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lunes, 19 de febrero de 2024

Sartén de pollo al curry con garbanzos


   Pues aquí estamos de nuevo. He cambiado de móvil (gracias a Dios y a los Reyes Magos) y me ha costado un poco organizarme. Unas fotos en el viejo, otras en el nuevo... Al final, me he decidido por un plato que he hecho hoy que me ha encantado y las fotos más a mano.

   Es una receta sencilla, de las que me gustan porque lleva muchas hortalizas y es, relativamente ligera. Y de mucha enjundia. ¿Qué necesitamos?

Una bandeja de solomillitos de pollo

Un bote pequeño de garbanzos

Una cebollita

Una zanahoria

Pimiento rojo -un cuarto-

Un diente de ajo

Maizena, curry, ajo molido y guindilla picada

Aceite y sal

Un puñado de espinacas -opcional-



   Los solomillos los troceamos, quitando el trozo de pellejo del extremo, en trozos al gusto. Como digo siempre, más pequeño, cunde más. Los ponemos en un plato con una cucharadita de maizena, una cucharada de curry y un poco de ajo molido. El ajo molido, de Mercadona, lo uso bastante, la verdad. Removemos y dejamos un rato. 



   Por otro lado, cortamos las hortalizas, como veis arriba. Si preferís, más menuditas. Este corte de recetas chinas yo lo utilizo mucho pero es cierto que a nosotros las hortalizas nos encantan y nos gusta encontrarlas. Si preferís cuadraditos, pues también vale. 



   Por otra parte, preparé una masa de tortitas sin levadura, que ya está en el blog. Es muy fácil y las prefieren mil veces a las que venden. Un poco pesadiños, sí, pero hoy me dio tiempo. Ver Tortas de pan sin levadura.



   Las estiramos bien con ayuda de harina y el rodillo. Mejor finas. En la sartén, tengo una vieja para ellas, se hacen en minutos. Se inflan y después quedan como arrugaditas. Las comen encantados. 



   En una sartén amplia, calentamos aceite de oliva, un suponer, y añadimos el pollo que dejamos que se vaya dorando. Que no se me olvide decir: escurrimos bien los garbanzos en un colador. 



   Incorporamos las hortalizas y dejamos que se vayan haciendo con el pollo. A continuación los garbanzos. Salamos y añadimos un poco de guindilla molida o, si preferís, pimienta negra. En todo caso, un airito, que no pique mucho. Dejamos hacer un poquito y, a mí, se me ocurrió añadir unas pocas espinacas. Las tengo congeladas siempre. Dejamos que se haga junto a fuego medio. Probamos de sal y listo. 

   Resultó un plato super sabroso, muy completo y sanísimo, por todo lo que lleva. Yo la tortita la utilicé como el pan, para empujar el revuelto, pero los míos las rellenaron y les gustó mucho la combinación. A mí, la verdad, el revuelto me entusiasmó. Creo yo que también estaría muy rico un poco más salsoso con un arroz en blanco pero, así tal cual, lo comimos felices. Os animo a probarlo por rico, sano, barato. Las tres bes. Yo he de hacerlo más veces. Así salgo de las sempiternas lentejas porque tengo uno que no es de potajes y me complica un poco. 



   Más cosas que contar. Ha dejado de llover. No del todo pero sí hemos tenido días bonitos, tardes bonitas. Hasta buenas temperaturas. Ha llegado don Febrero y las tardes son más largas. No sabéis qué falta nos hacía a los gallegos. Ha llovido todo el otoño y la mitad del invierno. Por fin respiramos un poco. Hasta hemos comido un día al aire libre. Qué gozada.



   Y fuimos varios días a pasear a la costa. En la foto de arriba mi admirada playa de Campelo, que tiene unos atardeceres que son siempre un espectáculo. Ya os he hablado alguna vez de ella en estos más de diez años de blog.



   También sigo con mis clases de pintura. La última obra terminada: esta interpretación de un Cezanne. Humildemente lo digo. Me ha divertido muchísimo y creo que más adelante intentaré recrear alguna otra obra famosa. Modernista, seguramente. Es una actividad que me hace felicísima. Con lo mayor que soy, no sé cómo no empecé antes...

   Y hablando de ser mayor, mayor de edad, la vida nos ha hecho otro regalo y hemos vuelto a ser abuelos. Es una de las cosas más bonitas que me ha pasado. De verdad, estoy infinitamente agradecida. 

   Y claro, agradecidísima también de que me sigáis leyendo. Sé que lo voy tomando con más calma. Esto del blog es una aventura apasionante, también de las buenas, pero tengo que dosificar todo un poco. Me gustan tantas cosas... Espero sentarme pronto a escribir, que no pasen muchos días. Este último mes me ha consultado muchos lectores desde Hong kong, España, Estados Unidos, Irlanda, Israel, Francia,... Para que os hagáis una idea de la variedad de países desde los que me leen. La verdad, me impresiona y lo agradezco muchísimo. Os mando bicos a todos. 







 

   

lunes, 15 de enero de 2024

Resumen Navidad 2023-24


   Un año más toca hacer un resumen de las pasadas Navidades. Debo deciros, lo primero, que del día de Navidad no tengo fotos. Fue igual o casi a otras: consomé, vieiras, gambones al horno y pularda con su guarnición. Todo salió razonablemente rico y un poco agotador. Un año más dije: deberíamos hacer menos cosas; De nuevo mi marido dijo que estaba bien así: fiesta grande. No me debo quejar pero después de una Nochebuena espléndida y agotadora -nos acostamos muy tarde-, el día de Navidad es asaz fatigoso. Como digo, todo salió bien. Los niños encantados con el consomé, también tomaron pularda y relleno de salchichas. Una pena no haber hecho fotos. A ver si encuentro alguna de mis hijos más adelante. Como digo, muy parecido al año anterior. 

   El día 26 comimos en casa el ya conocido "pastelón estilo moruno". Nos gustó como siempre. Mucho. Es verdad que son sabores exóticos, canela, agua de azahar, cominos,... Pero es un día al año y nos encanta. 



   Una cosa que pasó con los gambones. La caja era tan grande que dejamos una buena parte en la nevera y se estaban descongelando. Así pues, el 26 los cocí al modo tradicional. Tono hizo una mahonesa de aguacate y eso fue lo que comimos. Gambones y pastelón. Me sorprendió lo ricos que estaban. Tantos años haciéndolos al horno, que me había olvidado de cocerlos. Puse un poco menos de sal de lo que se suponía y los encontré exquisitos. Desde luego más limpios que los otros. Así que tengo el propósito de hacerlos más veces (a veces los compro cocidos para diferentes preparaciones pero están muy salados). Esto fue novedoso. 



   El pastelón por dentro. No es una foto muy buena pero estaba muy rico. Lo hago volando porque compro la masa. Este año fue marca blanca de Gadis y nos encantó.



   Me pasa, con tanta fiesta, que algunos días duermo bien y otros mal. Nunca sé lo que va a pasar... Uno de esos días me sorprendió un precioso amanecer. Como ha llovido bastante, estos colores me alegran sobremanera. 



   Pasó la semana volando y llegó Nochevieja. Preparé los bistecs empanados, como siempre, y los acompañé con una salsa de curry que gustó mucho a unos -supongo que no a todos- y resultaron divertidos, como siempre. No les hice foto... Preparé con un poco de antelación una cola de salmón marinado. Casi de lo que más nos gustó el día primero del año. Estaba muy rico. Puse un poco de caviar de mentirita, una pella de mantequilla,... un rosco de pan.



   También preparé de víspera el fiambre trufado. Sabe hacerse casi solito y si sobra está muy rico para ir picando.



   Hicimos también el salpicón de pulpo y langostinos. Aunque la foto quedó muy fea, es un plato que nos gusta mucho y ha sido nuevo este año. Sale muy económico y es todo proteína y vitaminas. 



   Y seis días más para los Reyes. ¡Qué semana tan loca! Preparé la masa la víspera, que fue un día de los que no cabía nada más, y la dejé en la nevera. Esto de que fermente en la nevera, si son muchas horas, es fundamental para que la masa no se caiga. Va levando despacito y por la mañana está perfecta para trabajarla y preparar el último levado.



   Hubo que poner dos mesas porque éramos bastantes, una para los niños y otra para los mayores. Ya conocéis nuestro brunch de Reyes que incluye una mezcla de full Irish, huevos rellenos, roscón de Reyes y lo que se nos vaya ocurriendo. Solemos poner arándanos que les encantan a los niños. A todos.


  

    El roscón, como veis, subió. Quedó tierno y aromático. Naranja y azahar, azúcar mojado en anís para cubrirlo,... Lo que es el roscón típico de Ferrol. No creáis que lo hago sin respeto. Siempre temo que algo salga mal pero bueno, van saliendo ricos. 



 
  Y así pasó nuestra Navidad. Mucho comer, mucho comprar y poco descansar... Como suelen ser. Es verdad que con tanto lío se nos olvida un poco el verdadero motivo por el que estamos de fiesta pero es lo que hay. La vida nos lleva... y nos dejamos llevar. 

   Siento no haber hecho fotos del día 25 y mejores fotos de los demás días. Lo importante es que estuvimos de buen humor, que pudimos con todo -más o menos- y que, por ser tan buenos, sus majestades de oriente nos trajeron muchos regalos. Este año he sido santa, por lo visto. Gracias una vez más por leerme. Os deseo a todos que este año que empezamos sea maravilloso, o no peor que el anterior. Yo ya me conformo con eso. Bicos.

miércoles, 20 de diciembre de 2023

Salpicón fácil de pulpo y langostinos


   Hace unos días cumplió años mi hijo mayor. Le apetecía una comida especial, especialmente rica, vamos. Tenía claro que quería carrilleras de segundo y una tarta de galletas de postre. Yo sugerí hacer un salpicón sencillo y, aunque nunca lo habíamos hecho así, accedió: "¿Estás segura?" Yo estaba segurísima de que quedaría rico así pues les mandé traer:

Medio kilo de langostinos cocidos

Un cuarto de pulpo cocido

Pimiento rojo y amarillo

Una cebolleta

Perejil fresco

3 huevos duros

Aceite y vinagre

Limón


   Era un día importante pues 32 años no se cumplen todos los días. Las carrilleras las quiso con vino tinto y castañas. Yo creo que quedaron muy ricas aunque me gustan un poco más las que hago con zumo de naranja y brandy. Pero bueno, ya veis en la foto qué buena pinta. 



   La tarta con la receta de siempre, con nata y chocolate negro; Adornada con arándanos que nos encantan. Es una tarta que con los años me va sentando peor pero me gusta siempre. ¿Qué le vamos a hacer? 



 

   Y os voy a contar ya cómo hicimos el salpicón. Contaros que tanto langostinos como pulpo, los compramos preparados. Entonces, ellos fueron pelando los langostinos. Yo les dije: no los cortamos, de mano de amigo. El pulpo lo corté yo en rodajas. Venían dos tentáculos. Todo fácil. 

   Cocí tres huevos duros, los piqué, lo mismo que la cebolleta. Los pimientos los corté, como un cuarto de cada. Amarillo y rojo, tonos patrios porque me apeteció. Y todo a la ensaladera en la que puse un chorro de vinagre, bien de aceite de oliva virgen -esto es lo más doloroso- y, voy a dar un grito: NADA DE SAL. Pensé que era poco vinagre y se me ocurrió echar un chorro de zumo de limón porque me apeteció esa frescura cítrica. Creo que fue un acierto. Que no se me olvide el perejil fresco picadito, con cierta generosidad. Todo en la ensaladera, que sea mona, lo removemos muy bien. Ya está listo -si no he olvidado nada.- 

    Os digo que todos se quedaron pampos. Estaba buenísimo. Lo de la sal, pues ya sabéis que los langostinos vienen muy subidos de sal... Más que suficiente. La única dificultad que tiene, que no es ninguna, es pelar los langostinos. Todos dijimos: Repetimos en Navidad. Así pues, Dios mediante, va a ser el aperitivo del día primero del año 2024. Siento no haberlo publicado antes pero he estado muy liada y se me va olvidando que tengo un blog. El blog sigue aquí, claro, para todo lo que lo queráis usar. Yo misma lo uso cuando se me olvida alguna receta de memoria -empieza a pasarme-.

   No hay mucho más que contar. Las cosas nos van bien así que no puedo quejarme de nada. Estoy sinceramente agradecida por tantas bendiciones por más que algunos días me sienta agotada. También me siento querida y eso, me llena más que nada. Desde aquí os deseo a todos una Muy feliz Navidad y un mejor Año Nuevo. Que vuestros deseos se cumplan y que gocéis de salud. Que nos estéis solos. Queridos amigos, mil gracias por leerme desde tantos distintos lugares. Que Dios os bendiga. Bicos desde mi pequeño rincón.

martes, 24 de octubre de 2023

Viaje a Évora, Mérida y Cáceres



Hace ya unos meses, nuestro hijo mayor nos ofreció hacer juntos un viaje a Évora, Portugal, volviendo por la Ruta de la Plata, parando en Mérida y Cáceres, destinos que todavía no conocíamos. Como es lógico, no podíamos decir que no. Era una propuesta interesante y preciosa. 

   Llegamos por la tarde a dicha ciudad, que, por cierto, es la quinta del país, y enseguida nos fuimos a dar un paseo. Después de tomar una cerveza en la acogedora plaza de Giraldo, nos dirigimos a ver el precioso templo de Diana, que es lo que veis en la primera foto. 

 



   Una de las cosas que hay que ver en Évora es la Catedral. Monumento románico-gótico, tiene además un precioso museo, un bonito claustro y la oportunidad de subir al tejado para ver la villa desde otra perspectiva. En la siguiente foto, veis, efectivamente, el templo romano desde arriba y a la luz del día. Vale mucho la pena hacer la visita.
 


   Toda la ciudad es bonita, llena de palacios, con sus portalones y sus patios. También las iglesias, con ese exquisito cuidado que tienen nuestros vecinos en su conservación. Visitamos la Gracia, con unos azulejos divinos, San Antonio y San Francisco, donde también pudimos contemplar la impresionante Capela dos Ossos. Las casas más humildes, también son bonitas, Tienen los recercados amarillos, casi siempre, y ofrecen un conjunto precioso junto con sus calles adoquinadas. Hay que llevar buen calzado, con buenas suelas porque te dejas la planta de los pies... Pero sin duda vale la pena callejear.

  

    Hay también un acueducto del siglo XVI que es muy pintoresco, en gran medida está "habitado". Como veis en la foto de arriba, entre arco y arco hay construidas pequeñas viviendas. Siempre con esos tonos blancos y amarillos que dan uniformidad y alegría al casco urbano. Los palacios, por supuesto, tienen los adornos en granito. Todo el conjunto es precioso.


   Vale la pena acercarse y pasear por el Jardim Público. Hay un pequeño pabellón que formaba parte del Palacio de los reyes portugueses, pues en Évora vivió la corte, y unas "ruinas fingidas", abajo, que siendo preciosas, no sabe uno si está en un castillo, en el claustro de un monasterio o... en un invento decimonónico, que es lo que son.



   En ese jardín, me llamaron la atención estas preciosas flores de hibisco. Nuestros vecinos tienen mucho gusto para decorar y para los jardines. Un sentido estético que me admira. Sinceramente.
 

   Tras tres noches en Portugal, partimos felices para la patria. Nos esperaban lugares no visitados, bien conocidos. El primer destino: Mérida. Yo, que soy una gran admiradora de Roma, tenía especial interés en esta visita. Lo primero, el anfiteatro. No es como el Coliseo pero es realmente impresionante. El arbolado del fondo es un marco precioso. 




   Desde allí pasamos al famoso Teatro Romano de Mérida. ¿Qué queréis que os diga? te quedas sin palabras porque es... Divino. Y muy grande. 


   Detrás de los teatros solía haber un jardín. El de Cartagena también lo tiene, sin arreglar. Pero en Mérida te encuentras con un jardín precioso con sus columnas, poblado de árboles y flores. 



   En estas dos fotos veis el conjunto del vergel que hay tras el escenario. Son cosas que impresionan por su belleza y serenidad.

 

   En Mérida visitamos dos villas. La primera es la llamada Casa del Anfiteatro. Es muy bonita. Lo que más llama la atención, además de su tamaño, es la cantidad de mosaicos. No sólo en las salas principales, sino también en todos los pasillos. 



   Descansamos durante la comida, que consistió en: jamón, queso de la Serena e ibéricos a la brasa, y nos dirigimos al Templo de Diana. Está adosado al palacio del conde de los Corbos. Esto puede parecer un disparate pero creo que también ayudó a su conservación. Se puede visitar y subir a lo que queda del palacio, teniendo una importante perspectiva del edificio. Como veis, hemos visitado dos templos de Diana en el mismo viaje. Los dos preciosos. Este, lo que tiene es que lo pisas e impresiona, la verdad.


   También visitamos Santa Eulalia de Mérida, Santa importante que ha dado nombre a tantas Eulalias y Olayas, pero también a tantos pueblos. Fue una mártir y santa muy querida que llegó a ser patrona de España. La iglesia es muy hermosa, pero, sobre todo, la cripta paleocristiana. Yo creo que vale la pena acercarse. 

   Siguiendo con Mérida, nuestro paseo nos llevó a la Alcazaba. Estábamos exhaustos y decidimos seguir hacía el río Ana -nombre romano- visitando el Parque de la Isla. De allí fuimos hasta la casa de Mitreo. De esta casa me impresionaron sus tres patios, la sala principal con su increíble mosaico y la escalera de entrada. Las dos villas son dignas de verse. 



   Esa misma tarde nos pusimos en marcha hacia Cáceres. ¿Qué deciros? Es como un cuento. Palacios e iglesias dan forma a sus calles. Conserva gran parte de sus murallas y... Está lleno de cuestas. Más allá de eso, nos recibió una ciudad elegante, meláncolica y lluviosa que callejeamos arriba y abajo.



   Pudimos conocer templos como el de San Francisco Javier, en la foto de arriba. Ahí estamos, a pesar de que yo he evitado hasta ahora salir fotografiada en el blog pero... Voy teniendo tantos años que no creo que tenga importancia. En la foto siguiente vemos la Plaza Mayor. Muy agradable para tomar algo a cualquier hora. 
 



      Todos esos palacios que nos encontramos abiertos tienen una entrada que da a un patio rodeado de columnas. Muy sencillo, en granito, pero realmente elegante. Algunos tienen jardines, como el que veis en la foto siguiente. Yo por ese balcón y ese olivo mataría. Que rincones tan bonitos encontramos por doquier.


   Tenemos la suerte de visitar la Torre de Bujaco, desde allí, por el adarve de la Estrella nos dirigimos a la torre de Yerba. Aquí veis el ayuntamiento, en la Plaza Mayor, visto desde lo alto.  


   Otra vista. Ahora no estoy segura de qué edificio es. No creáis que es tan fácil recordarlo todo en una visita tan breve. 



   Hemos visitado también la Iglesia de San Mateo y la de Santiago. Todo es tan bonito que te quedas maravillado. La Catedral -foto de abajo- es magnífica. Impresionan esos pendones, el altar mayor, que no está policromado, el museo,... La Concatedral, para ser más exactos, comparte sede con Coria. Pudimos entrar en el Palacio Episcopal y pasar por el Palacio Moctezuma, levantado por Juan de Moctezuma ¡nieto de una princesa azteca! Mirad si es curiosa la historia. Estuvimos en la Calle de los Huesos, subimos y bajamos por las diferentes callejuelas hasta la extenuación -mía-, y creo que vimos muchísimo de lo que había que ver. Del Cáceres moderno, apenas. Íbamos tan justos que nos lo perdonamos. 



   No queda mucho por contar. La última mañana visitamos el Museo Arqueológico de Cáceres. Es gratuito. Bien, es otro palacio y está construido sobre un aljibe árabe. Como cualquier museo arqueológico, es muy interesante, una colección impresionante. Muchas cosas romanas, muchas cosas interesantes.


   En el camino de vuelta paramos en Candelario. Es un pueblo precioso, ya en Salamanca, en la comarca de la Sierra de Béjar. Sólo tengo esta foto. Llovía bastante y el agua corría por esos canales que veis a la izquierda. Me encantan esas entradas de losas a las casas. Paramos lo justo para comprar algo de embutido ibérico, impresionante -en dos palabras- . La última parada, no hice fotos por puro cansancio fue en Astorga. No sabéis qué pena me dio pasar por la querida Zamora y no tener tiempo a parar. Bien, visitamos la Catedral con cierta calma y os digo que es ¡maravillosa! Había estado hace ¿mil años? El altar mayor es anonadante, y la Virgen Inmaculada de Gregorio Fernández... Y todo, todo. Eso sí, en Astorga nos llovió el diluvio. Y en el viaje de vuelta por Galicia, lo que quedaba. Cuando llegamos a casa, me sentí feliz, porque no me gusta viajar con tanta lluvia. No obstante, hay que decir que no tuvimos ningún contratiempo y todo fue bien. 

   ¡Qué difíciles son estas entradas! El viaje ha sido perfecto. En Évora tuvimos la alegría de encontrar amigos españoles. Mérida nos dejó anonadados y Cáceres es el decorado perfecto para cualquier película de princesas y caballeros. ¡Cuánto se aprende viajando! Tengo que agradecer a mi hijo, no puede ser de otra manera, este viaje increíble. A Pedro, su ayuda con las fotos; Y vosotros, perdonad que no sepa describir mejor tanta grandeza. Nos quedaron muchas cosas por ver: Yuste, Guadalupe, Trujillo,... Como dijo MacArthur: I shall return -volveré- Bicos a todos.

martes, 3 de octubre de 2023

Bulgur, dos propuestas


     Si miramos en el diccionario, nos va a decir que el bulgur es trigo que obtenemos al hervir el cereal y trocearlo. Yo lo había probado en una ensalada y no me había vuelto a acordar. El otro día lo vi en Gadis y me animé a comprarlo. Tiene la ventaja, este que compré, de que se cuece en 5 minutos. Los hay más pesaditos. Tiene también de bueno que es relativamente ligero y fácil de hacer. Es caro, en proporción, pero tampoco se necesita mucha cantidad. Yo suelo cocer media taza. También recordaros que es trigo así que sí tiene gluten.

   La primera opción es una ensalada que lleva el trigo cocido, que dejamos enfriar, bien escurrido, con un chorrito de aceite. La ensalada lleva además: tomates cherry, maíz, pimiento rojo en trocitos y unas hojas de hierbabuena, además del aliño tradicional de aceite, sal y vinagre. A mí me pareció riquísima y super rápida de hacer. Una tontada muy agradable. 

   La compañía: tortas de trigo, pavo adobado tipo zorza, brotes verdes y queso de cabra. Montamos la torta y a comer. Las tortas las doro siempre un poco en una sartén vieja. La carne la adobo con pimentón -dulce o picante-, ajo picado y un chorro de aceite. Así es tipo chorizo, lo que es la zorza. Si queremos que sea más oriental, podemos añadir una cucharilla de cominos al adobo. De las dos maneras me gusta. 



   
   La segunda propuesta es muy sencilla. Doramos en una sartén pollo en dados con cebolla, pimiento verde, ajo y jengibre. Esto es totalmente variable, claro está. El bulgur cocido y escurrido, lo añadimos a la carne y le damos unas vueltas en el fuego. Separamos y rociamos con zumo de limón, sin exagerar de cantidad. Le da un toque de frescura. Y es ya así un plato que puede ser, por ejemplo, una cena. 



   Que, claro, nos puede gustar más un arroz en blanco o unas patatas fritas. Cosas más nuestras. Esto son cosas nuevas que se ponen de moda y está bien probar, ¿por qué no? No olvidando nunca nuestras raíces y recetas tradicionales, que tenemos una cocina de las mejores del mundo. Me refiero a la cocina española, claro está. 

   Estamos viviendo un "veroño" que nos está llegando bastante. ¡Qué calor hace! Yo me quejo poco porque me gusta tan poco el invierno que pienso que esto es mejor. Mejor es todo, que la vida siga su curso. Pues aquí os dejo estas dos recetas fáciles por si os animáis a probar el bulgur. Que conste que es rico. A mi me ha gustado. Nos vemos pronto. Bicos.