La verdad es que la vida está llena de sorpresas. No se me había ocurrido hacer una etiqueta para el café y me han traído un regalo de Cartagena que desconocía, y ya tengo una nueva etiqueta. Consiste en una caja, muy bonita, con todo lo necesario para hacer un "café asiático". Bueno, amigos, qué cosa tan rica. Se toma en estas copas que tienen su historia. Al principio se tomaba en copas de vermú pero se cambió a una copa de cristal más grueso, por el calor, y más corta, por la estabilidad.
La receta original, usando los dibujos de la copa como medida consiste en: leche condensada, un dedo de magno, unas gotas de licor 43 y café hasta arriba, todo ello aromatizado con dos granos de café, una corteza de limón y un poco de canela. El resultado es exquisito, un café dulce con un aroma delicioso, pero nada empalagoso. Yo recuerdo aquellos "carajillos", con perdón, de café con cognac que tomábamos en Zaragoza en invierno (qué frío hacía). Pero esto va más allá, es mucho más delicado. Es una bebida con medio siglo de historia que se inventó, según leo, en el pueblo de Albujón, en el bar Pedrín.
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Pues nada más, un saludo a todos los amigos de Cartagena, en especial a mi hermano y a su gran familia. Y enhorabuena por este café tan rico.
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