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miércoles, 14 de diciembre de 2022

Empanadillas portuguesas de jamon y champiñones


   Creo que ya os he comentado alguna vez que en casa se llaman empanadillas portuguesas las que llevan béchamel de relleno. No sé si es muy cierto que las empanadillas en portugal son así pero son esas cosas de familia que uno no discute. Tienen ventajas, a la hora de hacerlas, si compras la masa preparada, por ejemplo Buitoni... Y es que no tienes que ponerte a formar y empanar croquetas. El proceso que Carmen llamaba liar: "Aniña, ¿me ayudas a liar las croquetas?" Que yo creo que eran un centenar.



   Esto es casi lo mismo. Preparamos una béchamel, de lo que nos de la gana, en este caso quedaban unas setas y tres lonchas de jamón cocido medio tristes en la nevera. Lo que hacemos es poner a dorar los champiñones y el jamón picaditos en la sartén. Añadimos 50 gramos de harina y removemos hasta que se haga la harina un poco, sin cambiar de color. Separamos del fuego y añadimos la leche poco a poco sin dejar de remover. Volvemos al fuego y dejamos hervir suavemente hasta que espesa. No necesita hervir tanto rato como la béchamel de croquetas, 12-15 minutos serán suficientes. Yo las salpimento y, en ocasiones, si pega, pongo un poco de nuez moscada. La béchamel admite bastante sal.



   Dejamos enfriar. Si os fijáis en la foto superior, no es una béchamel excesivamente poblada. A mí me gusta que la béchamel tenga más protagonismo que los tropezones porque es lo que realmente me gusta. Eso ya va en gustos.



   Rellenamos las obleas, con una cucharada sopera, más o menos. No hace falta darle una forma preciosa. Con esta cantidad podemos rellenar unas 32 empanadillas. Tened en cuenta que no se pueden rellenar muchísimo pues tiene que haber holgura para cerrarlas.



   Pintamos con huevo batido y llevamos al horno unos 15 minutos a 180-200º según sea el horno. Si es muy arrebatador, 180º y vigilando que no se nos quemen. El mío, quiero decir mi horno, es corriente. No es fácil quemar nada. Algunas las adorné con sésamo, que no deja de ser una tontada.



   Y os dejo, como despedida, una foto de un paseo que dimos hace varias semanas por Jubia. Hacía una tarde preciosa y, de pronto, se puso a llover y tuvimos que salir todos corriendo.  Fue curioso.

   Respecto a las empanadillas, que también dieron para unas croquetitas de cena pues sólo tenía 16 obleas, estoy pensando llevarlas para la fiesta de fin de año de gambitas al ajillo, la béchamel, si me da la vida. Es una cosa fácil pero en casa les gustan como de fiesta. Es que quedan muy ricas, la verdad. Y hasta aquí he llegado. Voy a compartir en la página de Facebook algunas de las recetas navideñas del blog para dar ideas y ya nos veremos por aquí espero que antes de las fiestas. Estoy tan entretenida que no doy para mucho más. Ahora he empezado a pintar al óleo. Os digo que es una cosa loca mi vida. Doy gracias a Dios por ello. Nos vemos pronto. Bicos.