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viernes, 22 de marzo de 2019

Estofado de domingo


   Aquí estoy de nuevo. Esta vez os traigo un estofado dominguero. Lo bueno de los guisos es que podemos prepararlos con cierta antelación y no sufren con los "recalentados", les sientan bien. Si tenéis por costumbre salir la mañana del domingo (ir a misa, a tomar el aperitivo,...), tener un plato preparado para la vuelta será la mar de práctico. Hay familias que comen fuera los festivos pero no todos podemos permitírnoslo con frecuencia. Así pues, un guiso de carne es muy apropiado. ¿Os he convencido? Necesitaríamos:

Un kilo y medio de carne en trozos
Medio kilo de cebollitas francesas
Una o dos zananorias
Dos dientes de ajo
Media taza de salsa de tomate
Media taza de vino tinto
Una hoja de laurel
Tomillo y romero
Nuez moscada y pimienta negra
Aceite y sal


   No tengo muchas fotos porque últimamente me dedico a la vida loca... Pero os cuento que empezamos dorando los trozos de carne en aceite de oliva. Aquí tengo un quilo de morcillo y medio de jamón fresco. Es un guiso mixto, que es como llamo yo a estos platos que combinan varias carnes. En este caso ternera y cerdo. Que podrían ser canguro y caimán (que cosas más raras digo). Una vez dorada la carne, la tenemos que pasar a una fuente para seguir con los demás trozos. Si fuera poca cantidad, lo que os digo siempre: una vez doradita, dejamos caer las hortalizas por en medio para que también cojan color. En casos de cantidad, no queda otro remedio que dividir. Pero veis en la foto de debajo que cuando iba estando la segunda remesa de carne dorada, añadí las hortalizas y las fui salteando a un lado. Siempre voy a lo práctico y fácil. Es mi naturaleza.

   Seguimos con la receta. Incorporamos la carne a la tartera, la que habíamos dorado antes, ponemos el laurel y las finas hierbas, con prudencia aquí. Una pizca de nuez moscada y unas bolitas de pimienta. Todavía no he salado, ¿por qué? Pues porque en cuanto salemos, la carne empezará a soltar jugo y dejará de dorarse. Una vez que todo está en la tartera con buen color, salamos y añadimos el tomate y el vino. Tapamos y dejamos que hierva suavemente alrededor de una hora o un poquito más... Quiero decir que depende mucho de la calidad de la carne. Yo utilizo ternera gallega y queda muy bien. 


   No tengo foto del plato terminado pero ya os imaginaréis que la carne empieza a hervir, suelta su jugo y queda un plato bastante "salsoso". Mucho más que la foto de arriba que es al principio de la cocción. Como acompañamiento me gustan unas patatas fritas en cuadrados o de las pequeñitas, o un puré de patatas,... Incluso un poco de trigo cocido si os parece bien. Con unas setas salteadas o una ensalada variada, tenemos una comida muy rica y fácil. Todos quedaron encantados. 

   Me queda por decir que algunos en casa gustan de tomarla con unas tiras de pimiento morrón por encima de la carne. Es muy gallego y a mí no siempre me apetece pero aquí les gusta bastante. Os digo que queda un guiso muy sabroso, que puede recordar un poco a la carne "al toro" pero más sencilla, creo yo. No sé, hay tantas versiones de tantos platos... 

   Pues aquí queda la receta, parecida a tantas otras porque es un clásico. Recordad que la foto de arriba no es el guiso terminado. Una vez tapado, hierve un buen rato, suelta todo su jugo y los sabores se funden. Cuando lo repita subo la foto del resultado final que es más vistoso. Os deseo a todos un feliz fin de semana. Una vez más, gracias por leerme. Bicos.

viernes, 8 de marzo de 2019

Farfalle con carne


   
   Llevaba tiempo sin escribir, con muchas cosas, y ya me apetecía. Más que nada para que no penséis que me olvido de vosotros y de mi blog. Cuando uno está liado, no se pone a inventar ni a buscar nuevas recetas. En las actuales circunstancias, os traigo un plato sencillo, de tipo italiano, pero tan rico que me dejaron los platos limpios, relucientes. Estos farfalle bianche, rosse e verdi no los compre en Italia sino en Carrefour pero creo que son los mismos que allí había. Los mismísimos.

   Necesitamos:

500 gramos de farfalle
350 gramos de carne
Una cebolla
Un pimiento verde
Media taza de salsa de tomate
Tomillo, orégano y pimienta negra

   Empezamos dorando las hortalizas en aceite de oliva. Yo las suelo cortar en tiras finas. Añadimos la carne, dejamos hacer un poco, salamos, especiamos con cierta generosidad e incorporamos el tomate. Algunas veces añado un chorro de brandy. Me gusta.

(Estoy escribiendo desde una tablet sin eñes la mar de incómoda...)

   La carne la dejamos hacer un ratito y mientras vamos poniendo a hervir el agua para la pasta. Le ponemos sal, claro. Cocemos la pasta según las instrucciones del fabricante. Ya os imagináis que después unimos todo en una bonita fuente de servir. ¿Falta algo? Falta el queso. Nosotros hemos molido en casa un trozo de parmesano, que queréis hacer patria, moléis un trozo de queso de oveja curado y tan panchos. Como veis es una sencilla receta, un clásico que no falla. Se puede variar añadiendo setas o lo que os cuadre. Desde el exilio os mando esta propuesta que seguro que ya hacéis pero no me da la vida para más. En este sentido, claro. Nos vemos en unos días. Bicos.