¿Recordáis el poema sobre el vino "manzanilla"? Me quedé pensando que debía probarlo para contaros y se me ocurrió hacer una especie de comida-aperitivo andaluz. Así que compré una botella de manzanilla y la dejé enfriar en la nevera. Además, volví a hacer atún a la plancha con unas escamas de sal ahumada y pusé también unas aceitunas "gazpachas" que me chiflan y unos calamares fritos. En Andalucía fríen muy rico pescados y mariscos. Qué voy a decir...
Os voy a explicar como hice los calamares, que muy calamares no eran. Son esos aros que venden ya limpios y, la verdad, tan ricos como los calamares frescos, pues no. Pero son muy baratitos.
Lo que hice fue: primero enjuagar los aros debajo del grifo y escurrirlos bien. En un "táper" mezclé dos cucharadas de harina de trigo, dos de harina de garbanzo, una cucharilla de pimentón de la Vera y sal. Bien mezclado. Ahí metí los calamares bien escurridos, cerré, di la vuelta (porque la harina estaba debajo) y le di un buen meneo, hasta que estaban bien envueltos en harina. De calamares era un medio kilo. Este truco también se puede hacer con una bolsa de plástico limpia.
Ya veis como quedan, todos envueltos en la mezcla de harinas. Sólo quedaba freírlos en aceite de oliva bien caliente hasta que estén dorados por ambos lados. Cuidado que salpican un poco. Les va muy bien un chorro de zumo de limón, al gusto, y tomarlos tal cual o en bocadillo, que también me encantan. Creo que es la tercera forma en que he rebozado los calamares en el blog: A la romana (harina y huevo), en pasta, y esta tercera que es muy cómoda y rica.
Ya veis qué buena pinta tienen. No son calamares auténticos pero están bastante más ricos que los que venden congelados y rebozados. Nada más. Feliz lunes a todos. No queda otro remedio que volver a empezar...
Ah, y el vino nos gustó, como decía en la otra entrada: algo ácido, pero fresquito es muy rico para tomar con un aperitivo o un pescaíto frito.
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