En Ferrol llamamos así a las filloas. Sé que hay muchas variantes y diferencias entre crêpes y filloas, pero hoy se trata de hacer freixós ferrolanos. También sabemos que las recetas varían según los gustos y las familias. Los que yo tomaba en casa de mi madre eran: bien finos, no muy dulces y con un suave toque de anís. Los que venden... Bueno, son caros y no siempre demasiado finos. Creo que vale la pena hacerlos sí o sí. La masa no tiene ningún misterio. Lo que hace falta es paciencia y perder el miedo a quemarse la punta de los dedos. Y práctica, claro.
Ingredientes:
Dos huevos
Una taza de leche
Una taza y media de harina
Una taza y media de agua
Dos cucharadas de azúcar
Una pizca de sal
Cuarto de taza de anís
Un trozo de tocino
Lo primero que hacemos es batir todos los ingredientes y dejar reposar una media hora. Esta masa, a simple vista, es bastante más fina que la de los crêpes. Después calentamos la sartén y la frotamos con el tocino que ha de ser más bien blanco. Esa grasita que se derrite va a ser la que impida que la masa se pegue a la sartén mientras se cuece. El calor del fuego según os gusten más blancos o un poco dorados. A mí me gustan blanquitos pero con pequeños cráteres dorados. Cuando veis que se cuaja la masa, levantáis los bordes con ayuda de un tenedor y le dáis la vuelta al freixó con los dedos. Yo creo que al llevar agua se calientan más que los crêpes y también, por eso, son más finos y transparentes. Esta finura hace que sean un manjar exquisito. El crêpe es más gordito (sin exagerar) y muy práctico para rellenar. Los freixós, al ser tan delicados, sin nada ya están ricos aunque, claro, hay gente que los rellena con crema pastelera, mermelada, miel,...
La parte que me gusta poner para arriba en el plato es la de los cráteres. En la foto veis la otra, después de darle la vuelta. Es la primera en dorarse la que queda más lisa, lógicamente. Creo que no hay más que decir de los freixós. Me los encargaron para una laconada y gustaron, afortunadamente, mucho. Sobre todo, no hay que tener miedo a quemarse y hacerlos con calma. Esta cantidad lleva un buen rato. Es lo que vale de los freixós: el tiempo invertido, no los ingredientes, que son sencillos y baratos. Es uno de los postres de Carnaval más típicos de Galicia, con las orejas y las torrijas.
Yo estoy dudando si hacer una laconada o un cocido a la gallega este fin de semana (porque nos encantan los garbanzos). Ya os contaré en qué queda todo. Buenos días.
Y olvidaba una cosa importantísima: Debéis usar una sartén que no pegue.
que ricos, me chiflan
ResponderEliminarNo me extraña. Son riquísimos. Yo este año los he hecho un par de veces y creo que los repetiré. Un beso.
ResponderEliminarAna, qué tal de un día para otro? Cómo los guardo? Gracias , soy Ana Martín
EliminarPerdona, Ana, que no había visto la pregunta. Yo creo que en un plato envuelto en film de cocina será lo mejor. Tienden a secarse.
Eliminar!!! !Qué recetas!!!!. Impresiona la sencillez , pienso hacer un montón. Gracias por publicarlas y buenas vacaciones de S. Santa.
ResponderEliminarAunque no sé quién eres, muchísimas gracias por tu comentario tan amable. Un saludo muy cariñoso.
EliminarVoy a intentarlo anita a ver que tal me salen con tu receta ,me rechifla tu blog
ResponderEliminarMuchísimas gracias.
EliminarLas filloas no llevan, ni leche ni azúcar y la sarten se le echa tocino
ResponderEliminarLo sé pero es que en Ferrol hacemos freixós. Un saludo.
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