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viernes, 29 de abril de 2016

Bacalao a la buena madre




     Hace varios días se me ocurrió hacer bacalao al horno. Compré un lomo de bacalao congelado en su punto de sal. Suele salir rico pero tiene la pega de que no cunde demasiado. Decidí ponerlo con una cama de patatas y cebollas fritas y pintarlo con mayonesa. Creo que esta receta ya salió en el blog porque es un clásico. Viendo que quedaba escaso... Me daba la sensación de que encogía por momentos, recordé que había en la nevera un paquete de gulas. Las hice como siempre: a fuego suave doramos un par de dientes de ajo en láminas, incorporamos una guindilla y las gulas y dejamos hacer a fuego medio un par de minutos. No hace falta decir que esto hay que hacerlo casi al final, cuando el bacalao está dorado.



     En cuando al bacalao: Pelamos dos o tres buenas patatas y las doramos en la freidora cortadas en ruedas, añadimos la cebolla en tiras y que todo se dore. Como veis en las fotos, yo me pasé un poco con el dorado. No importa porque mi horno no quema nada. Pues bien, ponemos las patatas ligeramente saladas en la fuente del horno y las regamos con una copa de vino blanco, colocamos el lomo de bacalao en medio y lo pintamos con mayonesa. Usé mayonesa de bote, lo que me pareció algo chapucero. La metemos en el horno caliente... yo puse 200º y dejamos que el bacalao se dore ¿10-12 minutos? Ya os aviso siempre que mi horno es muy lento. Atención al vuestro y a su "caráter".



     Cuando sacamos el bacalao, lo rodeamos con esas gulas recién hechas, hay que sincronizar, y lo llevamos tal cual a la mesa. Las patatas doradas, mezcladas con las gulas están divinas. Mi hijo mayor me dijo: "¿Cómo se llama este plato?". A lo cual yo respondí: "Bacalao a la buena madre". Él me dijo: "Te lo acabas de inventar"... Pues sí, claro. Esto de poner nombre a los platos es algo complicado. Cuando llegó su hermano a comer me dijo: "¿Y esta receta?, Está buenísima". Pues nada, que les gustó y yo dije: "Pal blo".


     Esta es la historia de mi blog. Si gusta en casa, subo la receta. Si nos parece una vulgaridad (o un asco), no la subo. Para completar el menú, me mandé a mi misma a "freír espárragos", nunca viene mal. Simplemente, limpitos los tallos, sin la parte dura, los ponemos en una sartén con dos cucharadas de aceite bueno y, ya dorados, los salamos con sal de calidad, valga la redundancia. 

     Espero que os guste esta receta tanto como a los de casa. Os deseo a todos un feliz fin de semana y muy buenos días.


lunes, 25 de abril de 2016

Propuestas para crêpes


     Algunas veces me cuesta bastante encontrar nuevas recetas para el blog. Afortunadamente mis amigas son grandes colaboradoras pero, con todo, de vez en cuando me quedo sin ideas y sin ganas. Me da la sensación de que ya he cocinado y comido todo lo que se podía esperar de mí. Hoy mismo estuve a punto de publicar una salsa que ya estaba en el blog desde hace tiempo. Creo que esto es lógico y normal que me pase porque van siendo muchas recetas y varios años.

     La propuesta de hoy no es sino un poco lo mismo. Varias repeticiones de diferentes días. La primera parte sería hacer unos crêpes (ya sabéis que en francés son femeninos) batiendo: Un huevo, una taza de harina, otra de leche, sal y una cucharada de aceite. Una vez batido, dejamos reposar y formamos los crépes en una sartén que no pegue, procuramos que no queden muy gruesos. Aquí va a depender un poco de la harina. Si os parece que la masa está muy espesa, incorporáis a la masa media taza de agua y batís bien. No problem. 



     Una propuesta de relleno es la ensalada marinera. Si recordáis la hacíamos con: Bonito en escabeche, unos palitos de cangrejo, huevo duro, cebolla picadita y mayonesa. Añadir sal y pimienta, una pizca de mostaza, perejil picado,... es cuestión de gustos. 



La bechamel de queso azul la haríamos como siempre, espesita para rellenar (como unas tortillas dormidas) o más fina. Usamos: mantequilla, 25grs de harina, 300ml de leche y 50grs de queso azul. Procedemos como con cualquier béchamel. Doramos antes la harina con la mantequilla y después incorporamos la leche. Que hierva suavemente unos viente minutos. El queso lo añadimos al final. No estaría mal combinarla con pollo, champiñones,... según queramos que sea más o menos "plato". 


     Estoy pendiente de hacer varias recetas de platos peruanos y también alguna tarta que espero salga pronto. Esto de ser bloguera tiende a engordar. Me faltaba por decir que todos encontraron los crêpes francamente ricos con estos rellenos. Muy buenas tardes a todos desde un Ferroliño soleado. 


viernes, 22 de abril de 2016

Choricitos criollos guisados


     El otro día en el supermercado vi unos chorizos criollos pequeñitos y me apetecieron. Dudaba qué hacer con ellos y me decidí a guisarlos con una manzana, un clásico de los guisos de cerdo. Tenía cierto miedo de que me dijeran que no les gustaban así, pero a todos les parecieron muy bien. Os pongo la receta, que es una tontada y que se puede perfectamente hacer con salchichas frescas que son más suaves. 

Ingredientes:
Medio kilo de criollos pequeños
Una cebolla
Un puñado de setas de cardo
Una manzana
Aceite y sal
Vino

     Empezamos dorando los chorizos en una cucharada de aceite -ya son ellos grasitos-, moviéndolos para que cojan color por todos lados. Según están dorados, incorporamos las cebolla y las setas y las dejamos también un ratito. A continuación añadimos la manzana en trozos.

     Damos unas vueltas a la manzana y añadimos un cuarto de vaso de vino de cocinar. Salpimentamos suavemente. Siempre es mejor rectificar al final. 



     Tapamos y dejamos cocer a fuego suave una media hora. 



    Acompañamos con un puré de patatas y una ensalada o con lo que nos parezca oportuno. Es casa se quejaron que que la salsa se había consumido un poco de más, siempre se puede añadir más vino aunque reconozco que yo soy más de revueltos que de guisos salsosos. Yo tenía miedo de que quedasen muy fuertes pero estaban muy ricos y agradables. Nadie protesto. 


    Es un plato facilón de los que se hacen solos y muy barato. No es para tomar mucha cantidad pero el cerdo es lo que tiene... Gusta. Creo que definitivamente voy a pasar a publicar por las tardes pues por las mañanas no acabo de conseguirlo. Buenas tardes y feliz fin de semana. 



miércoles, 20 de abril de 2016

Ajiaco literario


     Nada sabía yo de la comida chinchana -ni de Chincha- hasta que decidí leer La tía Julia y el escribidor. Es curiosa esta historia del joven Marito y de su matrimonio con su tía Julia. Leí estos pasajes casi más por curiosidad cotilla que por interés literario, ¿a qué negarlo? Es el de la boda un relato entretenido que se lee bien, con agrado. El joven menor de edad que se va a casar sin consentimiento de sus padres y todo eso... Lo peculiar del caso es que lo que a mí más me llamó la atención fue el viaje a Chincha y me quedé con el nombre de la Beata Melchorita.

     Esto es lo que más me apasiona de Google y los tiempos modernos, se encuentra prácticamente todo. Leyendo sobre la vida de Melchorita, que dedicó su vida a los pobres y enfermos, supe que sus platos favoritos eran la sopa seca y la carapulcra. Nombres divertidos, ¿verdad? Yo no pensaba hacerlos, ni mucho menos, pero me quedé con la historia

   Unos meses después, en el divertido aniversario de mi prima Pili, me encontré con mi prima segunda Anita y le conté todo este rollo... ¡pobre! Anita viaja mucho y conoce la comida colombiana. Si, ya sé que no es lo mismo que la peruana pero todo tiene cierta cercanía... Ella me habló del ajiaco, para hablar con propiedad: ajiaco bogotano o santafereño. Todos estos nombres me entusiasman. Ya sabéis que ajiacos y sancochos hay en todos esos países americanos y son lo que aquí los guisos y cocidos.

     El ajiaco colombiano lleva pollo y papas, cebolla, ajo, maíz cortado en ruedas,... también se ponen alcaparras y cilantro... Se acompaña con arroz en blanco y aguacate cortado. Tengo que preguntarle a mi prima si puedo subir la foto que me mandó. Al ajiaco se le añaden guascas, Son unas hierbas que se incorporan al cocido al final. Todo esto está contado con cierto desorden porque el wifi está jugando conmigo al perro y al gato... ¡qué paciencia hay que tener! Pues bueno, Anita me ha dado guascas para hacer un ajiaco bogotano. Creo que debo hacerlo. Allí toman guascas como los gallegos grelos... digo yo.

     Deciros que he pasado del Perú a Colombia por azar, pero os recuerdo que dicen los grandes restauradores -cocineros- que la cocina peruana es de las mejores del mundo (del mundo mundial). Yo, aparte del ceviche y la causa limeña no conocía mucho más.

     También aprovecho para comentaros que hace unos meses leí un libro sobre Cuba, Una casa en Amargura, escrito por mi amiga Elisa Vázquez de Gey, en el que se habla del ajiaco cubano, que seguro que algo se parece al bogotano o a cualquiera de los ajiacos que existen (Anita me ha dicho que el original es el bogotano). Este libro os lo recomiendo porque,  además de muy bonito y entretenido, nos enseña muchas cosas que desconocemos sobre la Cuba colonial, la vida de los esclavos, los diferentes grupos sociales de la Habana, las leyes que los regían. Sí, ya sabemos todos que La Habana es Cádiz con más negritos... pero hay más enjundia. Yo misma tengo antepasados cubanos y mi nombre de pila viene de la madre de mi tatarabuela, que se llamaba Ana, vivía en Santiago de Cuba, y nos dejó su nombre a muchas de sus descendientes (no voy a poner descendientas). Por supuesto el nombre tuvo que ir para después volver...

     Pues así me va quedando esta entrada que tiene un cierto desorden. Tener un blog sobre cocina me lleva a hacer unos viajes apasionantes (sin salir de casa) y a fijarme especialmente en el trasfondo gastronómico de los diversos libros que leo. Por supuesto, la mayoría no tiene nada que aportar al mundo de la cocina. Todo lo que leemos nos enseña y nos ayuda, como decía Cervantes: "El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho". Cuanto más conocemos, más queremos saber... La literatura es uno de los viajes más bonitos que podemos emprender en esta vida. Es un viaje que se hace en solitario, que nos aleja de la soledad y nos ayuda a comprender mejor el mundo y a nosotros mismos. Soy un poco pesada, lo sé, pero esto tenía ganas de escribirlo hace tiempo.

lunes, 18 de abril de 2016

Librillos de lomo rellenos


     Esta es una receta que en casa hace mi marido. Es un cocinero paciente, como os he contado, y es muy propia para él. Ya imaginaréis en qué consiste este plato, no obstante, os voy a poner los ingredientes y explicar un poco:

Cinta de lomo cortada en librillos
Jamón serrano o cocido
Queso de barra
Harina, huevo y pan rallado
Perejil, ajo y sal


     Supongo que conocéis lo que se suelen llamar los librillos de lomo: consiste en cortar los bistés de dos en dos, sin separarlos del todo; de esta forma es más fácil rellenarlos aunque no es absolutamente necesario. Si los filetes están cortados bien finos podemos proceder directamente. En caso contrario, puede convenir mazarlos un poco. El jamón y el queso los cortamos en tiras rectangulares acordes al tamaño de los filetes. En casa preferimos jamón serrano -hay que tenerlo en cuenta a la hora de salar- pero puede ser jamón cocido o incluso bacon. Una vez rellenos los filetes, los pasamos por harina, huevo y pan rallado (por este orden). La harina ayuda a que el huevo se fije. En el huevo ponemos una pizca de sal y ajo y perejil picado, si gustan. Una vez empanados, les damos unas palmaditas suaves para que suelten el exceso de pan y no nos manchen mucho el aceite. 

     Los freímos en abundante aceite caliente un par de minutos por cada lado, hasta que estén bien dorados. No tardan por que son finos. Es la variante económica del cachopo y os aseguro que también son deliciosos. 


     Algunas veces los hace uno de mis hijos y les da un toque diferente, más rellenos y más gruesos. Me encantan también. Ya se sabe que cada maestrillo tiene su librillo -en este caso la frase es idónea-. Pues nada más, os animo a hacerlos porque son estupendos y llenan a los jóvenes. Para una reunión informal son geniales. Nada más por hoy, os deseo un feliz comienzo de semana.


sábado, 16 de abril de 2016

Carne picada con berenjenas fritas



     Esta es una receta para fans de las berenjenas. Tenía la opción de hacer una musaka o rellenar berenjenas, lo cual no me apeteció. Decidí cocinar la carne por un lado y freír las berenjenas en pasta. Sí, sé que es menos ligero, no obstante, caí en la tentación. Es una receta sana en el sentido de que es casera y completa, si bien tiene sus calorías... Pero bueno, ¿qué es la vida...? Pues la vida es un frenesí... lleno de calorías. Es lo que hay. Para hacer este plato necesitamos:

Medio kilo de carne picada
Una cebolla
Un puñado de setas
Sal, pimienta, cominos y orégano
Un tomate pelado 

Una o dos berenjenas
Un huevo
Una taza de harina
Una taza de leche
Una cucharada de aceite
Una cucharilla de royal
Sal 
Una pizca de romero


     Casi podríamos decir que es una musaka deconstruida, ahora se usan estas cosas... Lo cuestión es que empezamos dorando la cebolla y las setas cortadas en tiras (o como nos dé la gana). Cuando van estando, incorporamos la carne, dejamos que se dore a fuego medio-alto (a según). Añadimos el tomate cortado (si preferís podéis poner media lata de tomate en trozos que es más cómodo). Salamos y añadimos una pizca de orégano y cominos -esto es variable-. El tomate necesitará una cucharada de azúcar que puede ser moreno o blanco. Ponemos también un chorro de vino de cocina y dejamos hervir a fuego suave una media hora. Vaya... que esté bien guisado.



     Si no queréis usar la batidora para hacer la pasta, lo práctico es poner la harina con el royal y la sal, remover bien y añadir el huevo moviendo con las varillas. Vamos incorporando la leche a poquitos removiendo para impedir los grumos. Ponemos también la cucharada de aceite. 


     Dejamos reposar la pasta y mientras bañamos las berenjenas, cortadas en finas lonchas, en un cuenco de agua con sal. El agua se oscurece y las berenjenas mejoran "el caráter". Después, sólo nos queda lavarlas y escurrirlas para, a continuación, pasarlas por la pasta y freírlas en aceite caliente. Yo he puesto una pizca de romero en la pasta que les va bien (olvidaba decir que en la pasta suelo poner una cucharada de cebolla cruda picadita, le da mucha gracia. 




     El plato, ya veis que es sencillo, rodeamos la carne de berenjenas rebozadas en esta pasta tan rica y las adornamos con queso de cabra. Un menú completito. Os digo que el bocado de berenjena con carne y queso ligeramente fundido -al calor de las frituras- es realmente sabroso. Muuuy rico. Otra vez una publicación sabatina... Los viernes ando algo liada pero no os preocupéis que el blog sigue en marcha aunque vaya más lento. Muy buenos días a todos.




lunes, 11 de abril de 2016

Meigas o rapantes


     Aquí en Ferrol se denominan meigas (brujas en gallego) pero en las Rías Bajas se llaman rapantes. Es un pescado parecido al lenguado, en cuanto a la hechura pero es más barato. Lo corriente es freírlas con sal después de pasarlas por harina. La carne es muy blanca y jugosa. De sabor fino. A mí me rechiflan. A veces traen huevas y también me gustan. Si son para mucha gente es aburrido freírlas y no es un pescado demasiado barato... pocas cosas quedan baratas... Pero es muy rico. Para limpiarlas, lo más fácil es abrirlas a lo largo con la pala de pescado y separar la carne en dos lomos, como medio se ve en la foto de abajo. No hay mucho más que decir. Tiene espinas también a los lados, muy fáciles de sacar. A los niños les suelen gustar mucho y hay variados tamaños. No sé si lo hay en el sur, pero podrían ser nuestras "acedías", que también es un pescado plano y blanco que por Ferrol no se suele ver. Una prima mía las llamaba "anteayeres"... Cosas de la lengua. Como todos los pescados: una ensaladita, una patatita cocida y a correr. Buenos tardes a todos, siento estar siendo poco puntual pero el wifi me está "loqueando". 


sábado, 9 de abril de 2016

Croquetas de zanahoria


      Hace unos días os hablé en otra entrada de la béchamel y las croquetas de zanahorias. Son unas croquetas muy finas, quizás no las más sabrosas, pero tienen una sabor y una textura realmente ricos. A mí me encantan todas las croquetas así que, ¿qué voy a decir? No tengo ahora foto de la béchamel, que os pondré en otro momento, pero sí las de las croquetas ya preparadas. Como son fáciles y baratas, son una opción estupenda para un aperitivo, un segundo o un plato combinado (me gustan mucho los platos combinados)


     Para hacer estas croquetas necesitamos:
Una zanahoria rallada
Un huevo duro
Tres o cuatro quesitos
50grs de harina
Medio litro de leche
Aceite y sal

Huevo y pan rallado

     Creo que no he olvidado nada. Comenzamos dorando a fuego medio la zanahoria. Incorporamos la harina y le damos unas vueltas. Añadimos la leche -yo lo hago en frío- y llevamos a ebullición sin dejar de remover. Debe hervir unos 20 minutos. Salamos y probamos qué tal. A última hora añadimos los quesitos y dejamos un par de minutos que se fundan. Y, finalmente, el huevo duro picado. Se puede variar: A veces no les pongo huevo duro, otras no les pongo los quesitos... Las zanahorias sí que son obligatorias para que sean croquetas de zanahoria. A parte de que el sabor es rico y muy fino, el colorido es precioso. Un naranja suave y cálido. Ya veréis qué ricas son.


     Dejamos enfriar la béchamel, "liamos" las croquetas con las cucharas y las pasamos por huevo y pan rallado. Si os han quedado bien tiernas, freídlas de cuatro en cuatro en aceite bien caliente para que no se abran. Yo las hago a "ojímetro" pero os pongo unas cantidades que son bastante aproximadas. No puedo decir mucho más de estas croquetas. Con un huevo frito y unas patatas son un manjar de... ¿glotones? También se pueden tomar con una ensalada... No hace daño. Ayer no pude publicar así que aquí os queda hoy sábado esta receta. Os la escribo con todo cariño porque yo soy la fan number one de las croquetas. Creo que vale mucho la pena el trabajo que dan. Os deseo un feliz fin de semana a todos. 





jueves, 7 de abril de 2016

Sopa de tortuga




¡Sopa bella! ¡Tan rica y verde!
¡Cómo nos aguarda en caliente cazuela!
¿Quién por tanta delicia
no cedería a su natural inclinación?
¡Sopa de la noche! ¡Hermosa sopa!
¡Sopa de la noche! ¡Hermosa sopa!

¡Hermoooo-sa sooooo-pa!
¡Hermoooo-sa sooooo-pa!

¡Soo-oo-oo-pa de la no-oo-oo-che!
¡Hermosa, hermosísima sopa!

¡Sopa bella! A tu lado,
¿quién desea ni pescado, ni caza, ni
cazuela?
¿Quién no daría cuanto poseyera
por dos perras gordas de bella sopa?
¿Por dos perras gordas de bella sopa?

¡Hermoo-oo-sa soo-oo-pa!
¡Hermoo-oo-sa soo-oo-pa!

¡Soo-ooo-pa de la noo-oo-che!
¡Bella! ¡Hermoo-OOSA SOPAAAA!



     Este poema tan extraño es una canción que encontramos en Alicia en el país de las maravillas. Es un clásico de la literatura inglesa y universal escrito por Lewis Carroll. Hay muchas adaptaciones cinematógráficas y es un libro sorprendente. La canción es una parodia de un poema de Sayles, Estrella vespertina. Lo recita la tortuga artificial, si os digo la verdad, no recuerdo demasiado de este personaje pero hace alusión al triste destino de ser convertida en
 sopa...  

Star of the Evening

Beautiful star in heav'n so bright , 
Softly falls thy silv'ry light, 
As thou movest from earth afar, 
Star of the evening, beautiful star, 
Star of the evening, beautiful star. 
Chorus: 


 Beautiful star,— 
 Beautiful star,— 
 Star of the evening, 
Beautiful, beautiful star. . . . 


Shine on, oh star of love divine, 
And may our soul's affections twine 
Around thee as thou movest afar, 
Star of the twilight, beautiful star.


     No hace falta saber inglés para ver el paralelismo. Si os pongo este poema es porque en Google se encuentra todo y siempre aprendemos algo nuevo. Últimamente he dejado un poco olvidado este apartado poético, realmente, casi nadie lo lee. Esta semana tuvo muchas visitas el poema Rosas y fresas de Campoamor y por eso me he animado a compartir esta "sopa de tortuga". Es extraño porque es una parodia y quizás no nos haga demasiada gracia pero desde aquí os animo a leer el libro que creo vale mucho la pena. Es tremendamente original. 



     En cuanto a la receta de la sopa de tortuga... Creo que no sería capaz de hacerla, me encantan las tortugas. Falta por decir que el libro se publicó en 1865 y es una crítica a la sociedad victoriana pero, una vez más, este no es el tema del blog. Sé que es un poema algo extravagante pero no deja de ser curioso. Buenos días a todos. 

lunes, 4 de abril de 2016

Guarnición estudiantil

   
     Sé que es un nombre absurdo pero esta es una guarnición que solía preparar cuando estudiaba y vivía en La Coruña (in illo tempore). La solía hacer con algunas hortalizas frescas y otras congeladas -guisantes y maíz-. Me solucionaba tomar algo sano y me gustaba mucho. Hace varios meses se me ocurrió hacerla, no muy convencida, y resulta que a mis hijos les gusta también. Cosas que pasan... Así pues, la comparto, pero ya os digo de antemano que es una simpleza.


     Ingredientes:
Una taza de guisantes
Media taza de maíz
Una cebollita
Una zanahoria
Aceite, sal y pimienta
Bacon

     Si os digo como comenzamos os da la risa... Pues eso: Doramos la zanahoria y la cebolla cortadas como nos dé la gana. Tiras o daditos... Si usamos maíz y guisantes congelados, los pasamos por el micro, si son de lata, los escurrimos. Incorporamos el bacon a las hortalizas doradas y dejamos que se vaya haciendo a fuego suave. Salpimentamos al gusto. Cuando todo está doradito incorporamos los guisantes y el maíz. Que se doren también un poco. Y ya tenemos esta guarnición que me gusta bastante más que los guisantes en solitario. 


     Se pueden hacer pequeñas variaciones como no poner bacon -para mí le da mucho chiste- o incorporar ajo, tiras de pimiento,... lo que os guste. A mí casi me gusta más que nada lo que os he puesto, sin pimiento ni ajo.


     Lo mismo nos puede valer para acompañar un pescado rebozado con unas patatas...



     ...Que un asado que se nos ha quedado algo aburrido. Tiene de bueno que es muy colorido, aporta fibra al menú y el sabor, importante, es muy agradable y rico. Para un pollo asado también me encanta. Y olvidaba decir que algunas veces le añado una pizca de mantequilla un minuto antes de sacarla del fuego. Ya me contaréis qué os parece. Buenas tardes a todos.


viernes, 1 de abril de 2016

Habas a la marinera


     Perdonad el nombre un poco tonto del plato. Ya lo cambiaré si se me ocurre otro mejor... Es un guiso marinero que hice el martes y nos gustó mucho a todos. Bueno, tengo un hijo que odia las habas como Pitágoras. No sé si recordaréis que, cuando lo perseguían sus enemigos, prefirió dejarse prender que cruzar un campo sembrado de habas... Esto de los filósofos es muy divertido pero para mí es difícil recordar cuál dijo esto o aquello. Recuerdo un libro "El mundo de Sofía" de Jostein Gaarder que leí hace años y me encantó pero siempre olvido casi todo y sobre el tema: "Sólo sé que no sé nada". Otros libros que me gustaron sobre los pensadores: "Historia de los griegos" de Indro Montanelli, "Historia de la filosofía griega" de Luciano de Crescenzo,... Quizás haya leído alguno más pero ahora, la verdad, no lo recuerdo.

     Esto de hablar de libros que no vienen al caso se debe a que algunas amigas me dicen que agradecen los consejos sobre lectura... Claro que este blog no es sobre libros y no me siento con ánimo de llevar más blogs. Volviendo a lo nuestro que era un guiso de habas... Según compré los chipirones y las almejas, pensé que no tenía ganas de hacer ni arroz ni patatas y añadí a la cesta de la compra un bote de habas de granja (las grandes) para variar. Fue un exitazo.   


     Ingredientes:
Medio kilo de chipirones
300grs de almejas
Una cebolla
Medio pimiento
Media lata de tomate triturado
Aceite y sal
Vino blanco
Una hoja de laurel
Perejil
Uno o dos botes de habas

     Vamos a hacer lo de siempre: Doramos la cebolla con el pimiento. Que cojan un poco de color. A fuego vivo añadimos los chipirones limpios, cortados y bien escurridos. Sueltan agua, por eso es que subo el fuego. Les damos unas vueltas e incorporamos el tomate (hará falta una cucharada de azúcar para corregir la acidez). Ponemos el laurel y el vino, y dejamos hervir unos 15-20 minutos. 


     Las habas de bote, ya sabéis, hay que lavarlas y escurrirlas bien. Lo pone en la etiqueta... Quizás es que el agua tenga conservantes. La verdad, no lo sé pero siempre lo advierten. Ya podemos añadirlas al guiso. Yo he puesto un bote y ha quedado escaso porque nos ha gustado muchísimo (a los que no somos pitagorinos). Dejamos que hiervan juntos un ratito y ya podemos incorporar las almejas (han estado en agua con sal un rato y las lavamos bien). Subimos el fuego y tapamos unos cinco minutos hasta que las almejas se abran. No son unas almejas buenas ni caras pero no son bastas (de sabor) y le dan chiste al guiso. Aquí se pueden hacer variaciones. Una que se me ocurre: Dorar unos langostinos pelados en aceite con ajo y perejil, e incorporarlos en el último momento. Bien, creo que no he olvidado nada importante. Al final puse un poco de perejil picadito (qué raro), que es fuente de vitamina C y además me encanta su sabor y el color que aporta. 



     Es, como veis, un guiso muy sencillo. Podríamos cocer medio kilo de habas en casa pero yo no soy una cocinera reflexiva y decido las cosas sobre la marcha. Es lo bueno de los botes de legumbres, nos sacan de un apuro. También podríamos dorar un par de tomates en vez de usar tomate de lata, poner más pimiento (yo lo encuentro un poco invasor) o hacer la variación que nos parezca bien y nos guste. No queda, de momento, más por decir, pero este guiso lo voy a hacer muchas más veces porque está realmente rico. Espero que a vosotros también os guste. Muy buenos días.