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lunes, 22 de febrero de 2021

Pastel de manzana con pasta filo


   Ya hacía unos días que quería subir esta receta. Me pasa que si no las subo pronto, termino por olvidarlas. Así pues, no quedaba otro remedio que ponerse a ello. La semana pasada, por haches o por bes, fue muy liosa y no conseguí sentarme a escribir... Hoy ya no lo demoro más. ¿Qué necesitamos?

Tres hojas de pasta filo

Tres manzanas

2 ciruelas pasas y 2 dátiles (opcional)

4 ó 5 cucharadas de azúcar

Canela

Ralladura de limón

Una pizca de jengibre en polvo

Una pizca de pimienta negra

Una cucharada de brandy

Almendras laminadas azúcar y canela para la cobertura



   Os digo que pensaba presentar este pastel como una pastela pero al ser las láminas rectangulares, simplemente las coloqué en una fuente rectangular pintando cada lámina con un pincel de aceite, que también podría ser mantequilla fundida. 



   Pelamos y cortamos las tres manzanas, las espolvoreamos con 4 ó 5 cucharadas de azúcar, canela y las especias que hemos nombrado. También la ralladura de limón o una tira de piel limón para que dé aroma. Las ciruelas y los dátiles en trocitos y la cucharada de brandy. Esto lo llevamos tapado con film de cocina al microondas unos 4-5 minutos para que se cocine la manzana. 



   Como la manzana es todo agua, se hace perfectamente. Si la pusieramos cruda en la pasta filo, no le daría tiempo a cocerse o bien se nos quemaría la pasta que es muy fina. La fruta cocinada la colocamos sobre la pasta que ya aguarda en la fuente de horno.



   Cerramos haciendo dobleces o arrugas... como mejor podáis. Aquí pienso yo que un molde y unas láminas redondas hubieran sido más fáciles de colocar en plan mono. No importa porque adornamos... la arruga es bella... con las almendras laminadas y dos cucharadas de azúcar con una pizca de canela. Lo mismo que el pastelón moruno de pollo.



   

   Llevamos al horno a 180º unos diez minutos o hasta que veamos que la pasta se ha dorado sin carbonizarse. Vamos, que no es una cosa para dejar en el horno e irse a pasar la aspiradora. Mejor vigilancia estrecha. 

   Al salir... no queda feo, aunque olvidé la foto del pastel completo. En la primera imagen podéis ver cómo quedó la porción. La pasta dorada, la manzana tierna y un sabor dulce, sin exagerar, con aromas muy ricos. La pizca de jengibre para mi gusto le da un sabor muy fino. Es de esos postres que se hace en minutos. Yo creo que una bola de helado de vainilla le iría genial.

   Quedan cosas por contar. Estos días llegó el blog a 800.000 visitas. Lo pongo así en números redondos. Es una cifra impresionante. Como además ha cumplido ocho años, toca a cien mil visitas por año, que no está nada mal. Sé que cada vez lo llevo de una forma más tranquila, que publico menos y que las visitas van también más despacito. Creo que esto no tiene importancia, la verdad. El blog es solo una afición que, si bien me llena de orgullo y satisfacción -no tanto orgullo como satisfacción-, es algo que va surgiendo en el día a día,... Y sé que muchas amigas lo usan,... Y me ha traído a su vez nuevas amistades... Y la mayoría de las veces me hace muy feliz. 

   Por supuesto que he cometido errores y hoy no publicaría, probablemente, recetas que subí hace años, lo cual me lleva a pensar que seguramente me he hecho más exigente. 

   Está además el hecho de que es un blog que mucha gente consulta en Navidad, lo cual me parece muy bonito, y también algunas amigas me han contado que ha hecho recetas mías en días importantes para sus familias, ¿cabe mayor honor? Todo esto me parece más que suficiente para seguir poco a poco este camino que algunas veces tengo la tentación de abandonar. También pienso que es un trabajo que no está terminado y que iré haciendo mientras mi salud y mi cabeza lo permitan. Sin obsesionarme, eso sí.

   Así pues, os doy las gracias a todos. Por leerme, por seguirme, por tener confianza en mí. Este viaje que vamos haciendo juntos es realmente bonito y no puedo sino agradecéroslo infinitamente. Nunca en toda mi vida creí que haría algo así. Es sorprendente. Así pues, gracias otra vez a los que me leéis desde tantos rincones de España, Estados Unidos, Suecia, Argentina, Alemania, Irlanda, México, Bélgica, Chile,... Y tanto otros lugares que quedarían por nombrar (he copiado los diez primeros de la lista de este último mes). 

Gracias a todos

miércoles, 10 de febrero de 2021

Comer sin leche


   Esta es una entrada que tenía pendiente escribir desde hace varios meses. Cuando en la familia hay una persona que no puede tomar leche, nos complicamos un poco la vida pensando qué podremos cocinar. Son cosas que pasan y hay que encontrar soluciones. Yo no soy experta en comidas especiales porque, gracias a Dios, no tengo ese problema, pero si me he encontrado con personas en esta situación. Curiosamente en el mercado hay muchos tipos de sustitutos de la leche: bebidas de almendra, de avellanas, de soja, de arroz, de coco,... No son baratas pero hay un amplio surtido. 

   En estos casos, cuando viene a casa una persona que no puede tomar leche, la elimino de la comida. No se me ocurre hacer una béchamel o un arroz con leche de postre. La cosa es que tuve ocasión de probar algunas recetas con estas bebidas. Os voy a contar un poco por si a alguien le interesa, sin meterme en las recetas en sí. 

   Por ejemplo, la primera foto, son unos muffins hechos con la receta que hago siempre sustituyendo la leche por bebida de arroz. Lo demás, exactamente igual. Pues mirad, quedaron francamente ricos. Tienen un toque de color porque el azúcar era moreno, esto siempre se puede variar... Así quedaron, tiernos y ricos.



   Otra propuesta: Unas miniquiches preparadas con huevo batido y esta misma bebida de arroz. Trocitos de bacon, sal, pimienta y nuez moscada. Hay que comprobar que la masa que usamos no tenga leche ni lácteos. Bueno, pues a pesar de que esta bebida tiende a ser un poco dulce, os aseguro que las quiches estaban muy buenas. Nos sorprendieron muy gratamente.



   Alguna vez he preparado estas tortas de pan. Llevan agua y harina, un poco de sal y un chorrito de aceite. Nada de leche. Tengo que contaros cómo se hacen porque no están mal para un apuro panero.



   Yo en los guisos no pongo leche. Más bien vino o cerveza en alguno. Sin embargo, el pollo al curry algunas veces lo acompaño con nata. Pues en esta ocasión, que no podía utilizar nata, preparé la salsa con 100ml de agua y una cucharadita de harina de maíz -maizena-. Es un toque distinto que se usa mucho en comida oriental y queda una salsa gordita y muy fina. Es un básico de la cocina.



   Para terminar os cuento esta tarta de manzana que hice el domingo; ya subiré la receta. Me hubiera encantado hacer una masa quebrada casera con mantequilla. Imposible. Lo que hicimos fue comprar pasta filo y la rellenamos con manzana ya a medio cocinar en el micro. Esto porque si no se nos abrasa la pasta en unos minutos y la manzana sale cruda. Os lo cuento en detalle en unos días. Yo creo que quedó divina y pudimos tomarla todos. Todos y todas... ¡Mi madriña!

   Es verdad que no tomar queso es un dolor, que las pizzas han de convertirse en cocas y que hay mil cosas deliciosas que tenemos que perdonarnos. Con todo... Casi todo se puede si se agudiza el ingenio. Con esto os dejo hoy, autoconfinada... o casi, aburrida y algo impaciente por volver a la vida normal. Os deseo una feliz tarde. Bicos.
 

lunes, 1 de febrero de 2021

Tocinillo de yogurt


Esta es una receta que os había dicho que iba a subir. La vi en el Facebook, de esas cosas que aparecen por ahí sin saber por qué... Y lo hice pues es realmente facilísimo. ¿Qué necesitamos?

2 yogures naturales
2 medidas* y media de harina
1 medida y media de azúcar
3 huevos
4 medidas de leche
2 cucharaditas de levadura
75 gramos de mantequilla
Una cucharilla de canela (opcional)

*La medida es el vasito del yogurt.


   Batimos todos los ingredientes. La mantequilla debe estar blandita. La sacáis antes de la nevera o le dais una "vueltita" en el microondas. Yo añadí un poco de canela y, creo, que no le iría mal tampoco un poco de ralladura de limón. Lo que es un poco para que no destaquen, una pizca de cada. 

   El horno lo vamos calentando antes a 180º. Arrugamos papel de horno con unas gotas de agua y lo ponemos en la fuente que vayamos a usar. Podría ser redonda pero si queréis cortar cuadraditos, mejor utilizáis una rectangular. Llevamos al horno entre 30-40 minutos. Le pasa como a las tartas de queso, se hincha pero una vez que sale del horno pierde ese volumen y queda como en la foto siguiente.  Aunque os tengo que decir que he visto resultados más granulados en la superficie. Quizas exceso de batidora. 



   Lo espolvoreamos con azúcar glass -impalpable- y lo cortamos en trocitos del tamaño de los tocinillos de cielo... o no. Si os preguntáis a qué recuerda, yo creo que puede ser a la quesada pasiega. Hace mucho que no tomo una auténtica quesada así que, a lo mejor me equivoco pero fue lo que me evocó este "tocinillo de yogurt". Pienso que es lo bastante fácil y rico como para darle una oportunidad y ya, valoráis vosotros si os gusta o no. 



    Os dejo, para animar, unas fotos de un paseo que dimos hace varias semanas por San Jorge. Es una de nuestras preciosas playas. Como dice mi hijo, tenemos suerte de estar en un ayuntamiento bonito que tiene salida al mar y preciosos arenales. Porque confinados estamos en Ferrol -terrol- desde hace ya mucho. Paciencia...



   También os digo que estamos, gracias a Dios, bien, que nos cuidamos, que no hacemos locuras y nos aburrimos como todo quisque. Me acuerdo de Dickens y pienso a veces que vivimos "el peor de los tiempos".  Como comienza Historia de dos ciudades:

   "Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; La época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación."

   Es cierto que ha sido un año terrible y que este invierno resulta desesperante por muchos motivos. Pensemos en la esperanza de la próxima primavera, aunque quede un poco cursi. Como dicen los mayores... De todo se sale (me estoy dando cuenta de que yo ya soy abuela y mayor). Cuidaos mucho queridos amigos.