Ya sabéis que las frituras las podemos hacer casi de cualquier cosa. Hoy las he hecho de gulas. Me gustan mucho y es una cosa fácil, barata y rica. Las tres bes. Hoy he hecho una pequeña variación: He añadido un par de cucharadas de harina de garbanzo que traje de Cádiz.
Ingredientes:
Un huevo grande
Una taza de harina
Una taza de leche
Una cucharada de aceite
Sal
(Dos cucharadas de harina de garbanzo... o no)
Una cucharilla de levadura royal
Perejil fresco picado
Un paquete de gulas refrigeradas
Ya sabéis como hago la pasta pero repito de carrerilla: Batimos todos los ingredientes, a mano o con batidora, excepto la clara que la añadimos al final a punto de nieve firme y mezclamos suavemente con espátula. He añadido royal porque la harina de garbanzo es más pesada, o me lo parece a mí.
Una vez hecha la pasta, añadimos el perejil picadito y las gulas, revolvemos y freímos en aceite bien caliente. Me gusta que salgan algunos churros de gulas, me parece que quedan más chulas. Y ya están listas. Las podemos tomar de aperitivo o de segundo con una ensalada. Ya veréis qué ricas. Y como todas las frituras, mejor tomarlas recién hechas.
Además, es un plato que cunde mucho. Con la medida para un solo huevo, nos sale una fuente de frituras mediana. No se puede pedir más... Es un plato de crisis, de los que se tomaban después de la guerra. Os recuerdo que se pueden hacer de: gambas, jamón, huevo duro, patatas cocidas en ruedas, hortalizas, restos de cocido picaditos, trocitos de coliflor cocida tiras de bacalao (con azafrán: soldaditos de Pavía),... o de viento espolvoreadas con azúcar. Por dentro deben tener la textura de un pancake (de hecho son masas parecidas), muy tiernas, y doraditas por fuera. Os animo a hacerlas, creo que os gustarán.
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