congeladas, vienen más de treinta y se hacen muy fácilmente porque están limpias. Salen por unos veinte euros.

      La primera receta es la clásica que ya hemos hecho otras veces en el blog. Con cebollita, jamoncito, pan rallado... pero he variado un poco poniendo una cucharilla de pimentón agridulce que apenas pica. Necesitamos:

16 zamburiñas
Una cebollita
Dos cucharadas de pan rallado
Jamón picadito
Perejil
Una copita de vino blanco
Una cucharilla de pimentón agridulce (opcional)
Aceite sal y pimienta

     Bien, empezamos descongelando las zamburiñas y dejando que se vaya el agüita que traen. Se pueden secar con papel. En una sartén pochamos la cebolla finamente picada. Añadimos el pan rallado y doramos un poquito. Bajamos el fuego e incorporamos el pimentón, que no debe quemarse. A continuación ponemos el vino y dejamos hervir unos minutos para que pierda acidez -el vino-. Por último ponemos el jamón y el perejil fresco muy picaditos. Probamos y salamos al gusto. Según sea el jamón necesitará más o menos sal. 



     Nos queda una salsa espesita que pondremos sobre cada zamburiña, calculando una cucharada sopera. Que la cubra. Esto lo llevaremos al horno, las zamburiñas cubiertas de salsa, unos 4-6 minutos a horno fuerte modalidad grill. Sólo por arriba basta. 

     Zamburiñas en salsa amarilla:

Esto es fácil también. Es una salsa más ácida y fresca, muy propia para los mariscos. Vamos a necesitar:

16 zamburiñas Aceite, sal y pimienta
Una cucharada de harina
Agua
Una cucharada de brandy
Una cucharada de zumo de limón
Perejil y jamoncito
Colorante alimentario
Un ajito muy picado 

     Comenzamos dorando la harina en el aceite. Un dorado suave como de croquetas. Añadimos el agua, como un vasito, enseguida espesara y debemos dejar hervir para que coja el espesor que buscamos. Salpimentamos, añadimos el brandy y el limón, también el colorante. Ya vemos que va tomando ese aire de salsita ligera que buscamos. Probamos de sal, no es que sepa mucho porque es más bien un aderezo pero tiene que llevar la cantidad de sal adecuada. Una vez que este a nuestro gusto, añadimos el perejil, el jamón y un ajo muy picadito. Damos unas vueltas y probamos por si queremos poner más limón... Yo puse un poco más. Sólo es esto, no mucho jamón y un sabor suave a limón y ajito.



     Repetimos el proceso de cubrir cada zamburiña con una cucharada de salsa. Al horno del mismo modo: Grill fuerte unos 4-6 minutos. Que se doren sin quemarse. 



     Bueno, pues hasta aquí la receta doble. Ha sido arduo pues el wifi juega conmigo al escondite y siempre pierdo yo. La valoración de las dos recetas: Me encantaron las dos. La primera es un clásico y nunca falla, ya sean zamburiñas o vieiras. La segunda, similar a una salsa que hago para el pescado, es muy rica también, más fresquita respetando más el sabor de la zamburiña, pues es más, como dije, un aderezo. Mi marido prefirió la clasica pero ya sabemos que los recuerdos son los recuerdos y el paladar es muy sentimental. El menor de mis hijos prefirió sin dudar la salsa amarilla. Para mí, cualquiera de ellas es muy rica y me parecen tan diferentes que no excluiría ninguna... para variar. 

     Gracias a todos por leerme una vez más... Me cuesta publicar por estas cuestiones técnicas pero no he perdido ni un ápice de ilusión. Os deseo a todos un feliz puente del Pilar. 






viernes, 6 de octubre de 2017

Espinacas en sartén



     Otra vez va el tema de verduras. En casa las espinacas les gustan mucho. Con bechamel es el no-va-más pero hay que variar y no podemos tomar bechamel a cada rato. Tenía un sobre de espinacas que empezaban a decir: cómeme. Así pues las hice en la sartén, un tipo revuelto pero sin huevo porque tenía un segundo plato. 

     Ingredientes:
Una cebolla 
300grs de espinacas frescas
Un puñadito de piñones
Aceite, sal y pimienta

     Lo primero salteé una cebolla en tiras finas en dos cuchadas de aceite. Incorporé un puñadito de piñones y en cuando empezaron a dorarse añadí las espinacas crudas. Parecen muchas pero el calor las desinfla enseguida. Salpimentamos y dejamos unos minutos. Pocos para que no pierdan sus propiedades. Si os gustan las pasas, podéis poner unas pocas. A mí no me quedaban. Como veis, es prácticamente el relleno de los cocarroes. Hablando de cocarroes, el otro día tomamos unos rollitos de primavera con este relleno, eran comprados, y me pareció una idea original y rica. Mezclar distintas tradiciones culinarias puede dar excelentes resultados. 

     Sigo con las espinacas... Lo que hay alrededor son unas batatas fritas tipo chips. Yo creo que le dio un color muy mono al plato y estaban muy ricas, ya sabéis que son dulcitas. Puse de adorno unos dátiles que sí tenía y me encantan. Cuando tomo dátiles pienso que podría vivir en un oasis, aunque probablemente al cabo de unos días echaría papas. 

    Nada más por hoy. Tenemos un día divino y dicen que va a hacer mucho calor el fin de semana. Después ya veremos cómo viene el otoño. De momento es muy agradable. Gracias por leerme a todos. Hoy, por ejemplo he tenido visita desde Hungría. Siempre me hacen ilusión las novedades. Os deseo a todos un feliz fin de semana. 


miércoles, 4 de octubre de 2017

Kale


     La kale, es una col rizada que, por lo visto, les gusta mucho a los famosos. Tiene más calcio que la leche y más hierro que la carne; Tiene también las vitaminas A, C y K; Es anticancerígena y desintoxicante... El la pera limonera en verdura. Hay algunas variedades pero yo sólo he visto esta que compré en Mercadona, limpia y lista para hervir. Es bastante fibrosa, lo cual me hace pensar que aporta también bastante fibra. Las tres bes.  

     Bueno, así por encima, ya veis que es sana. La cosa es que además guste. Yo soy más de hortalizas que de verduras así que decidí ponerla como tomábamos a veces las judías verdes en casa de mis padres. Tampoco soy fan de las judías y era como prefería tomarlas. Es fácil. Cocemos la kale unos diez o doce minutos en agua ligeramente salada. Por otro lado preparamos arroz en blanco y mayonesa. Para terminar, lo tomamos todo junto. A todos nos pareció bien, rica. Tiene un sabor fuertecillo, ligeramente amargo pero así combinada nos gustó. 

     Os animo a probarla porque es muy sana. Se puede tomar también cruda o salteada. Yo, de momento, sólo la he probado así. Cuando la vuelva a hacer os comento. 

     Al parecer procede de Asia menor -por si os preguntáis por su origen- y me faltó decir que aporta muy pocas calorías. Otra opción sería, claro está, hervirla y tomarla con un hilo de aceite de oliva. A mí así no creo que me guste pero es que no soy de estas cosas tan naturales. 

     Pues hasta aquí la entrada de hoy que es muy sencillita. Cuando veo cosas nuevas me gusta contarlas. Yo no la había probado hasta hace unos días. Nada más. Os deseo a todos muy buenas tardes.