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jueves, 22 de febrero de 2018

Croquetas de grelos


   La receta de hoy, como podéis suponer, es una forma de aprovechar sobras del lacón con grelos. Hacía ya unos días que pensaba ponerlas pero han surgido imprevistos. Son unas croquetas iguales que otras cualesquiera, en vez de añadir espinacas, jamón o queso, vamos a añadir un puñado de grelos cocidos bien picaditos.  


   Esta es la cuestión. Poner un puñado de grelos, sin exagerar la cantidad, y picarlos bien para que no queden hilos de los tallos que no es agradable. Yo lo he hecho con la media luna que para estos cortes me encanta.


    Hacemos una béchamel de croquetas como siempre, podemos dorar una cebollita que a los grelos no les parecerá mal ni les quitará protagonismo. 

   Ya sabéis:
Una cebollita
50grs de harina
500ml de leche
sal y pimienta
Aceite
Y un puñado de grelos cocidos

   Doramos la cebollita bien picada, añadimos la harina y dejamos dorar. Todo a fuego suave. Separamos del fuego y añadimos la leche poco a poco sin dejar de remover.Volvemos al fuego y revolvemos hasta que espese. El fuego lo más suave posible pero que hierva. 



   Los últimos cinco minutos añadimos los grelos picados y removemos para que se mezclen bien. Debe hervir la béchamel 20 minutos para que la harina no sepa a crudo. Probamos de sal y dejamos enfriar totalmente antes de "liarlas", como decía Carmen:

   - Aniña, ¿me ayudas a liar las croquetas?




   Suelo echar la leche a ojo, cuando veo que tienen un punto de ternura que me gusta, ya no pongo más, Me está pasando que me salen tan tiernas que son difíciles de empanar y de freír. Claro que quedan con una ternura exquisita. ¡Es un lío! Después de conseguir liarlas con algo de desesperación, las mandé un rato a la nevera para que la béchamel estuviera más fría y se endureciesen un poco antes de freírlas. El resultado fue bueno; las pude freír sin que se abrieran. Eso sí: aceite bien caliente y de cuatro en cuatro. En la cocina hace falta un poco de paciencia para tener buenos resultados. 


     Salió una buena fuente de croquetas, de buen color y mejor sabor. Somos todos muy croqueteros. La verdad es que cuando hago croquetas como las que me da la gana. Sin cuenta, que no es lo mismo que cincuenta. 


   Les he hecho un reportaje tan completo que ya no sé que más deciros de ellas, que fueron muy correctas y bien educadas, que decía no sé quien... de un sombrero.



     Sí, ¡claro! deciros que saben a grelos, no podía ser de otra manera. Si no os gustan los grelos, no se os ocurra hacerlas. Hay unas en el blog de espinacas que son también deliciosas. Os las aconsejo. 



   Hasta aquí la receta. Os deseo a todos muy buenos días. En Ferrol tenemos una mañana preciosa, lo que no siempre pasa. Habrá que dar un paseo. 

martes, 13 de febrero de 2018

Lacón con grelos



     Hace unos días me dijo mi cuñada Carmen que en mi blog no estaba el Lacón con grelos, también conocido por laconada. Yo le dije que no me extrañaba nada pues me pasa que me invitan o que hago fotos y salen mal, y van quedando platos pendientes. Vamos, que me pasa con más cosas. Así pues, puse como objetivo bloguero publicar una laconada antes de la Cuaresma. Justo empieza mañana. Para no liarnos más, vamos con la laconada y sus ingredientes:

Dos buenas tajadas de lacón
Una buena tira de tocino o panceta
4-6 chorizos gallegos
2-3 patatas por comensal
Grelos


     Antes era normal comprar un lacón para hacer una laconada como Dios manda pero hoy en día, que las familias son pequeñas, si compramos un lacón entero es una barbaridad. También se puede comprar envasado al vacío. Yo lo hice hace unos días en pequeño y quedó muy rico. Pero estas primeras fotos son de una laconada que compró mi marido en el mercado de la Magdalena. 

     Lo que yo hago comúnmente es cocer en abundante agua el lacón con el tocino. Hay que desalarlos de víspera. Si son al vacío, suelen venir con menos sal. Bien, pues deben hervir alrededor de una hora. Mientras lavamos bien los grelos y pelamos las patatas. Prefiero poner 3 patatas medianitas por cabeza que dos grandes. Yo, por ejemplo, no soy patatera... Entonces... me tomo una chiquita encantada. 


     Y ya con la verdura limpia y las patatas peladas, a la hora de cocción, ponemos en la olla los chorizos, las patatas y los grelos. Todo junto, como en el caldo. Los grelos, me lo han preguntado, los cortamos con las manos en varios trozos, quitando la parte del tallo que resulte gruesa. Si son buenos, se puede aprovechar casi todo pues suelen ser muy tiernos. 



     No huele a caldo gallego porque no tiene unto. Huele a lacón con grelos. Nos sale un caldito denso que resucita a los muertos -es un decir- y que podemos tomar bebido como aperitivo o al mismo tiempo que vamos tomando lo demás. 




     Los de las fotos es un poco lío porque hay mezcla de dos días y dos laconadas distintas. La foto inferior es la laconada que hice con el lacón al vacío. Os digo que estaba muy rico aunque resultó todo un poco escaso -era un diario- pero hacerla fue coser y cantar.


        Me gustaría daros un par de consejos tipo Carmen: Uno es que si los trozos de lacón son muy grandes, puede convenir ponerlos un rato antes que el tocino, tardan lo suyo en cocerse. Otro que tengáis cuidado con las patatas. Si las dejamos hervir más de 20-30 minutos, según tamaño, pueden desaparecer entre el caldo y da mucha rabia. Las patatas hay que sacarlas cuando estén. Como dije: patatas, chorizo y grelos van la última media hora al puchero. 
     

     A la hora de presentar, según la cantidad o si hay invitados pondremos una o varias fuentes: Sacamos los grelos y los escurrimos, las patatas, el chorizo que podemos cortar en varios trozos, cortamos y quitamos la piel al lacón y al tocino,... Como vosotros veáis. Os digo que es un plato suculento y muy rico.


     Y algunos postres carnavaleros cuyas recetas ya están en el blog. Después de tomar el lacón y los grelos... Lo normal es tomarse un par de orejas, dos o tres torrijas, varios freixós... que para eso son finos. Menos mal que empieza la Cuaresma. Esto es tremendo porque aún no has adelgazado el Roscón de Reyes y ya estás con estas cosas. Una vez más, gracias por leerme. Os deseo a todos muy buenas noches.


viernes, 9 de febrero de 2018

Pues hicimos sushi...



    Sí, ya sé que un entendido no diría que esto es exactamente sushi, que deberíamos llamarlo makizushi o vaya usted a saber. El caso es que compramos algas nori y arroz para hacer sushi y nos pusimos, como quien no quiere la cosa, a ver qué tal nos salía. 

     Además, utilizamos palitos de surimi y aguacate. Para mojar, salsa de soja. Ni jengibre ni wasabi, ni siquiera vinagre de arroz. Fue todo bastante de andar por casa. La cuestión es que fue divertido y nos gustó. 

     Así que vamos a necesitar:
Algas nori
Una taza de arroz para sushi
Dos tazas de agua
Palitos de surimi 
Aguacate
Sal, vinagre blanco y azúcar
Salsa de soja



     Tengo que decir que compramos las cosas en Mercadona, de marca blanca. Las hay en cualquier supermercado. El arroz lo hice dos veces. La primera vez seguí las instrucciones del paquete y lo cocí 10 minutos -me extrañó- y quedó como un crollo. La siguiente vez lo hice 18 minutos y bien. Creo que se podría hacer con arroz Sos, la verdad. El arroz se lava bien y se cuece en agua hirviendo ligeramente salada hasta que está hecho.

     Preparamos con dos cucharadas de azúcar y tres de vinagre lo que yo llamo el "almíbar de vinagre". Si el vinagre no es de arroz, al menos que sea blanco, claro. Esto lo ponemos unos 30-40 segundos en el micro hasta que se disuelve. Si os parece poco, hacéis más. El arroz se estira en una fuente, se abanica para que se enfríe, se le canta una nana y se rocía con esta mezcla que parece que no pero le da mucho chiste.



    Yo no tenía esterilla de bambú y usé papel de aluminio. Me sirvió muy bien. Como cuando se hace un brazo de gitano. Ponemos el alga nori, cubrimos unas dos terceras partes, colocando los palitos y el aguacate en tiras. Es un relleno simplón, lo sé, pero no quería hacer nada más sofisticado por si salía un asco. Uno de los rollos lo acompañamos con sésamo negro. Quedó gracioso.



     Hechos los rollos, los mandé un par de horas a la nevera para que se dejaran cortar bien. La verdad es que no fue difícil.



    El sushi se toma con palillos y se moja en salsa de soja. Es también típico acompañarlo con wasabi, que pica que adoece, y con jengibre encurtido. Esto sí que me gusta mucho pero no lo tenía. Sé que en Carrefour lo hay.



    
    Eran cuatro rollos y éramos cuatro personas. Sobró algo de arroz y surimi y monté unos rollitos que no se podían coger pero sabían ricos. ¿Veis los palitos de la foto inferior. Están hechos para los que no sabemos usar los palillos. Os digo que yo con dos deditos me arreglé barbaro para mojar los rollitos en la salsa de soja. 


     
     ¿Rico? Para mi gusto, mucho. Y eso que no hicimos ningún esfuerzo económico. Os digo que voy a pensar en otros rellenos, como por ejemplo, salmón marinado cortado en tiras gorditas o el mismo salmón ahumado que usamos para hacer el falso tartar.

     Bueno, ya os contaré cuando haga más... Me parece un aperitivo muy rico para una comida asiática ya sea ramen o algún otro plato oriental. También, formando parte de una cena variada a base de pinchos, me parece divertido, rico y vistoso. Se puede uno lucir mucho. Ya sabéis que en Japón exigen un mínimo de colores en la comida.

     Para terminar, os cuento que, por fin, vamos a hacer una laconada este fin de semana. Así podré compartirla con todos vosotros. Ya veis qué cambio de rumbo. Nada más que contaros, creo. Os deseo a todos un muy feliz fin de semana carnavalero.

domingo, 4 de febrero de 2018

Muffins de anís y maíz


Los muffins es una de las cosas que considero más fáciles de hacer. Esta receta, yo creo que es americana porque la encontré y la traduje hace ya tiempo. Es de las que salen bien, fáciles y ricas. Os la voy a recodar.

Receta base de los muffins:

  Ingredientes:
(La medida que vamos a usar es una taza)
Una taza y media de harina
Tres cuartos de taza de azúcar
Media cucharilla de sal
Dos cucharillas de royal

Un tercio de taza de aceite

Un huevo
Completamos la taza hasta arriba de leche


Para hacer el crujiente: se mezclan dos cucharadas de azúcar y una de harina, con una nuez de mantequilla. Se hacen grumitos y se ponen encima de los muffins antes de hornear


     Se hacen en diez minutos. Se mezclan en un bol la taza y media de harina, los tres cuartos de taza de azúcar y la media cucharilla de sal y las dos de royal. En la misma taza ponemos un tercio de aceite, un huevo y leche hasta completar la taza. Se mezcla con lo anterior con una espátula. Al horno a 200º unos 25m. Las cápsulas de papel es preferible ponerlas en moldes para que suba la masa y no crezca a lo ancho. El horno debe estar bien caliente.


 
 Como habréis observado, la receta base es copiada del propio blog. Ahora vamos con las variaciones: Teníamos taza y media de harina de trigo. Bien, pues sustituimos media taza por harina de maíz de la amarilla. No la maizena blanca. La amarilla aporta color y un delicioso sabor a maíz. 

     Por otra parte, añadimos una cucharilla de anís en grano. Esas semillitas pequeñas que encontramos en cualquier supermercado. Donde las especias. Me chiflan porque al ser sólidas, van a mayores, no cambiamos la receta. Quizás recordéis que otras veces hemos puesto arándanos en los muffins, o pepitas de chocolate. 



     El crujiente queda muy rico pero esta vez, simplemente he espolvoreado los muffins crudo con azúcar. Ya veis que han subido perfectamente. Y como son tan sencillos, no hay más que contar. Admiten cualquier variación, respetando las medidas básicas. Es como veis, como el bizcocho de yogur con anís y maíz. Cambiando la receta base. Es lo divertido de la cocina, da para mucha canfurnada. Os digo que una de las recetas de muffins estuvo entre las más leídas del año pasado. Gustan mucho. De momento os dejo. Os deseo una feliz semana.