Translate

lunes, 20 de septiembre de 2021

Tortilla paisana



   De esta tortilla me había olvidado casi por completo. De esas cosas que a alguno le gusta menos y dejas de hacerla. Este verano, recordando aquella tan rica que hacían en Valón, decidí volver a probar suerte. En una ocasión la llevé para compartirla con mis hermanos y les encantó. Así pues, he pensado prepararla de vez en cuando. No para sustituir a la de patatas normal, pero sí para variar pues hago tortilla casi todos los viernes.

   No tiene ningún misterio. Os voy a contar cómo la hago por si tenéis alguna duda. Para seis huevos pongo aproximadamente:

3 patatas medianas

Una zanahoria pequeña

Una cebolla pequeña

Medio pimiento de freír

Un puñadito de guisantes

Medio chorizo


   Doy más protagonismo a las patatas porque me parece más rico. Las pelo y las corto finas, las lavo para que pierdan almidón y las frío en la freidora hasta que están ligeramente doradas. La freidora suelo usarla sólo para freír patatas, al menos cuando el aceite está limpio. Los últimos días, antes de cambiar el aceite, aprovechamos para freír disparates, pero no es algo que me guste. 

   Bien, las hortalizas, cortadas más o menos finas, las sofrío en una sartén en dos cucharadas de aceite, hasta que se doran. No muy doradas pero sí cocinadas y oliendo rico a fuego suave. Cuando apago la sartén incorporo los guisantes, que descongelo en el micro, y el medio chorizo cortado. Para que se atemperen sin hacerse mucho. Esto son cosas un poco al gusto. Hay quien prefiere freír el chorizo.



   Batimos bien los huevos y añadimos las patatas y las hortalizas. Salamos con prudencia pero sin que quede sosa. Sal para huevos, patatas y hortalizas, que esté rica y bien removida. Y ya podemos cuajar la tortilla en la misma sartén que hemos utilizado. Yo pongo el fuego al 7 y la dejo varios minutos por cada lado, sin que llegue a cuajarse por dentro. A la gallega sin ser betanceira. Puede variar un poco según la sartén, la cocina,... Esas cosas. Pero os digo que queda una tortilla muy rica para variar un día de lo de siempre. En casa lo de siempre es tortilla de patatas y cebolla. Es la que les encanta.



 

   Hasta aquí la receta. La zanahoria, que sea pequeña o un trozo porque si no, queda demasiado dulce. El pimiento me gusta de freír y verde porque tiene la piel más fina, pero esto son gustos particulares. De pimiento rojo a mí me gusta menos. También comentaros que alguna vez la he tomado con dados de queso que se funden por en medio. A mí me encanta pero aquí... alguno no la quiere con queso. Es cuestión de probar. Así de sencilla queda muy buena. Se pueden poner otras cosas, jamón en vez de chorizo, por ejemplo. O añadir unas yemas de espárragos... Aquí, yo casi prefiero pasar de espárragos pero no le van nada mal, es que a mí no me encantan. 

   Os animo a hacerla por que es uno de esos platos "tres bes", bueno, bonito y barato. Yo suelo usar un plato para darle la vuelta pero hay quien utiliza una tapa especial para ello. Me falta comentaros el uso de la espátula, con ello evitamos rayar la sartén y es muy cómodo si tenéis una pequeña para estas cosas, se le da la forma muy bien. Yo ya sabéis que no soy de huevos pero una vez a la semana la tomo encantada. 

   Deciros que he estado fuera muchos días y quiero contaros un par de excursiones muy bonitas que hice. Poco a poco espero ir publicando las cosas. Deseando volver a lo normal que ya no sé qué es porque siempre surgen nuevas historias. hasta pronto. Bicos.

miércoles, 1 de septiembre de 2021

De viaje por el Norte


   Ha llegado septiembre y estoy de vuelta. He viajado bastante. Fuimos a tierras burgalesas y nos movimos por todo el territorio. ha sido precioso, caluroso y agotador pero hemos podido ver cosas tan bonitas como el Monasterio de Las Huelgas. Toda la vida queriendo ir y, por fin, puedo decir que lo he visto. ¡Qué impresionante. Allí están enterrados Alfonso VIII de Castilla y Leonor de Plantagenet. En el museo podemos ver el Pendón de Las Navas de Tolosa y los ropajes antiguos, antiguos de verdad, que realmente impresionan. No os cuento más porque vale la pena ir. 



   Ya en Burgos ciudad, nos dimos un paseo por el Espolón y vimos los patos del río Arlanzón. Hacía mucho calor y nos tomamos un helado. También nos acercamos a la Catedral.



   Nos hospedábamos en Miranda de Ebro. Un poco más al norte. Es una ciudad pequeña que tiene algunas cosas bonitas que enseñarnos. En aquende, la zona antigua, tiene un castillo con un jardín botánico, algunas iglesias antiguas, palacios y una preciosa plaza mayor. En allende, cruzando el Ebro, está el ensanche o zona nueva. Es una ciudad que tiene mucho que ver con el ferrocarril. Esto de aquende y allende es un poco como lo de Buda y Pest. Nos resultó un refugio muy agradable para nuestras rutas.



   Tiene importancia, lo mismo que en Ferrol, el Modernismo. Nosotros tuvimos a Rodolfo Ucha y ellos a Fermín Álamo. Hay una ruta modernista digna de verse. Edificios preciosos.



   La siguiente excursión fue a Frías. Yo ya había estado. Es una ciudad medieval divina. La más pequeña de España con título de ciudad. Esta foto es del puente medieval que daba paso a la villa. Esta restaurada y es muy pintoresca. preciosa. Ya subiré fotos de las calles porque ahora mismo no tengo ninguna. 



   De allí fuimos a Oña. Pudimos ver la iglesia y el claustro. En la iglesia hay un Panteón Real, de nuevo, donde fueron enterrados condes y reyes de Castilla. Son cosas tan impresionantes que no sabes qué te gusta más.  




   Siguiente parada: Vitoria. Nunca había estado y me pareció una ciudad preciosa y grande. Tiene mucho arbolado, palacios, casas, iglesias. Allí fue la famosa Batalla de Vitoria contra las tropas de Napoleón y todo ese tema está muy presente en la ciudad por la importancia que tuvo. Comimos de pinchos y fue impresionante. Un poquito de calor de más pero mereció la pena. 




   Otro día fuimos a Laguardia, provincia de Alava. De nuevo villa medieval con la belleza que eso conlleva. Nos quedamos a ver como reloj daba la hora en el ayuntamiento. Por la tarde fuimos a San Millán de Yuso, La Rioja, y no tengo fotos ahora pero también una visita memorable. Ya sabéis, las famosísimas glosas emilianenses, pequeñas anotaciones que escribe un monje en español medieval para explicar un texto en latín. Siglo X, nada menos. 



   También fuimos a ver el Ojo de Guareña y la ermita de San Bernabé (y San Tirso). Son unas cuevas increíbles con frescos antiguos. Además el paraje en que se encuentra es una maravilla. Hay que ir. 



   Esa tarde, muy calurosa, descansamos en Espinosa de Los Monteros, junto al río Trueba, que atraviesa el pueblo. Todos estos lugares tienen castillos, iglesias antiquísimas, casas palaciegas,... 



   Esa jornada terminó en Valdivielso, Habíamos estado hace más de veinticinco años. Todo esto son las famosas Merindades de Burgos, que eran las divisiones administrativas del siglo XII. Os digo que esto ha sido un viaje a la Historia. 


   Terminamos volviendo a casa por la autovía del Cantábrico. Paramos a comer en Santander. Yo hacía años que no iba y encontré la ciudad inmensa y preciosa. El Sardinero, el Paseo de Pereda... Todo un poco a lo loco por falta de tiempo. Aunque la ciudad medieval fue destruida por el incendio de 1941, se reconstruyó con mucho acierto y es realmente bonita y elegante. Además, le pasa que el emplazamiento es perfecto. Al ver los barcos me acordaba de Cádiz, que no tiene nada que ver pero también está en un sitio excepcional.


   Continuamos por la autovía, A la sombra de las montañas atravesamos Asturias divisando el mar Cantábrico a nuestra derecha, las desembocaduras de los ríos y las preciosas playas en un viaje que no olvidaremos. Agotador, sí, pero cuántas cosas bonitas e importantes vimos. Qué buena compañía nuestros queridos amigos. ¿Y qué comimos? De morcilla y torreznos, todo lo que queráis. Y junto al mar, platos marineros. Ya nos los pedía el cuerpo. Esta última foto me salió horrible. Intentaré mejorarlas. Pronto os contaré más cosas. Bicos.