Una comida de fiesta

     Bueno, os había dicho que intentaría proponer algún plato de fiesta. Se me echa el tiempo encima... Por eso comparto esta comida familiar, muy fácil, que les ha gustado muchísimo. Se trataba de no liarse demasiado. Hemos puesto una bandeja de quesos variados (somos muy queseros), Una ensalada de zanahorias y unos langostinos al horno. El queso no tiene nada que explicar. Me gusta acompañarlo con uvas y no lo hemos tomado al final, como los franceses, sino de aperitivo. Pero también me gusta de postre. Es lo bueno del queso, que se adapta a lo que queramos. Además del brie, había queso de Mahón, cabrales, manchego, cheddar, y  maasdam. Ya veis, un surtido internacional.

     Los langostinos les han entusiasmado a mis hijos. Antes los hacíamos a la plancha, pero viendo que mucha gente los hace al horno, he pensado que tenía que ser muy cómodo. Lo es. Los hemos descongelado, escurrido y a la bandeja con ruedas de limón y una mezcla de ajos y perejil picaditos con unas cucharadas de buen aceite de oliva. Espolvoreamos con escamas de sal de buena calidad. Vale  la pena para estas cosas. Al horno, fuerte para que se doren, unos 12 minutos. Va a depender del grosor de los langostinos. Estos no estaban mal. Nos ahorramos estar delante del fuego dándoles vueltas. Cuando son muchos es un lata. Creo que los voy a hacer así siempre.

     La mesa, la he intentado poner mona, aunque sencilla. Hemos tomado todo con un vino blanco de Rueda fresquito. Esto se podría tomar con cava, por supuesto. También pusimos un micuit de pato. Es diferente del foie que se toma cocinado. Este lo hemos tomado con pan y cebolla roja confitada (que no quiso salir en la foto). Es muy rico y bastante caro. La ensalada de zanahoria ya la conocéis, está en el blog desde... hace bastante. Es muy fresquita y gusta mucho. Para un día de fiesta, vale la pena pasar la plancha sobre el mantel, ya en la mesa, para que no tenga las arrugas de las dobleces. Como en las series inglesas (ya veis que yo no lo he hecho).

     Aquí tenéis los langostinos ya cocinados, ya os digo que les chiflaron. Y no salen, en proporción, nada caros.

     De postre hice un pastel que les gustó muchísimo. Es curioso porque no son de tartas mis hijos. Esto era un bizcocho de chocolate como el del red velvet (sin red), cubierto con un fondant que chocolate blanco. Les ha recordado a las galletas oreo, que a mí no me gustan, y ha volado. Está adornado con frutas escarchadas de colores navideños. No me decido a usar fondant. Os pondré la receta por si os apetece. Nada más de momento. Ya va quedando menos para las fiestas.