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domingo, 28 de marzo de 2021

Lasagna de cocido


   Este es un plato de aprovechamiento. Tenía un paquete de lasagna fresca abierto. Tenía grelos cocidos en abundancia. Tenía una fritada que preparó Johnny con el pollo y el lacón que habían sobrado del cocido... Cosas que había que usar o terminarían en la basura. Eso es lo último. 

   Bueno, no quiero ser muy rollo. Los grelos, que eran muy ricos, los corté un poco con la medialuna para que no quedaran hilos. La carne, la limpió y cortó mi marido e hizo un sofrito con cebolla, pimiento y tomate. Quizás yo lo hubiera hecho distinto, no lo sé, pero quedó muy rico.

   Así pues, preparé la béchamel con 75º de harina y un litro de leche. Ya la he puesto tantas veces que la voy a dar por sabida. La salpimenté pero no le puse nuez moscada porque me dio miedo que no encajara bien con los grelos. Ya sabéis que los grelos son sabrosos. 



   No tenía muchas láminas y no quería abrir otro paquete, que quedaría abierto y llevaría a una tercera lasagna... (hubo una previa de bonito). Así pues no son muchas capas. Unté la fuente con un poco de aceite y puse tres láminas de pasta. La mitad de los grelos bañados en béchamel para darles untuosidad y dulzura. 



   Otra capa de láminas y el relleno de carne. Iba de mano de amigo pero ya os comenté el tema de las sobras. Pasta otra vez y el resto de los grelos cubiertos con la béchamel. Podría llegar con 3/4 de litro. Unas lonchas de queso, porque quedaba poco queso en polvo, y queso en polvo. Improvisando y resolviendo sobre la marcha. Lasagna lista para hornear, que podemos conservar en la nevera de un día para otro. No es mi manera de ser.



   La horneamos un mínimo de 20 minutos. Más si está fría de nevera porque necesitamos que se caliente bien por dentro para que esté realmente rica. Podemos empezar con 180º y terminar subiendo un poco y poniendo el grill para que se dore bien. Esto va a depender, como siempre digo, del horno. 



   Para mi gusto, quedó realmente rica. ¿La mejor lasagna del mundo? Bueno, lo primero es que tienen que gustar los grelos y el cocido. Si no, imposible. En todo caso, es una lasagna muy buena. Muy práctica para aprovechar sobras. Ya sabéis cómo soy yo con lo de las sobras. Nada de tirar...



   Y ha llegado el Domingo de Ramos. La Semana Santa. Va a ser un poco mejor que el año pasado, con Oficios presenciales... Pero sin Procesiones. ¡Qué le vamos a hacer! Pues nada, paciencia. Tenemos unos días preciosos para pasear. Los cerezos están en flor y la esperanza en los corazones (eso creo yo). Yo tengo intención de disfrutar lo más posible. Estoy de todo hasta la coronilla... Lo dicho, cuidémonos y disfrutemos un poco de la primavera y de la familia. Espero volver a publicar pronto. Estoy muuuy liada. Bicos.


 

jueves, 4 de marzo de 2021

Tortas de pan sin levadura


   Esta receta la he visto hacer en varios vídeos diferentes. Sería como unas tortitas tipo mejicano u oriental. Lo que me encanta es que se hacen volando y, prácticamente necesitamos harina y agua. He visto distintas proporciones, igual peso o mayor cantidad de harina, como he hecho yo. En cualquier caso, salen ricas y son sencillísimas. ¡Ah! y se hacen en la sartén en minutos. Voy a daros la proporción que hago últimamente:

150 gramos de harina

100 gramos de agua

Una cucharada de aceite

Una cucharilla de sal

   El único misterio de esta masa es que calentamos el agua casi a punto de ebullición y la vertemos sobre la harina, que está en un cuenco, y removemos bien, incorporamos también la sal y el aceite y ya sólo queda pasarla a la encimera. La masa estará caliente, cuidado, no os queméis. Amasamos hasta formar una masa suave y dejamos reposar diez minutos.



   Después hacemos un cilindro y lo cortamos en seis trozos. Depende un poco del tamaño que hagamos las obleas. Pueden salir entre seis y ocho. Estiramos con ayuda de harina y formamos láminas de masa. Cuanto más monas, mejor. No siempre quieren.



   Veis aquí que el estirado es fino. Estas láminas las hacemos en una sartén. Fuego entre medio y alto. A según la sartén... Necesitan cuatro vueltas. Empiezan a dorarse, vuelta... siguen dorándose, vuelta. A la tercera empieza a hincharse, a veces por completo y otras en globulitos. No importa mucho porque no es pan pita sino tortas de pan para enrollar o doblar. En poco más de un minuto se hace cada torta. 



   Después, las podemos rellenar, por ejemplo, con aguacate y pollo, un suponer,... O utilizar como acompañamiento de cualquier plato que nos pueda gustar. Como el pan ácimo del cordero de Pascua. 



  

   Hoy mismo las tomamos con un revuelto de secreto y champiñones con soja y miel y estaba de lo más agradable. No es una cosa nada cara, claro, pero más barato es comprarlas hechas. Lo que sí sabemos es que están muy ricas y no llevan ni conservantes ni aceites raros. Como pasa con todo lo casero. 

   Las próximas semanas voy a estar muy liada y no sé si podré hacer mucho caso al blog. Esta receta había prometido subirla, es muy simplona, y aquí queda. Si sois de masas, os puede divertir probarla. Yo la hago con bastante frecuencia cuando no tengo pan. Esta o la de las pitas en sartén. No me da ninguna pereza hacerlas porque son muy fáciles. Os dejo por el momento. Nosotros seguimos bien. Aburridos de narices pero aparentemente sanos. Os deseo lo mismo a vosotros. No aburrimiento, sino salud. Bicos.