Una receta que nunca pensé que haría: una sopa con judías verdes. Bueno, pues se la han comido encantados. La base de la sopa: dorar una cebolla grande y un buen puñado de judías verdes cortadas finitas. Claro, antes hay que quitarles los extremos y los hilos. Una vez pochadas ambas cosas, añadimos un litro de caldo (o agua con una pastilla de caldo) y una taza de guisantes. Son más ricos de temporada pero pueden ser congelados. Dejamos hervir una ratito y ya tenemos nuestra sopa. Todo lo que sea comer hortalizas es bueno. Tampoco le iría nada mal añadir una patata en cuadraditos.
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