Son unas croquetas de lo más humilde. Es lo que me gusta de las croquetas, que se pueden hacer de cualquier cosa o casi. Si están tiernas por dentro y doraditas por fuera, a poco que sepan, ya me gustan. Estas las hago con una bechamel normal de croquetas (podemos añadir un poco de cebollita picada cuando doramos la harina) y cuando casi está nuestra bechamel, añadimos 4 ó 5 palitos de cangrejo picaditos. No voy a decir que sean extraordinarias pero son la mar de ricas.
Ya sabéis que para la bechamel uso 50 grs de harina y medio litro de leche. Yo nunca hago muchas croquetas ni las congelo. Las hago cada vez y las tomo recién hechas. Manías. Tampoco me gusta hacerlas muy grandes.
Cuando se enfría la bechamel, las "liamos" como decía Carmen. Es un poco aburrido pero no se tarda tanto.
Como digo siempre, las freímos de poquitas en poquitas en aceite bien caliente. Es la forma de que siendo tiernas no se abran.
Ya sabéis que en casa son "plato combinado". No hay más que decir. Me faltan todavía las de gambas y las de bacalao y no sé si alguna más. Como ayer no publiqué, os pongo hoy las croquetas y aprovecho para desearos feliz fin de semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario