Las chulas son un tipo de frituras. En casa de mi madre se diferencian de las frituras en que estas llevan leche y las chulas no. Por supuesto, es un nombre familiar y habrá quien las llame de otra forma. Es una forma de aprovechar restos de cocido y a mí me encantan. Es para cuando queda bastante cantidad porque cunden menos. En este caso he cocido dos patatas en el micro, porque no tenía sobras y me apetecía hacerlas. Las opciones son muchas. Las de hoy son muy sencillas.
Ingredientes:
Dos patatas grandecitas cocidas
Dos huevos
50 gramos de jamón en daditos
Dos cucharadas de harina
Sal y pimienta
Las patatas las he cocido en el micro, como ya he dicho, se lavan y se pinchan con un cuchillo para que no exploten. Se dejan, según tamaño, 4-6m. La mejor manera de saber que están es abrir el micro. Huelen a patatas cocidas y la piel se ha arrugado. De todas maneras, para cerciorarnos, las pinchamos con un cuchillo fino. Una vez hechas, las pelamos y las aplastamos bien con un tenedor, en miguitas. Añadimos la harina, dos cucharadas grandes bien llenas, la sal y la pimienta y el jamón (con taquitos de chorizo también están divinas). Mezclamos bien para que no lleve grumos la harina y añadimos los huevos.
Debe quedar una mezcla espesota, como veis (un potingue nada apetecible). Si tenéis perejil fresco, podéis añadir un puñadito bien picado. Me encanta. Y nada más. Sólo queda freírlas. Son muy ricas. Podéis hacerlas tal cual, con cuchara, o formar croquetas. Vais poniendo montoncitos en aceite bien caliente. De las dos formas están bien.
Se pasan por papel de cocina para quitarles algo de aceite y listas para tomar, como aperitivo o con una ensalada. Se pueden hacer de mil cosas: jamón, chorizo, ajo y perejil, gulas, bacalao,... Tengo una amiga que las hace con arroz en blanco en vez de patatas. Un plato muy barato y sabroso. De crisis. Ya pondré otras variantes para que veáis...
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