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viernes, 29 de septiembre de 2017

Empanadillas de pollo


     Llevaba mucho tiempo sin hacer empanadillas... El otro día compré masa en el super y decidí aprovechar un poco de pollo cocido que había sobrado de una sopita. Recordando el "pastel de cierva" cartaginés, decidí poner un huevo duro. Ni la masa es la del pastel ni el proceso porque, además, entre el pollo quedaba algún trocito de chorizo. Da igual, nos gustaron mucho. Así pues, para hacerlas necesitamos:

Obleas para empanadillas
sobras de pollo o carne de cocido
Una cebolla 
Un huevo duro
Aceite y sal
Huevo para pintar


     Bien, lo primero pochamos la cebolla cortada finita en el aceite, a fuego suave, hasta que esté bien tierna pero sin tomar color. Apagamos y añadimos el pollo y el huevo duro picado. Lo normal es cocer el huevo en casa, claro. Se prueba por si queremos poner sal, lo normal es que sí, que un poco le haga falta, porque tanto el pollo como la cebolla y el huevo duro son sosainas. 


     Vamos rellenando las obleas con una cuchara sopera. Las cerramos y con un tenedor las reforzamos. Pintamos con huevo batido y al horno a unos 175º unos 20 minutos. Esto depende un poco del horno. 


     Lo más normal es acompañarlas con una ensalada para aligerar un poco. Os comento, como veis en la foto de superior, que unas pocas las espolvoreé con azúcar y canela -apenas- para ver qué tal quedaban. Estoy hecha una científica. 


     Y bueno, quedaron muy ricas todas. Las del azúcar, un poco más exóticas. Os digo que vas haciendo cosas raras y te acostumbras. Ahora, por ejemplo, el jengibre me encanta... Y antes para nada. No cabe duda de que conocer es querer. 

     En casa se pusieron muy contentos cuando dije que iba a hacer empanadillas aunque ya les dije: "No cantéis victoria que no las voy a freír, van al horno". En todo caso, se conformaron y les gustaron aunque las prefieren fritas. También yo... 


          Pues esta es la propuesta que os dejo. Una forma de aprovechar un poco de carne. El otro día vi en la tele una noticia sobre la comida que se tira en España... No seré yo que no tiro nadiña. Tengo pendientes otras recetas por subir pero algunas fotos no las encuentro, debe de tenerlas mi marido. Tengo, por ejemplo, un arroz negro que nos encantó y creo que os gustará. En fin, poco a poco espero recuperar el ritmo. Empieza octubre y las aguas vuelven a su cauce, comienzo las actividades propias del invierno y todo se ordena un poco... o eso espero. Os deseo a todos un muy feliz fin de semana. Feliz santo a los que llevan nombre de arcángel. Buenas tardes.

sábado, 23 de septiembre de 2017

Crema de mejillones en escabeche


     Esta es una de las salsas que me enseñó a hacer Marta y que tiene sólo tres ingredientes. Lo mejor es lo fácil que es hacerla. Sirve para mojar patatas fritas, nachos o lo que se os ocurra. Sólo tenemos que batir:

Una lata de mejillones en escabeche
Dos cucharadas de mayonesa
Dos o tres quesitos en porciones

     Una vez bien batido, lo ponemos en un cuenco mono y no hay más que hacer. Incluso es rica para rellenar sándwiches. Tenía ganas de ponerla porque me encanta y la hago con cierta frecuencia. Por ejemplo si la comida me parece que va a resultar algo escasa, pongo uno de estos aperitivos. Lo peor es que son adictivos. A mi marido le gustan mucho con pan. 

     Pues nada más. Desde que ha terminado el verano, mejor dicho agosto, y he vuelto, me encuentro algo despistada. Me tengo que poner las pilas y volver a publicar con regularidad. Gracias a todos por leerme. Algunos desde tan lejos... Feliz fin de semana. 

martes, 19 de septiembre de 2017

Ensalada con mozzarella y mazorquitas

 
     Vamos haciendo ensaladas, con la esperanza de adelgazar, y parece que todas son casi iguales. Entre las cosas que podemos añadir a la ensalada -cosas ligeras- están los quesos frescos y los productos en vinagre. En este caso, añadimos a la ensalada, que es normal y moliente, unas bolitas de mozzarella y unas mazorquitas de maíz. Las dos cosas me gustan, son agradables y dan un toque diferente de textura y colorido. 

     El aliño que he puesto es el clásico: aceite, sal y vinagre. En el caso de tener queso, prefiero un vinagre claro que no oscurezca esas bolitas tan primorosas. Ya veis que es una tontada pero es así la cocina, variar un poquito y seguir tirando... 


     Estas bolitas de queso son muy monas para hacer pinchos, con tomatitos, una anchoa o un boquerón y un hilo de aceite... También las he visto en pinchos largos, simplemente para mojar en una salsa vistosa. Los que seguís con la comida ligera, ¡ánimo! La verdad es que es un aburrimiento pero es lo que hay. Buenas tardes a todos. 

martes, 12 de septiembre de 2017

Osso Bucco de ternera



     Hacía muchos años que no preparaba este plato. ¿Por qué? Pues no lo sé, quizás a mis hijos no les gustaba de niños pero es una de los cortes de ternera que más me gusta para guisar. La carne es el jarrete -o morcillo- cortado en tajadas con el hueso, con lo cual, lleva hueso de caña con su tuétano. A mí me encanta. 

     Los ingredientes:
Dos ruedas de osso bucco
Sal y pimienta
Harina
Aceite
Una cebolla roja
Una cebolleta
Una zanahoria
Pimienta negra
Nuez moscada
Medio vaso de vino tinto
Cuarto de vaso de brandy


     Es un guiso que vamos a preparar como unas carrilleras o un rabo de ternera. Son carnes que tienen que cocer largo tiempo a fuego lento. Empezamos salpimentando las dos tajadas de carne y enharinándolas ligeramente. Si por alguna razón no queréis usar harina, doráis directamente. Tened en cuenta que son carnes muy jugosas y hacen igualmente una salsa muy rica. 



     Una vez dorada la carne, la reservamos en un plato y vamos dorando las hortalizas cortadas en tiras. Verificamos que se doren y no queden cocidas. Doraditas sin quemarse. 



     Aquí veis la carne reservada en un plato. Por supuesto está cruda por dentro. Ahora se reunirá con las hortalizas. 



     De vuelta a la tartera, ponemos la pimienta y la nuez moscada. Salamos las hortalizas y añadimos el vino y el cognac. Cuando rompa a hervir, bajamos el fuego y tapamos. Podemos dar la vuelta a la carne a mitad de cocción. 



     ¿Cuánto va a durar el proceso? Pues hasta que la carne esté totalmente tierna y se separe del hueso. Probablemente más de una hora y media. Tenemos que probar la salsa para ver si está bien de sal o añadimos un poco.



     Para acompañar el guiso hice unas bolas de patata, huevo y harina empanadas que ya os contaré. Ya sabéis, de estilo alemán. Les gustaron mucho así que otro día las repito y las subo al blog porque lo de hoy fue una cosa rápida y chapucera. De eso que ibas a hacer otra cosa y, de pronto, haces esto. Soy una cocinera alocada.  


     En cuanto a la carne, una vez terminada, se puede pasar -o no- la salsa. Yo soy partidaria de la masticación. Mi marido mezcló el tuétano con las hortalizas y quedó riquísimo. Si no gusta el tuétano a todos, mejor que se lo sirva sólo el que sea partidario. A mí me gusta y me encanta tomarlo con pan y sal, cuando hay cocido, pero comprendo que hay a quien no. Hasta aquí esta receta clásica que a mí me encanta. Otro día lo podemos hacer con zumo de naranja y brandy, que le va de cine. Tiempo habrá...


      Os deseo a todos muy buenas tardes. 

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Fideos con mejillones



     Este plato no recuerdo si lo vi en la tele, en un blog o dónde; sé que lo hice por lo fácil y porque me chiflan los mejillones. La receta no puede ser más sencilla.

     Ingredientes:
Un kilo de mejillones
Una cebolla
Un tomate
Un pimiento rojo
Medio kilo de fideos
Agua y sal
Ajo y perejil

     Para empezar vamos a abrir los mejillones con medio vaso de agua y laurel, reservándolos limpios y colando, el líquido que resulte de este proceso. 



     En una tartera doramos la cebolla, el pimiento y el tomate picados. Cebolla y tomate pelados, claro está.



 Cuando estén bien pochados, añadimos los fideos, podemos variar el grueso al gusto, y les damos unas vueltas hasta que se doren. 


     Añadimos el ajo picadito con el chisme este o como mejor os parezca. 



     Después incorporamos el agua de los mejillones y dos partes más de agua corriente. Vamos a poner que tenéis un tazón de agua de cocción, pues tres en total. Más o menos que cubramos la pasta. Queremos que se cuezan pero sin quedar demasiado caldosos. Se dejan hervir, comprobando el punto de sal. Le damos color con una pizca de azafrán o colorante alimentario.




      Terminamos el plato agregando, en el momento de servir, los mejillones reservados, que conservan toda su textura, y perejil picadito. Aportamos así hierro y vitamina C que es una combinación estupenda para luchar contra la anemia, por ejemplo. 

     Todos estuvimos de acuerdo en que el plato estaba muy rico. Ya veis que es sencillo y barato. Otra opción que se me ocurre es no añadir ajo a la fritada y acompañar los fideos con alioli, ya sea casero o comprado. El de Chovi es delicioso. Hasta aquí la receta de hoy que es de las que me encantan por las razones ya expuestas y porque, como ya he dicho, los mejillones me entusiasman. Espero que también os gusten. Si los queréis más colorados, ponéis más tomate, creo que le iría muy bien. Buenas tardes a todos y gracias por leerme.