Tenía pendiente escribir el comienzo de este Camino del Norte que comenzamos hace un año. Llegaba yo de Cartagena, muy ufana, y me encontré que me habían organizado otro Camino de Santiago. No tenía yo intención de hacerlo de momento pero no hubo otra. Para que os hagáis una idea, este Camino viene desde Francia por la Cornisa Cantábrica. Nosotros lo íbamos a comenzar en Ribadeo, Ya sabéis, esa bonita ciudad llena de casas indianas que está al norte de Lugo, donde el Eo separa Asturias de Galicia. Es un lugar precioso que os aconsejo visitar.
Bien, pues nosotros no pudimos empezar allí, por motivos familiares, y nos sumamos a medio camino para, al día siguiente alcanzar Lorenzana (Lourenzá en gallego). Allí hay un precioso monasterio con una iglesia increíble que podéis ver en la siguiente foto. Es el monasterio de San Salvador. Lamentablemente estaba cerrada, suele pasar, pero yo la he visitado en otras ocasiones. Es una joya.
Como la jornada se había dividido en dos, pasamos la noche en una casa rural, casa da Penela, en la zona de Mondoñedo, perfectamente rehabilitada y muy bonita. Allí nos dieron una maravillosa cena donde no faltaron los huevos caseros y un delicioso pisto con productos de la huerta. Al día siguiente compramos habas de Lourenzá, con denominación de origen. Las hice unos días después y estaban de llorar de ricas. De esa parte del Camino, no sé que deciros, muy bonito, muy cansado, bastante calor... Yo siempre protesto en las cuestas arriba. Soy "protestante".
Y, pasado todo un año, había que recomenzar. Este sábado pasado, detuvimos los coches en Lorenzana y nos pusimos en marcha a través de una senda que se llama "de San Rosendo". Este santo tiene importancia en esta zona. Tiene que ver con los normandos y San Martín Dumiense. Es un camino muy bonito pero no hice fotos. Os digo que me canso tanto de subir y bajar que no tengo ánimo de nada más. Son unos nueve kilómetros de Lorenzana a Mondoñedo que para cualquier persona en forma, no es mi caso, no tienen demasiada dificultad. Con todo... los hice.
Ya en Mondoñedo, ¡por fin! nos tomamos una cerveza y los bocadillos. La plaza es preciosa, y la catedral una maravilla. Tiene un tamaño pequeño, para catedral, pero sus proporciones son muy bellas. De comienzo románico, termina siendo una mezcla de varios estilos, como suele pasar. Tiene unas pinturas góticas muy interesantes. Una parte representa la Matanza de los Inocentes. Es curioso porque todos van vestidos estilo medievo y más parece una escena de las Cruzadas. Es una catedral en medio de la nada, que resulta mágica.
Detrás de la plaza de la catedral tenemos la plaza del seminario. Está bajo la advocación de Sta. Catalina. La podemos ver en la fachada con su rueda y su palma de martirio. ¿Os acordáis de aquella canción?
Santa Catalina,
hija de un rey moro,
que mató a su padre
con cuchillo de oro.
No era de oro
ni tampoco plata,
que era un cuchillito
de hojadelata.
Toda la villa es divina y está muy bien conservada. No hice muchas fotos pero sí me detuve a fotografiar el Barrio dos Muiños (molinos). Es un sitio pintoresco, realmente bonito. A sólo unos minutos de la catedral. Bien, al fondo de estas casas está el puente del Pasatiempo. Esto también tiene que ver con la historia, otra historia. El Mariscal Pardo de Cela había sido condenado a muerte; Su mujer traía un indulto de los Reyes Católicos y en ese puente la entretuvieron de manera que no pudo impedir la muerte de su esposo. Esto está entre la historia y la leyenda pero no deja de ser precioso.
Hasta aquí llegamos con este tramo del Camino. Por la tarde marchamos hacia Abadín pero esto os lo contaré otro día. Quedan muchos kilómetros para llegar a Villalba y no sé cuándo los haremos. Nuestros caminos son así... duran meses y años. Lo importante es ir sellando la compostela y, sobre todo, la ilusión de reunirnos y dirigirnos juntos, con mucho esfuerzo, a la siguiente meta. Es la vida misma. Buenos días a todos.