Llevaban tiempo mis hijos pidiéndome que repitiera esta receta. Por fin la he vuelto a hacer y reconozco que es muy rica.
Ingredientes:
Una pechuga pequeña por persona
Dos cebollas grandes
Dos pimientos rojos grandes
Salsa de soja
Aceite y sal
Agua
Bacon (no es necesario pero le da chiste)
Envolvemos las pechugas en una loncha de bacon y lo sujetamos con un palillo. Las doramos en unas cucharadas de aceite y las reservamos.
En el mismo aceite doramos las cebollas y los pimientos (qué cantidad de vapor). Que cojan un poco de color. Volvemos a poner las pechugas en la tartera y salpimentamos. Añadimos un buen chorro de salsa de soja (un poco al gusto) y un vaso de agua.
Dejamos hervir entre 12-18 minutos, según el tamaño de las pechugas. El tiempo es un poco aproximado porque va a depender también de cuánto hayáis dorado las pechugas... Una vez cocinadas, lo podéis tomar tal cual o sacar las pechugas y batir la salsa en el vaso de la batidora. Queda una salsa rojiza muy rica. Podéis rectificar, en este caso, la salsa de soja, probando una cucharilla de salsa. No creáis que es un plato "muy chino", para nada. Como acompañamiento añadí unas patatas fritas a la salsa y dejé hervir varios minutos. Riquísimas. También me encanta con arroz en blanco. En este caso le iría muy bien un arroz basmati o thai, cualquiera. Yo no hice arroz porque ya lo habíamos tomado el día anterior. Pues esta es la receta de hoy. Espero que os guste.
Si hicierais sólo tres pechugas, os llegaría con un pimiento y una cebolla, y algo menos de agua. Les dije a mis hijos que las pechugas eran demasiado grandes, tres de ellas, que si les ponía media... y me miraron estupefactos. Respecto a batir o no batir la salsa, en casa hay división. Realmente queda bonita y si hay niños, no lo dudéis. Otra cosa, recordad que la soja es bastante salada.
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