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lunes, 29 de enero de 2018

Freixós fáciles


     Hoy traigo una variante de freixós que es la que hago de memoria y salen, la verdad, muy ricos. No tiene ciencia porque las referencias vienen siendo las de los crêpes con un añadido, el agua, sin contar el anís y el azúcar, claro. Vamos allá:

Una taza de harina
Una taza de leche
Media taza de agua
Un huevo mediano
Una cucharada de anís 
Una cucharada de aceite
Una cucharada de azúcar
Una pizca de sal



     La foto de arriba no ha salido muy bien pero es la taza que tengo como referente para todas las recetas. Dentro pone 1 cup y 1/2 cup... quiero decir que es de lo más práctica y como es de acero, no se rompe. Todo lo que tenemos lo batimos con la batidora y dejamos que repose unos 20 minutos. Comprobáis la textura pero es bastante correcta. Preparamos una sartén untándola al calor del fuego con tocino. Esa grasa impide que se peguen pero, ¡atención! como esta pasta lleva una cucharada de aceite, si no utilizáis tocino, no se pegará. Lo digo por si alguien no es partidario del tocino, que puede ser. 


     La medida es de un medio cucharón, más o menos. Yo tengo un cucharoncito del tamaño correcto para el freixó pero no le he hecho foto. Es muy cómodo porque sé que tengo que llenarlo casi hasta al borde. Ponemos la pasta, que es bastante fluida, en la sartén, giramos para que se coloque en redondo y dejamos que se cuaje. Damos la vuelta y en un minutito tenemos el freixó listo. ¿Veis la foto de arriba? El freixó tiene que "visar", ser transparentito. Como podéis comprobar, se ve el dibujo del plato a través de él. Es lo correcto. 



     El punto de dorado es personal, no muy dorados, diría yo. El tamaño de la sartén, lo mismo. Yo los hago chicos. Y bueno, con esta cantidad, en sartén pequeña saldrán alrededor de 15. No son pocos. Cuestan muy poco en cuanto a material. En lo que concierne a paciencia y dedo quemado... Pues bueno, queman más que los crêpes -las crêpes francesas-. Yo creo que es por el agua. Los últimos que hice me dolieron bastante las yemas de los dedos. Os recuerdo que el viernes es la Chandeleur, en francia se toman crêpes y se encienden velas. Es la fiesta de la Presentación de la Virgen, la Candelaria. Otro motivo para hacer freixós, filloas o como queráis llamarlos. Eso sin contar que ya falta poco para el Carnaval. ¡Otra enchenta!




     En cuanto al relleno... Mermelada, miel, miel con nueces, nata, crema pastelera... A mí solos ya me chiflan si son bien finitos. Me he dado cuenta de que en el blog no he publicado el lacón con grelos... Es increíble el despiste. Intentaré solucionarlo pronto. 

Buenas tardes a todos. 

domingo, 28 de enero de 2018

Día de sol


     Hoy ha pasado en Ferrol una cosa extraordinaria: Ha hecho un magnífico día. Aunque no ha sido un invierno especialmente duro, es cosa corriente en nuestra tierra tener un jueves precioso y un sábado lluvioso. Así pues, en cuanto comimos nos pusimos en marcha hacia la boca de la ría. Es, siempre lo digo, uno de mis lugares favoritos del mundo mundial. Los alrededores de Ferrol, cuando brilla el sol, son difíciles de igualar. 



     Nos dirigimos primero ha San Cristóbal. Es un castillo pequeño, o un fuerte, que está hecho una ruina. Aquí veis la entrada, que está entera de milagro... Pero está en un enclave precioso y tiene unas maravillosas vistas. Los castillos de nuestra ría son uno de nuestros orgullos y visita obligada. 



      Desde el mismo San Cristóbal vemos el puerto exterior. 


     A continuación hemos ido a Monteventoso. Las vistas son apabullantes. La playa que veis, con su lago, es Doniños. Una de las playas más queridas por los ferrolanos. También una de las más bellas.



     Terminamos la jornada en Prioriño Chico. Es como un balcón al océano. Allí nos quedamos para ver la puesta de sol. Milagrosamente, no hacía frío. 

     Hasta aquí esta entrada, que no engorda... Os digo que se agradece mucho una excursión como esta, a pleno sol. Son lugares muy queridos que tienen muchos recuerdos más queridos aún. Por eso lo comparto con vosotros. Buenas noches a todos. 

sábado, 20 de enero de 2018

Roscones 2018 para recordar


     Este año hice dos roscones con la receta sencilla del año 2016. Simplemente añadí más leche para hacer más masa, incorporando a ojo más harina. Puse ralladura de limón y naranja y agua de azahar. Estuvieron al horno 25 minutos a 175º horno convencional. En la base el horno, un cacharrito de acero inoxidable con agua. Quedaron muy ricos, gustaron mucho y no creo que sean los mejores que he hecho pero me quedé contenta. Uno era para mi madre...

     Ingredientes 2016:
12grs de levadura fresca
Medio vaso de agua
Medio vaso de leche
Un huevo grande
60grs de mantequilla
Ralladura de media naranja
75-100grs de azúcar
Una cucharilla de anís en grano
Una pizca de sal
 Harina de fuerza

     Para terminar:
Un huevo batido
Almendras
cerezas confitadas
Una cucharada de azúcar
Unas gotas de anís

(Ver receta Roscón de Reyes 2106)


     Las amigas me preguntan a veces pequeños detalles que yo olvido contar. Por ejemplo, si la masa la hacemos de noche, es bueno dejarla en la nevera. Lo que vamos a hacer es amasar directamente sin hacer esponja, hasta formar una masa muy tierna. Leva muy despacito, envuelta en aceite y cubierta con film, pero si os fijáis en la diferencia entre las fotos, arriba y abajo, ya veis que la masa crece estupendamente. Si, por ejemplo, fuéramos a hornear el roscón en pocas horas, dejaríamos la masa fuera de la nevera, incluso cerca de una fuente de calor (no excesivamente calurosa). Por eso, cuando me dicen que las masas se enfrían... me parece que no es tan exacto, lo que es cierto es que en el frigorífico le lleva más horas. Es una hermosura cómo salió de la nevera, ¿no os parece?



     Después formamos el roscón o roscones, amasando un poco antes, con la ayuda de aceite hacemos el hueco en el centro. Ponemos los adornitos bien metidos para que no se escapen al volver a levar, pintamos con huevo batido y añadimos montoncitos de azúcar humedecida con anís. Esto ya lo he explicado muchas veces, simplemente lo recuerdo. Si hay tiempo, lo ideal es dejar que doblen su tamaño, los roscones ya formados y adornados, antes de ir al horno. Confieso que yo no lo hice. Seguramente el punto de ternura sería más perfecto si lo hubiese hecho. Os digo que se me suele echar el tiempo encima la mañana de Reyes. Ya os comenté arriba lo del cacharrito de acero con agua en la base del horno. Aporta humedad... Yo es la primera vez que lo pongo y no noté diferencia.


El horno caliente, metemos los roscones a 180º unos 23-25 minutos. Si son pequeños más temperatura y menos tiempo... siguiendo, por ejemplo, una receta que tengáis de bollos como referencia. En el caso, de que queráis, vamos a suponer, hacer roscones pequeñitos para los niños, o incluso bollitos con esta masa y una nuez. A los niños no les suele gustar la fruta escarchada pero sí las nueces o las almendras que doradas quedan exquisitas. 


  
  Y aquí podéis ver que la miga quedó muy tierna. Todos los que los tomaron los encontraron muy ricos. Os digo que yo creo que vale mucho la pena hacerlos pues, aunque no sean perfectos, tienen el encanto de lo casero. Sabor de madre.


     Finalizo esta entrada con algunas fotos de la pularda de Año Nuevo. Creo que quedó divina, aunque esté mal que lo diga la cocinera.  



     El consomé lo hizo mi marido y también estaba maravilloso. Hubo aperitivos similares a los de Navidad, que ya no os pongo, y postres navideños que no eran caseros. A ver si el año que viene... este... hago alguno. Esta entrada retrasada, queda como explicación de los roscones para quien pueda tener alguna duda. La receta es la del año 2016. Gracias por vuestra paciencia. 






martes, 16 de enero de 2018

Cinco años de blog

 

     Según parece, hoy es el día internacional de la croqueta. O tal vez debería escribir: el Día Internacional de la Croqueta... Cuando me enteré por la mañana, no pude evitar ponerme a preparar una béchamel croquetera. Soy una gran aficionada a las croquetas desde hace años. Como iba a preparar una crema de calabaza, separé un trocito de dicha hortaliza y me puse a ello. Creo que estas croquetas ya andan por el blog (ver Croquetas de calabaza) así que no me voy a enrollar demasiado. 



     Doradas la cebolla y la calabaza, picaditas, incorporamos unos 50 gramos de harina y le damos unas vueltas a fuego medio. Esto es lo de siempre. Después añadimos la leche. Para esta cantidad de harina sería medio litro. Si sois nuevos en el arte croquetero, podéis poner un poco menos, 450ml. Quedarán un pelín más espesas pero no os darán tantos problemas para empanar y freír. Las croquetas son un arte delicado y si están muy finas no hay quien las "líe". 



     La béchamel, muy cremosa, debe hervir unos 20 minutos a fuego suave. A última hora añadimos un par de quesitos en porciones y dejamos que se fundan. Lo siguiente es dejar que se enfríe antes de ponernos con las cucharas. Me gusta formar las croquetas no muy grandes, medianitas, y debemos freírlas de cuatro en cuatro en aceite bien caliente para que no se abran. Esto es en teoría y si están verdaderamente tiernas. Si no están tiernas... se pueden freír a lo loco que no pasa nada, pero no estarán tan finas.

     Un truco para empanar y que queden crujientes, es añadir un chorrito de aceite al huevo batido. A mí me gustan muy tiernas por dentro y doraditas por fuera. Estas cosas son personales, claro está. 


     Poco queda por decir de estas croquetas, salvo que nos gustaron mucho. Pero había otra cosa que quería comentaros para mí importante: hoy cumple este blog cinco años. ¿Os podéis creer que llevo ya un lustro publicando recetas? Me parece mentira, aún recuerdo los nervios iniciales, la inseguridad y las dudas de si esto interesaría a alguien... 

     Pues es por eso que hoy he publicado, aunque algo tarde, esta entrada apresurada. Para agradecer a las croquetas su existencia (y a su inventora) y a todos mis lectores por su paciencia y el cariño que tantas veces me han demostrado. Cinco años de blog... Nunca lo hubiera imaginado. Gracias mil.

viernes, 12 de enero de 2018

Salmón a la plancha



     Aquí estoy de nuevo después de unos cuantos días... ¡No publicaba desde el año pasado! Si os digo la verdad, estaba bastante aburrida de tanta comida especial. Además, "soplaron vientos helados que trajeron constipados"... y a mí me tocó uno. Siempre me pasa. 

     Por fin, hemos vuelto a las comiditas normales. Qué gusto, la verdad. Ayer tomamos salmón a la plancha. Es cierto que está bastante caro pero nos gusta bastante. Fue algo muy sencillo y a todos nos encantó. 

     Ingredientes:
Cuatro lomos limpios de salmón
mantequilla
Medio limón
Un poco de eneldo
Aceite, sal y pimienta
Patatitas cocidas

     Bien limpio el salmón, que no esté mojado, lo ponemos en una sartén pintada de aceite por el lado que queramos que quede para arriba. A fuego medio-alto unos 2- minutos, según el grueso del lomo. Pasado ese tiempo le damos la vuelta y sobre cada lomo ponemos una pizca de mantequilla, otra de eneldo y unos gotas de jugo de limón. Salpimentamos y dejamos otros 2-3 minutos.


    Sacamos el salmón y damos en la grasita que queda unas vueltas a las patatitas cocidas que deben estar calientes. Estas tan chicas en unos 15 minutos ya pueden estar cocidas. Empezamos a cocerlas antes en agua ligeramente salada, claro está. 

     Y completamos el plato con una ensalada, en este caso unos tomatitos de colores, para aportar algo de fibra, vitaminas y ligereza. 



     Os digo que la Navidad resultó muy bien, Estuvimos con la familia, tuvimos preciosos regalos y comimos mucho y muy rico. Demasiado. Tengo intención de publicar un resumen con algunas fotos y explicar mejor alguna cosa de los roscones, que salieron muy buenos, aunque me da cierta pereza... Os dejo una foto para que los veáis y ya os contaré. La cuestión es que el blog para mí es como un cuaderno de campo o una libreta de bocetos donde yo misma encuentro recetas que he hecho en estos casi 5 años y que me viene muy bien para recordar... Nunca creí que fuese a cocinar tanto en mi vida...  pero lo doy todo por bueno. Buenas tardes a todos.