Esta entrada se podría llamar: "Empanada del lacón asado que sobró del día de Navidad". Siempre que sobra comida, procuro aprovecharla, ya lo sabéis. Por eso me han dado el lacón. Ha dado para una empanada "de mano de amigo" y me ha sobrado otro tanto...
Lo primero que he hecho es dorar dos cebollas grandotas. Después he añadido el lacón en tiras, más o menos irregulares y lo he dejado dorar un poco. Lo he espolvoreado con una pizca de cominos y otra de pimienta. He incorporado media bandeja de setas de cardo y un puñado de pasas sultanas. Pizca de sal y listo el relleno. La he hecho suave, respecto a la sal, porque estamos todos un poco saturados de las comidas de fiesta.
Y ya me he puesto con la masa. Sencilla del todo. En una taza he puesto leche, casi hasta arriba menos un dedo de aceite de oliva. Esto es lo líquido.
En un bol, vertemos el líquido, una cucharilla de sal, una cucharadita de azúcar y dos cucharillas colmadas de levadura. He comprado otra marca: Maizena. Ha quedado muy bien.
Y he ido añadiendo harina normal hasta formar una bola. He pesado la harina 315 grs. Podría variar un poco, pero por ahí andamos. Ya sabéis que la masa debe estar tierna al tacto. Se estira bien, con ayuda de harina, pero si os queda dura en crudo... No estará rica, quedará dura una vez cocinada. Estoy hablando de la masa en crudo. Pero bueno, todo se aprende a fuerza de práctica.
Pasamos al mármol y trabajamos un ratito, hacemos una bola y dejamos reposar una media hora (el tiempo de pasar la aspiradora).
Cortamos la bola en dos partes, tirando un poco a un lado para que no sean iguales. Queremos que la parte de abajo sea un pelín más grande. Estiramos y pasamos a la bandeja del horno. Con el rodillo grande y harina. Con ese rodillo pequeño, estiro un poco mejor, ya en el molde, para que coja bien la hechura. Me lo regaló una cuñada y es muy cómodo para empanadas y pizzas.
Vamos rellenando. Ya os digo que quedó "muy rellena". Así cunde más.
Estiramos la otra media bola, hacemos tres corazones con el molde de galletas (lo que queráis), colocamos sobre el relleno y cerramos. Esto no tiene ninguna dificultad. Pintamos con huevo batido y llevamos al horno unos 25 minutos a 200º. Siempre vigilando y teniendo en cuenta el "caráter" del horno.
Ya tenemos nuestra empanada, que ha salido muy barata y es mucho más suave que las de carne que venden. Y más digestiva.
Aquí la veis por dentro. Iba "cheíña" (muy llena). Nos ha gustado mucho. Ya sabéis que la comida de aprovechamiento de sobras me encanta. Es comida inteligente. Pues nada más. Espero que os guste. No ha salido grande del todo, con esta cantidad de masa. Podríais hacer un poco más de masa o comprar la masa hecha, hojaldre o pasta brisa. También quedan muy ricas. Más suave y digestiva, la casera.
Me faltaba decir que tenía un "aire" con las empanadas chilenas. Lo he hecho a propósito. Pero no le puse huevo duro ni aceitunas. Que le van muy bien, claro. De la misma forma, podríamos hacer empanadillas. Hacer bolitas de masa y estirarlas. Da más trabajo pero quedan muy ricas. Yo, ayer no tenía ganas de complicarme. Otro día las hacemos. La masa, con la levadura ha subido un poco, sin llegar a ser miga. Y es una masa muy suave que con 50 grs de azúcar nos serviría para un apple pie. Nada más, que siempre me lío. Descansad un poco estos días que enseguida llega Fin de Año.
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