Yo ya pensaba: esto del blog se me va a pasar... Entonces, mi marido compró una bandeja de nabos. Casualidad llaman los bobos al destino. Yo lo nabos los cocino poco. Son de esas cosas que ni te acuerdas. Bueno, pues se me ocurrió hacer un puré y nos encantó. Con esto de puré, quiero decir que es de diario, sin adornos, ni nata, ni queso,... Os voy a contar primero qué necesitamos:
Una cebolla grande
Dos nabos
Dos patatas
Aceite y sal
Un litro de caldo de verduras o de pollo
¿Y el tamaño de los nabos y las patatas? Entre medianos y grandes está bien. Quiero decir con esto que no los pesé. Comenzamos como siempre. Pelamos la cebolla, la cortamos al gusto y la ponemos a dorar en aceite a fuego medio. Lo mismo con los nabos, todo junto. Salamos y dejamos que se sofrían sin cambiar de color. Queremos un puré blanco. Va oliendo muy bien, entonces, pelamos y cortamos las patatas, las incorporamos y damos unas vueltas. La impresión ya es rica.
Lo siguiente, os imagináis, es añadir el caldo. Podría ser de brick ¿ladrillo? O incluso un litro de agua y una pastilla de caldo vegetal si estamos apurados. En cualquier caso, dejamos hervir a fuego suave unos 12 minutos. Retiramos y batimos con la batidora de mano hasta que esté perfectamente homogéneo. La de vaso me gusta menos, en este caso porque el almidón de la patata hace que quede un poco... Me gusta menos.
Podríamos poner un poco de nata. Creo que sí. Hace años que desterré la nata de mis cremas y purés pero podría ser. En todo caso, también podríamos añadir unos quesitos ligeros y no pecaríamos de calorías... Porque a todo esto, sigo intentando comer ligero. Es mi vida así.
Yo he adornado y aderezado el puré con un hilo de aceite de guindilla y laurel y me ha encantado. Estas cosas siempre son un poco al gusto de cada cual.
¿Y qué decir del nabo? He buscado en Internet sus propiedades y no son pocas: Su nombre científico es brassica napus. Es poco calórico, tiene vitamina C, acido fólico, betacarotenos, Calcio, antioxidantes, fibra,... Y también aporta glucosinolatos, unos compuestos de actividad antitumoral. Me parece impresionante.
Los nabos son un alimento muy antiguo que fueron desplazados por las patatas cuando estas llegaron de América en el siglo XVIII. Sin embargo aportan muchas más vitaminas y minerales. Aquí me estoy refiriendo a la raíz pero su hojas son las nabizas o grelos. Grelar en gallego es florecer.
Pues ya veis que alimento tan interesante. También se pueden tomar crudos en ensalada; habrá que probarlos. Tiene que gustar el sabor, a mí sí me gusta y este puré está, de verdad, muy rico. Yo suelo utilizarlos para hacer un revuelto que pongo con el cordero asado y para ciertos guisos intensos, como por ejemplo el rabo de ternera. Está en el blog y lo hago con cebolla y zanahoria en cuadraditos, sal y pimienta, finas hierbas y... más nada. En la foto siguiente en la esquinita de arriba, no tengo ahora otra foto mejor. De verdad que es muy rico. Viene como Sartén de cebolla, nabo y zanahoria. Y el guiso: Un trasatlántico, un rabo de ternera estofado y otras cosas. Por si a alguno le interesa mirarlas.
Y entre estas cosas y comer ligero ha habido un cocido delicioso que preparó Johnny para los hijos. Quedó espectacular.
Y así van las cosas, esperando la Navidad con ilusión, aprendiendo nuevas cosas, que siempre vienen bien, y procurando hacer un poco de ejercicio. No queda mucho por decir. Ya estamos preparando la casa para las fiestas, cambiando muebles de sitio para que quepan el Belén y el árbol... y los invitados. Es una época del año preciosa, sobre todo ahora que tenemos nietos. Ánimo con todo, es cansado pero se puede. Besos y abrazos.