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lunes, 30 de mayo de 2016

Puré de calabacín con piel



     La entrada de hoy es tan corriente y moliente que no sé si "se merece". Tiene una rara virtud: es ligera. Además tiene otra: Está rica. Quiero deciros con esto que es un entrante bárbaro para una dieta. Se puede dejar en la nevera para varios días y tomarlo con algo a la plancha, cocido,... esas cosas.

Para hacerlo necesitamos:
Dos cebollas o cebolletas
Tres o cuatro calabacines
Aceite, sal y pimienta
Nuez moscada
Agua

     Empezamos dorando la cebolla en tiras o como os dé la gana en dos cucharadas de aceite. Añadimos los calabacines en ruedas con su piel -hay que lavarlos- y dejamos pochar un poco. Salpimentamos generosamente. Estos purés tontos me gustan un poco subidos de pimienta -negra-. Añadimos agua un poco a ojo. Quizás un litro o algo más. Dejamos cocer unos doce minutos. Le damos un toque de nuez moscada y en el último momento añadimos unos quesitos light. Batimos a lo loco. Mejor con batidora de vaso pero no es necesario. Yo hoy usé batidora de brazo y nadie protestó. Os digo que es un puré de lo más agradable y casi todo es agua. Ya sabéis que las hortalizas lo son. 

     Si pelamos los calabacines, el toque es diferente, más dulcito. Quedará totalmente blanco y puede gustaros más. Eso sí, la piel tiene vitaminas. A vuestro gusto pero este puré verde, de verdad que es muy rico. Nada más por hoy. Después de un fin de semana divertidísimo y agotador os deseo a todos buenas noches . 

     Los calabacines pequeños y tiernos ¡claro! Ahora sí: Feliz descanso a todos. 

viernes, 27 de mayo de 2016

Croquetas de queso azul


     Rápidamente, antes de que la mañana se me escape, voy a contaros cómo hice estas croquetas de queso, que son también de cebolla. Los ingredientes son:

Una cebollita
50grs de queso azul
50grs de harina
Medio litro de leche
Aceite y sal
Huevo y pan rallado


     Doramos en aceite la cebolla muy picadita. Más que dorar, pochar. Que no llegue a coger color pero que no esté cruda. Me contaba mi madre que Carmen, después de la guerra, las hacía sólo con cebolla en la casa del Alto. A mí, sólo con cebolla ya me gustan... Ponemos el fuego a temperatura media. Añadimos la harina y removemos bien para que se dore un poquito. Varios minutos. Llega el momento de añadir la leche. Yo lo hago poco a poco, removiendo y separando la sartén del fuego. Cada uno tiene su estilo pero a mí me va bien así para evitar los grumos. 


     Tiene que hervir a fuego suave unos veinte minutos. Si no, sabe a harina cruda. Esto es muy importante. Hay que salar, teniendo en cuenta que el queso es fuerte. El aspecto debe ser blanco, brillante y homogéneo. Un poquito antes de que terminen nuestros veinte minutos, incorporamos el queso. Alrededor de 50 gramos. Probáis y, si queréis, ponéis un poquito más. Prudencia que es un queso fuerte. Dejamos que se funda. 


     Como veis, no hay pega. Se funde enseguida y no hay más que hacer.


     Enfríamos bien antes de "liar" las croquetas, que decía Carmen. Esto es: empanarlas. Un poquito de paciencia porque el manjar lo merece.

     Cuando está la bechamel fría, procedemos con el huevo y el pan rallado.  Hay quien usa antes harina y quien empana dos veces. Yo no lo hago pero respeto cada decisión. Faltaría más.


     Las freímos de cuatro en cuatro en aceite bien caliente para que no se abran. Yo creo que esto es porque si ponemos muchas, se enfría el aceite y se calientan por dentro sin dorarse y... la bechamel se escapa. Es un engorro cuando pasa.


     En casa, ya sabéis, son plato combinado con ensalada, patatas y huevos fritos -que no han salido en la foto-. Nos gustan mucho y las hago con cierta frecuencia de cualquier relleno. Me parecen un gran invento... para aprovechar sobras y abaratar un menú que, además, queda delicioso. No sé cuáles son mis favoritas pero me gustan todas. Gracias por leerme, en este día especial para mí, os deseo a todos un buen fin de semana. 


sábado, 21 de mayo de 2016

Revuelto oriental



     Hoy tocaba una receta ligera. Aquí sigue lloviendo y cuando llegue el verano no nos lo vamos a creer. Por si acaso llegase, de vez en cuando aligero la dieta... Estoy empezando a perder la fe (la fe en lo que al clima se refiere). Aprovechando que Rosa me ha traído unos tirabeques caseros, he hecho un experimento con unos pocos. Los demás los hemos tomado en una menestrita deliciosa. Lo de hoy es más sencillo. Necesitamos:

Un puñado de tirabeques
Un puñado de setas shiitake
Una cebolla de temporada
Aceite y salsa de soja
Sal y pimienta


     Limpiamos las hortalizas, pelamos la cebolla y sacamos los hilos a los tirabeques. Calentamos una o dos cucharadas de aceite -a según- y ponemos la cebolla en tiras junto a los tirabeques. Que se vayan dorando. Pasados unos minutos añadimos las setas. Podéis cortarlas o no, al gusto. Dejamos "otro poco" y incorporamos un chorro de salsa de soja. Generoso o no, según os guste la soja. También salpimentamos pero con prudencia pues la soja es salada. Dejamos hasta que las hortalizas estén tiernas y ligeramente doradas. 


     Es como una menestrita oriental, por decir algo, así pues, como acompañamiento freímos unas patatas nuevas con su piel previamente lavada. Todo esto ha servido de guarnición a unos filetes de ternera empanados -también conocidos por bistés- que estaban muy ricos y tiernos. No creáis que resulta un revuelto muy exótico. Simplemente tiene un toque de soja. A mí me ha parecido muy rico y otra forma de hacer los tirabeques. Gracias Rosa por mandarlos. Son una delicia. Buenas noches a todos.



Sandwichón frío


     Le he puesto un nombre curioso, lo sé. Es para distinguirlo del otro y que nadie se despiste. A fin de cuentas es como un sándwich vegetal gigante. En Ferrol diríamos... "viene siendo". He hecho muchas fotos, como si fuera algo difícil de hacer y es de lo más tonto. La idea me la dio mi hermana y desde aquí se lo agradezco porque en casa les ha gustado mucho. Los rellenos son variables y la mayonesa puede ser o no casera. El pan, sin corteza, de marca conocida o por conocer... Aquí van los ingredientes que he escogido yo:

Pan de molde sin corteza
4-6 palitos de cangrejo
Aceitunas a ojo
Espárragos
Mayonesa


     Vamos a picar los palitos y las aceitunas por separado (de aceitunas he puesto la mitad). Los mezclamos en diferentes cuencos con parte de la mayonesa. Esto es un poco a ojo. Si nos queda un poquito para decorar, mejor. Que quede más o menos untuoso dependerá de cuánta mayonesa pongamos y las razones pueden ser "de peso". Yo no lo he rellenado en exceso y estaba muy rico. 


     En un molde de cake o más grande si es para muchos -DIN a4- vamos colocando el pan de molde. Conviene poner film para apretarlo un poquito y que quede compacto. Además nos ayudará a desmoldar. Ponemos capas alternas de ambos rellenos. No hay mucho que explicar.

     Al terminar, cerramos con el film y apretamos, como os dije. Esto es porque no coincide del todo el tamaño del pan con el molde. También se puede cortar el pan pero en este caso faltaba muy poco y era algo lioso. Lo mandamos un par de horas a la nevera.


     Cuando lo sacamos del molde, no es que sea lo más lindo del mundo. Es un simple sándwich grandote. Así pues, lo adornamos un poco. Yo en este sentido soy chapuzas total. Los laterales ni los he tocado.

     La parte superior la he untado de mayonesa y he colocado los espárragos como buenamente he podido. Los laterales, podríais cubrirlos con pimiento morrón o taparlos con una ensalada como quien no quiere la cosa. 



     Listo el sandwichón, como es bastante calórico, he puesto una ensalada de acompañamiento. Lechuga y tomate sin más. También he incorporado al menú unos boquerones en vinagre. Todo fácil y fresquito. 

     Tenía miedo de que los espárragos no se dejasen cortar. Han sido muy correctos y las raciones han quedado monas. Os aconsejo usar un cuchillo que tenga algo de sierra. Lista la entrada. Es de lo más fácil y podéis utilizar: atún, pollo, aguacate, lechuga,... Cualquier cosa que vaya bien en un sándwich vegetal. Incluso dar sabor a la mayonesa con: mostaza, anchoas,... Lo que os guste y se os ocurra. Yo ya he terminado por hoy. Os deseo a todos un feliz fin de semana.





lunes, 16 de mayo de 2016

Fish and chips


     A la hora de hacer pescado, a veces nos encontramos con el inconveniente de que a los niños no les gusta. Yo ya no tengo niños pero lo que solía hacer para que no protestasen era empanar trozos de pescado limpio de piel y espinas. La merluza rosada y el bacalao fresco son dos opciones ricas, de carne jugosa y blanca. Pienso que en realidad son pescados que venden descongelados, por alguna razón son muy ricos y diferentes de esos filetes que compramos limpios en bolsas y que no valen demasiado. Es cierto que también hay diferencia de precio.


     Bueno, ya sabéis que tenemos que pasarlos por harina, huevo y pan rallado. La harina es fundamental especialmente en estos pescados blancos pues, si no la ponemos, el huevo no se pega a la carne. Lo que suelo hacer es salar y poner ajo y perejil picadito en el huevo batido. No es que haga falta salar mucho pues son pescados sabrosos. Lo freímos en aceite de oliva a fuego medio, si son trozos gruesos, para que se hagan por dentro sin quemarse. Para que no parezca "tan pescado" preparo patatas fritas y acompaño todo con unas salsitas que bien pueden ser de bote. Vale la pena poner salseras chiquitas para no desperdiciar la salsa sobrante. Es una forma muy rica de tomar pescado y queda muy jugoso. Yo creo que así, ningún niño protesta.  

     Lo habitual es acompañar el menú con una ensalada. Nosotros hemos hecho un revuelto tipo "menestrita" que me gusta mucho más. El plato tradicional "fish and chips" va rebozado en pasta y lo acompañan con una salsa que lleva vinagre... La cuestión es que es pescado con patatas fritas. Lo tomamos en Irlanda y recién frito está muy agradable. Es cierto que no fríen con aceite de oliva ni cosa parecida. Yo lo he adaptado a mi manera.  En Galicia tenemos un día de sol y mañana es fiesta. Así que queda sólo decir: Bos días.


viernes, 13 de mayo de 2016

Pasta sanísima


     He pensado que el título quizás sea algo pretencioso pero ahí queda... ¿Se os ha ocurrido que quizás algún día llegue la primavera -incluso el verano- a Galicia? Cabe en lo posible. Por este motivo y ante la falta de ganas de pasar hambre, he decidido hacer comidas normales que sean sanas y algo más ligeras, sin exagerar. Quiere decir esto... Que todos los días llueve y las lorzas pueden seguir bajo la gabardina. ¡Qué desánimo! La receta que os propongo hoy es sencilla. Se puede utilizar cualquier carne que os guste y he optado por añadir algunas hortalizas, ya sabéis: tienen vitaminas, fibra, son diuréticas,... He escogido una pasta pero no he hecho mucha cantidad. Lo bueno es que ha cundido. Voy a poner los ingredientes y después sigo con este rollo patatero:

Medio kilo de carne en cuadraditos
Una cebolla roja (o blanca)
Seis champiñones portobello
Una copa de vino
Aceite, sal y pimienta
Un vaso de salsa de tomate
Orégano
150 grs de espárragos verdes troceados
200grs de pasta
Queso rallado

     Empezamos por el principio. Calentamos bien el aceite y ponemos la carne a dorar. Yo he escogido pavo -siempre dicen que es ligero- y dejamos que coja color. Añadimos la cebolla en tiras, esperamos un poquito e incorporamos los champiñones en cuartos. Los portobello son algo más ricos que los normales pero valdría cualquier seta rica y fresca. Salpimentamos y dejamos hacer un poco a fuego medio. Añadimos una copa de vino de cocina y dejamos otro poquito. 



     Lo siguiente es añadir el tomate. Mejor salsa casera. Yo también he puesto un poco de orégano. Si preferís tomillo, le va genial. El tomillo va bien con casi todo, tiene ese carácter. Aquí ya, dejamos hervir a fuego lento hasta que la carne esté tierna, 20-30 minutos deberían bastar. Queda así, ya sin más, un guiso rico para tomar con: pasta, arroz, patatas,... Un clásico.



     En una sartén con una cucharada de aceite doramos los espárragos a fuego medio. Son congelados de Mercadona y salen ricos. Si los pusiéramos en el guiso, no quedarían enteritos y es lo que queremos, que estén ricos. Además nos sobra medio paquete para otra receta. Los reservamos. 



     Cuando la carne vaya estando, nos ponemos con la pasta. Agua a hervir con sal como siempre. He utilizado una pasta nueva de gallo -sale en la tele- que se hace en tres minutos y queda al dente y ¡no se pasa! tiene un tacto realmente rico. Escogí unos que son como rabitos de cerdo. Luego miro el nombre*. Muy cómodo que se cuezan tan rápido. 

     Como os imagináis, la pasta, una vez cocida y escurrida, la incorporamos al guiso. Es el momento de poner los espárragos.  Llevamos a la mesa y acompañamos con queso rallado. El que os guste. Y nada más. Es un plato completo, bastante sano y... bueno, moderando la cantidad, me parece razonable para una comida de mediodía. 

     ¡Ah! Y si os parece que queda algo seco el guiso, podéis incorporar uno o dos cucharones del agua de cocer la pasta. Se podría dorar con el queso al horno. Yo simplemente lo he llevado así a la mesa y cada uno le ha puesto el queso que ha querido. A mí me ha gustado mucho. Espero que a vosotros también. Y lo dicho, ya que somos de comer, procuremos comer sano y sencillo... Buenos días a todos.




     * La pasta se llama "hélices sedalis". 

lunes, 9 de mayo de 2016

Chocos guisados con tomate


     Hacía mucho que no cocinaba chocos. El otro día estaban muy bien de precio y me traje a casa un choco de casi un kilo, limpio y troceado. Quizás sean más ricos los chocos pequeños guisados enteros pero este día salió así. Lo primero que hice fue dorar una cebolla grandota con medio pimiento verde y un diente de ajo. Salamos ligeramente. Estamos hartos de hacer esto ¿verdad? En vez de poner un par de tomates pelados, incorporé media lata de tomate triturado. Ya sabéis que quedan los guisos mucho más colorados. Los matices son distintos pero de las dos maneras me gusta. Dejamos que se haga un ratito.


     Es un clásico de estos guisos preparar un arroz en blanco -hay quien le llama arroz blanco- o también unas patatas cocidas, con o sin piel. Yo decidí hacer unas patatas fritas porque me había sobrado un poco de solomillo y así se podían hacer distintas combinaciones... Las patatas me quedaron de aquella manera porque eran nuevas.


     ¡Pero no os he acabado de contar la receta de los chocos...! Hay que poner medio vaso de vino blanco y una hoja de laurel. Después añadimos el choco, cortado y sin piel. Mejor rectificar de sal al final. ¿Cuánto tarda en hacerse? Pues lo que le da la gana. Vamos, que va a depender del tamaño del choco. Dejáis hervir lentamente con la tapa puesta hasta que el choco cede al pincharlo con un tenedor y está tierno. 


     Sólo queda tomarlo con el acompañamiento que hayamos decidido. Con arroz y unas patatas está muy rico y admite perfectamente un huevo frito... Ya sabéis como es esto. Es un guiso muy rico que puede variarse con unos guisantes, haciendo choquitos pequeños, añadiendo una pizca de pimentón. Nada más por hoy, este fin de semana estuve en Pontevedra pero hizo un tiempo muy malo, llovió cuanto quiso, así que no tengo ninguna foto que compartir. Buenos días a todos.



viernes, 6 de mayo de 2016

Leche asada


     Últimamente aparecía en mi muro de facebook una receta de leche asada. Ya sabéis: son sugerencias de amigos o qué se yo. Recordaba haberla tomado en casa de mis padres de soltera y no sabía bien cómo se hacía. Leyendo la receta, muy fácil, decidí hacer "un poca" ya que sólo éramos tres a comer. Es casi como hacer un flan. Os pongo las cantidades que hice. Por cierto, es, según leí, un postre muy tradicional en Chile. Pues desde aquí lo dedico a los amigos que me leen desde allí que no son pocos. 

2 vasos de leche
2 huevos
Media taza de azúcar
Una puntita de azúcar vainillado
Una puntita de canela en polvo
2 cucharadas de azúcar para el caramelo

     Es tan simple como batir bien los huevos con el azúcar. Añadimos la vainilla y la canela. Incorporamos la leche removiendo bien. Por otro lado preparamos una fuente de horno con caramelo. Yo tuve la tonta idea de hacerlo en una tarterita negra y no era capaz de ver si estaba o no en su punto. Para la cantidad que hice era el tamaño justo. 

     Pues bien, ponemos la mezcla sobre el caramelo y llevamos al horno a 180º hasta que esté cuajado y dorado por encima. Es casi como un flan chato que no hacemos al baño maría ni nos preocupamos de que se tueste... Debe tostarse un poco. Así pues: un flan sin pretensiones. Os digo que es bárbaro de hacer y muy rico. Yo, que tenía prisa, lo tuve unos 20 minutos y después lo apagué; lo dejé en el horno y me fui. Pensaba: " A ver qué me encuentro a la vuelta". Pues encontré una leche asada muy rica. Quizás debería haberse dorado algo más pero estaba realmente buena. ¡Y tan fácil!

     No suelo hacer postre a diario pero como mi marido me pregunta casi siempre ¿hay postre?  Pues me animé a hacerlo ya que el menú era relativamente ligero.


     Unos espárragos con vinagreta y un pudin de pescado muy de diario. Ya sabéis, pescado congelado y tal... Ya lo he puesto mil veces. La verdad, quedó un menú muy agradable y fresquito.


     La leche asada no se desmolda, porque es bajita, sino que se corta y se sirve. Mi marido se empeñó en desmoldarla y así quedó la ración. Un flan achaparrado. Bueno, como vosotros queráis, yo más bien recuerdo cortar las raciones de una fuente rectangular y servirla. Creo que vale la pena multiplicar y hacer cuatro huevos porque es muy rica. Respecto a la que se hacía en la casa de mi madre... Hablando con ella de esto por la noche, me dijo que la que tomábamos no llevaba huevos y que no recordaba cómo era... ¡vaya por Dios! La cosa es que se hacía con aquella leche que traía la lechera y quizás se cuajaba con azúcar al horno, poniéndola cruda, antes de hervirla. A saber... Pues esta leche asada chilena es muy rica, gracias a los que la han compartido en mi muro. Un saludo a todos desde este humilde blog que se va acercando poco a poco a las 400.000 visitas. ¡Buenos días!


lunes, 2 de mayo de 2016

Potaje con compango


     Es una sencilla variante del potaje de vigilia. Para empezar, combinamos habas y garbanzos. Además, en vez de bacalao, utilizaremos un envase de compango: panceta, chorizo y morcilla. El resto es parecido. Lo que necesitamos es:

Una taza de habas
Una taza de garbanzos
Una cebolla
Dos patatas
Dos huevos duros
Compango
Espinacas o acelgas
Ajos, aceite y pimentón
Agua y sal

     Lo que hacemos es poner las legumbres a cocer con las carnes, una cebolla pelada y un chorro de aceite. A fuego suave alrededor de 50 minutos. Incorporamos las patatas tronchadas para que vayan haciéndose. También añadimos la verdura escogida. Yo suelo utilizar espinacas porque en casa no son muy de acelgas. La cantidad un poco al gusto, puede ser un paquete de espinacas frescas o medio, también podemos optar por las congeladas. 
    
      Cocemos dos huevos. En una sartén freímos dos dientes de ajo a fuego lento, añadimos el pimentón y apagamos. Simplemente tenemos que agregar la ajada al potaje, incorporar los huevos duros picados al gusto y cortar las carnes para volver a ponerlas con todo o bien servirlas en una fuente aparte. También probamos pues habrá seguramente que añadir sal, ya que la panceta es poca.

     Tengo que deciros que, en general, nos gusta más que el potaje de bacalao. Queda potente y untuoso. Vamos un plato único más que completo. De sabor muy rico. Se va terminando el tiempo de potajes pero aquí queda este que salió muy bien. Ya sabéis que las legumbres deben formar parte de nuestra dieta, aunque algunos protesten. Espero que os guste. Buenas tardes a todos.