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lunes, 23 de septiembre de 2019

Aquí hay tomate...


   Creo que os había contado que nos han regalado fruta. Entre otras cosas, venía una bonita cantidad de tomates. No tomates de esos que venden que, a veces, parecen de plástico. Estos eran tomates caseros, cultivados en Galicia y de diferentes tipos. Os digo que eran extraordinarios. Había tomatitos cherries, tomates raf, tomates corazón de buey,... Todos con un color, un aroma y un sabor impresionantes. Yo no soy la persona más tomatera del mundo pero estos me chiflaron. 

   Hubo lugar para hacer varias cosas. Algunos estaban algo maduros e hice una salsa de tomate casera. Imaginaos qué rica estaba. Teniendo esta salsa hecha, mi hijo me pidió que hiciera pizza casera con esa base, la salsa de tomate. Mezclé varias cosas: queso, anchoas, bacon,... y puse también jalapeños. Nunca lo había hecho y me gustó mucho. No picaban excesivamente, o eso me pareció a mí. La verdad es que los jalapeños me gustan bastante, aunque sean del supermercado.


   También hice alguna ensalada tipo "guacamole" al ser los tomates tan buenos, les di más protagonismo. Hice secreto a la plancha, cortadito en tiras, freí plátano macho, que nos gusta mucho, y, con todas estas cosas, incluido un queso que andaba por la nevera, montamos unas fajitas que nos gustaron tremendamente.


   Otro día repetimos, quedaban tomates, con carne picada aderezada con cominos y finas hierbas, añadiendo una salsa de yogur con hierbabuena. Aquí hice fusión de culturas. Os digo que estaban igualmente deliciosas. Es la típica comida que hago cuando tengo prisa. Las fajitas las compro hechas y las doro en la tostadora, no creáis que me paro a hacerlas. 


   Cuando ya sólo quedaba uno de aquellos insignes tomates y estaba demasiado maduro, decidí rallarlo. En casa no se rallan los tomates, no hay tradición, pero lo tomé rallado en un desayuno en casa de una amiga y me dije: "esto hay que hacerlo". Normalmente se toma con una rebanada de pan, jamón serrano y un hilo de aceite de oliva. 


   Lo que yo hice fue incorporar el aceite en el tomate rallado y añadir un diente de ajo picadito. Sólo nos falta pan y ganas de comer. Desgraciadamente para mí, estas nunca fallan. Podemos comprar panes distintos, que también es muy rico variar el pan.

 
   La calidad de las fotos no es muy allá pero podéis ver que jugamos con distintos ingredientes: anchoas y aguacate, queso y salchichón zamoranos,...


   Y algún pinchito que llevaba el tomate rallado, aguacate, queso y gulas. Lo divertido es que cada uno iba haciendo sus montaditos como le parecía mejor.


   Estoy terminando. Muchos días hubo una simple ensalada de tomate con aceite y sal para acompañar, por ejemplo, un pollo asado. Creo que ya os he comentado alguna vez que el pollo asado me encanta. Soy así de sencilla. 


   Septiembre es un buen mes para el tomate. Va madurando al sol, tranquilamente, y se llena de color y sabor. Si os regalan tomates, tenéis aquí algunas ideas... No olvidando, claro está, ni el gazpacho ni el salmorejo. Nos pasamos la vida escuchando que hay que tomar fruta, verduras, hortalizas,... El tomate es en realidad una fruta y muy sana ya que aporta vitaminas, C, A, K, hierro y potasio,  ¿qué culpa tiene el tomate...? Pues ninguna pero hay que comerlo. Os deseo a todos una feliz tarde.

martes, 10 de septiembre de 2019

Merluza en salsa con gulas


   Buenas tardes, la receta que os voy a escribir tiene otra versión en el blog, dos si no me equivoco. La razón de subirla es porque está hecha de modo más sencillo y barato, y nos gusta mucho a todos. Últimamente la preparo con cierta frecuencia porque no tardo más que unos minutos. Lo que necesitamos es:

Seis corazones de merluza
Una cebollita
Una cucharada rasa de harina
Un tazón de caldo de pescado
Azafrán o colorante alimentario
Media taza de guisantes
100 gramos de gulas
Aceite, sal y pimienta
Un chorrito de vino blanco opcional



   Lo primero voy a aclararos que estos "corazones" de merluza son congelados. De la marca Pescanova. La verdad es que son muy ricos, de carne blanca y tersa que es lo que nos interesa con la merluza. Son un poco más caros pero me parece que merecen la pena. Los dejamos descongelar en la nevera toda la noche y los sacamos un par de horas antes por si les faltara un poco. Esto depende un poco de la temperatura ambiente. En invierno descongelo fuera de la nevera. 

   Dicho esto, ponemos en una sartén grande un chorrito de aceite y pochamos la cebolla picadita como si fueramos a hacer una béchamel. Es más bien una belouté pero nos entendemos. Cuando la cebolla está pochada, sin coger color, añadimos la cucharada de harina. Rasa, sin exagerar de cantidad. Todo esto es a fuego medio como os podéis imaginar. Bien, dejamos dorar la harina unos minutos removiendo hasta que nos parezca que se ha dorado. Es el momento de incorporar el caldo de pescado sin dejar de remover. Aquí, como si fuera una béchamel, se trata de que no se formen grumos.  Lo siguiente es poner el azafrán. Sabéis que el azafrán sabe a... azafrán. Si no os gusta, podéis poner una pizca de colorante, lo justo para que coja un color suave. Dejamos hervir suavemente unos minutos. Salpimentamos al gusto, según sea de salado el caldo. Si no tenemos caldo, podemos poner agua y una pizca de una pastilla de pescado o de verduras. Esto en caso de apuro. 



   Yo los guisantes los suelo tener congelados, entonces... los paso un minuto por el micro para que no lleven hielo. Los ponemos en la salsa, que hierve suavemente, junto con la merluza. Tapamos y dejamos hervir unos 6-8 minutos, mojando el pescado con la salsa un par de veces con ayuda de una cuchara. Si los "toros", palabreja ferrolana, son muy gruesos, puede convenir darle la vuelta a mitad de cocción.


   Para terminar, ponemos las gulas, lo que es un paquete de los dos que vienen llegaría para esta cantidad de pescado, y dejamos hervir con la tapa puesta 1-2 minutos. Hay que procurar que no se haga de más el pescado. Según sean las porciones finas o gruesas un total entre 7-10 minutos creo que es más que suficiente. ¡Ah!, se me olvidaba. En la salsa yo puse un poquito de vino blanco, pero no mucho que es un poco invasor. Un chorrito. Si os gusta el perejil, podéis poner un poco picadito en el momento de servir.

   Hasta aquí esta receta. Como habéis visto, nos hemos saltado freír el pescado, que también es rico y un clásico, para ponerlo directamente en la salsa. Ahorramos calorías y algo de trabajo, no manchando una sartén y el aceite que nos queda usado. Es cómodo y queda muy bien, de verdad.

   Como compañía, unas patatas cocidas o fritas estilo panadero le van muy bien. Si no queremos patatas... podemos poner una ensalada de entrante. Creo que no me olvido nada. Me pasan los días sin escribir y me voy acostumbrando. Es lo que tiene la mala vida del verano. He estado haciendo mermeladas, compotas, salsas de tomate. Nos han regalado mucha fruta y os digo que "no damos hecho". Nos vemos por aquí cuando se me ocurra algo que contaros. Bicos.

domingo, 1 de septiembre de 2019

Septiembre


   Me gustaría deciros que estoy aquí de nuevo... Esa es la idea. La verdad, ha sido un verano algo extraño. A veces tranquilo y aburridillo, a veces de comidas, cenas y salidas  constantes,... Siempre al final del verano tengo dos sentimientos: Uno de pena porque se van los días largos y luminosos; el otro de alivio pues la rutina me suele sentar muy bien. Incluso para llevar este blog, el verano es una locura. Cocino poco y suelo recurrir a recetas sencillas que no fallan. Tomamos gazpacho, bistecs empanados, platos rápidos y ensaladas varias. Vamos que estos últimos meses no se me ha ocurrido ninguna novedad que contaros. Me he sentido un poco torpe. 



   No hubo muchas comidas especiales y los platos que hice andan por el blog sin duda. En una ocasión que vinieron unos amigos y pusimos queso de aperitivo. La presentación la hizo mi hija y creo que quedó la mar de mona. Preparé también pudin de pescado, poke y empanada de berberechos. Bueno, el poke gustó mucho, que me sorprendió porque pensé que quizás les resultara en exceso novedoso. En cuanto a la empanada, que fue un éxito rotundo, reconozco que me quedó muy rica y yo misma me sorprendí al probarla de lo bien que había quedado. En la masa puse mezcla de harinas, maíz y trigo, recordando la empanada de las Rías Bajas. No tengo ninguna foto demasiado decente... Cosas que pasan cuando hay invitados.


   Hicimos algunas excursiones bonitas. En estas dos fotos, en nuestra ría, podéis ver lo que queda del fuerte de San Martín, que cerraba la boca de la ría con una cadena que se extendía desde el castillo de San Felipe. Como veis, la tarde era preciosa. En la foto siguiente vemos "o cu da raíña". Se supone que en esta roca se sentó Mariana de Neoburgo, cuando venía a casarse con Carlos II, el Hechizado. No tuvo mucha suerte (con el matrimonio). Bien, según dicen, a causa de una tormenta el barco entró en la ría de Ferrol. Que la princesa se sentara en la roca... No sé yo pero bueno, esa es la historia. Está muy cerquita del castillo de La Palma. 


   Una de las cosas que hemos repetido en unas cuantas ocasiones es la tortilla de patatas. Para mí es una cosa muy cómoda porque procuro tener siempre en casa patatas y huevos. Creo que es un plato que no falla y conozco a poca gente a la que no le guste. En bocadillo, para ir por ahí, también es riquísima. En mi familia hay un viejo debate sobre si la tortilla debe o no llevar cebolla. Yo la prefiero con cebolla sin ninguna duda pero me gusta también sin ella. 



   Y estos días han sido las fiestas de San Ramón, que es no es nuestro patrón pero las fiestas de Ferrol son en esta semana porque el marqués de Amboage, benefector y paisano de Ferrol, se llamaba así. Además, hay fiestas en Canido donde siguen pintando las ya famosas Meninas. Esta que veis abajo es una de mis favoritas. Para que os hagáis una idea del tamaño, lo que hay a mano derecha del dibujo es un árbol.


    Me queda por deciros que la primera foto de la entrada es "a Cova" en Covas, y, como podéis ver, es un refugio natural para los barcos de pesca. En Covas (o Cobas) también hemos estado varias veces admirando sus preciosas playas porque Ferrol tiene unas playas que no pueden ser más bonitas. Esto lo digo totalmente en serio. Hay que venir a verlas. 

   Bueno, pues ha llegado septiembre y espero volver a retomar el blog que ha estado un poco desatendido en verano. Os doy las gracias porque ha seguido teniendo visitas cada día. Me daba pena no publicar pero, realmente, cuando no hay novedades... ¿Qué os voy a contar? No he salido de Galicia ni de la zona de Ferrolterra en todo el verano. Este año ha sido así. 

   Por el momento os dejo con este "resumen" de mi mes de agosto particular. Intentaré contaros pronto algún plato novedoso. Gracias una vez más por continuar ahí. 


   Os recuerdo, por último, que estos días tenemos una deliciosa fruta, al menos en Galicia,  y podemos encontrar dulces ciruelas de varios tipos, melocotones, higos,... y ya podemos ir a buscar moras para hacer mermelada. Yo creo que la voy a hacer de pésigos, un tipo de melocotón gallego que ya está madurando. Buenas noches a todos y feliz comienzo de mes.