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lunes, 29 de septiembre de 2014

Migas



    La primera vez que tomé migas fue en Soria hace más de veinte años. Había oído hablar de ellas, claro, pero nunca las había tomado. Me parecieron un plato exquisito. Me da igual que sea un plato humilde, de pastores, de aprovechamiento de sobras... El que lo inventó tuvo una magnífica idea. 

     Yo solía hacerlas dorando tocino y chorizo y añadiendo las migas con el pimentón, ajo,... todo a la vez,excepto los huevos fritos. Aprendí de una tía mía a hacerlo por separado. Es así como os las voy a contar hoy. Ya veréis que ricas. Es latoso dorarlas, de bastante paciencia, pero, por lo demás, no tienen ninguna dificultad. La pega es que cunden poco y hace falta mucho pan. No importa, aunque tomemos unas poquitas con un par de huevos, son tan ricas que vale la pena.

     Para hacer las migas necesitamos:
Pan blanco de la víspera (una barra)
Agua y pimentón de la Vera
Tocino o chorizo
Uvas
Dos o tres dientes de ajo
Aceite y sal
Uno o dos huevos por comensal

    El pan lo podéis cortar en cuadraditos con un cuchillo o hacer pellizcos con la mano. La corteza, sobre todo si está muy tostada, no la uséis. Todos esos pellizquitos de pan, los ponéis en un bol y los mojáis salpicándolos con las manos hasta que están húmedos. Si mojáis mucho las migas tardarán más en dorarse, yo prefiero, por eso, no mojarlas en exceso. Que estén húmedas. Añadís una cucharadita de pimentón de la Vera, removéis y dejáis reposar. También preparamos los "chips de ajo", el tocino, bacon, o chorizo (lo que os guste), los huevos y lavamos las uvas que se pueden dividir en pequeños racimos o ponerlas sueltas.

      Como las migas tardan en dorarse, es lo primero que empezamos a hacer. Ponemos dos cucharadas de aceite en una sartén o tartera que no pegue y las vamos dorando con calma. Lleva una buena media hora. Incluso más si las habéis mojado mucho. Hay que ir removiendo para que se vayan dorando por todos lados. Ajustáis el calor del fuego según las vais haciendo. Les podéis poner un poco de sal pero no demasiada (el pan ya tiene sal). Cuanto más doraditas, menos ocupan. También depende de vuestro gusto el punto de dorado. Ya os comenté que antes hacía todo junto, incorporaba a las migas los ajos en láminas y los trozos de chorizo y panceta. Esta grasita les da un gusto muy rico. Pero esta vez, por separado, también me pareció delicioso. Los ajos se doran en aceite templado poco a poco, para que no se quemen. La panceta o lo que quiera que hagáis, la doráis en una sartén. Fréis los huevos a vuestro gusto, preparando todo esto cuando veáis que las migas comienzan a estar doradas. Porque si no, claro está, se os enfriará todo.Yo las he acompañado con unas uvas rosadas que están en esta época muy ricas pero podéis variar. 

     Pues ya tenéis las migas. Laboriosas pero riquísimas. Un plato muy sencillo y barato. Sé que hay quien las hace con pimientos y que hay muchas más versiones. Ésta, de verdad que está muy rica. Podéis preparar cada plato o presentar todo en diferentes fuentes para que cada uno escoja la combinación que le guste. 

viernes, 26 de septiembre de 2014

Natillas de crema tostada




     Para hacer estas natillas vamos a utilizar los mismos ingredientes básicos que para hacer las natillas normales. Sólo vamos a cambiar el modo de hacerlas. Esta crema también se llama, creo, "crema americana". Al menos he oído llamarlas así alguna vez. Vamos con los ingredientes:

Medio litro de leche
Dos huevos o cuatro yemas
120 grs de azúcar
25 grs de maizena

Lo primero que hacemos es convertir el azúcar en caramelo. Lo hacemos a fuego fuerte pero no al máximo. Movemos la tartera pero no revolvemos. Por otra parte, calentamos la leche. Ésta la añadiremos al caramelo en cuanto esté hecho. Si la ponemos en frío, el caramelo se endurecerá. En todo caso, si se endurece, dejáis que se vuelva a derretir en la leche a fuego medio. En un tazón mezclamos bien los huevos con la maizena. Al no tener la maizena mezclada con el azúcar es un poco más difícil pero no pasa nada porque vamos a utilizar el colador para evitar grumos. Añadimos parte de la leche caliente a esta mezcla, removemos bien y pasamos de nuevo a la tartera utilizando un colador. Esto es importante. Llevamos a ebullición sin dejar de remover, a fuego no muy fuerte. En cuanto hierva y espese, separamos del fuego y tenemos listas nuestras natillas de crema tostada. 



     Las he espolvoreado con canela y, como veis, he puesto parte en pequeñas copas de licor (ahora se usan mucho los "postrecitos"). Para las copitas necesitaréis cucharillas de café. También se pueden poner en vasitos pequeños. En muchos sitios se ponen de plástico (a mí no me gusta tanto). Se podrían acompañar con galletas, barquillos o lo que se os ocurra. 

     Otra forma de hacerlas es utilizar sólo las yemas, y hacer con las claras merengue. Se cubren con este merengue y se dora éste con un soplete o al horno (ojo al recipiente). De esta forma, con merengue, también están deliciosas. Incluso más. 

     Ya veis que es otra forma de hacer las natillas. Queda un color más dorado, de color y sabor parecido a los caramelos toffee. Lo bueno de las natillas es que son ¡tan baratas! Es un postre que se hace en diez minutos y, si se presenta mono, quedamos bárbaro.

     Sólo queda decir que os pueden gustar más o menos dulces. Aquí decidís vosotros poner más o menos azúcar. En cuanto al espesor, lo mismo. Una pizca más o menos de maizena se nota. Como os imaginaréis, de esta forma también podéis hacer una crema pastelera "tostada", añadís una pizca de mantequilla y un poco más de maizena (ver "Natillas caseras). Es una crema riquísima para rellenar petit-choux u otro tipo de pasteles. Eso queda para la imaginación del repostero. 

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Quiche de champiñones






     Esta quiche, aunque es de champiñones, lleva también cebolla y queso. Les ha gustado muchísimo y creo que a vosotros también os gustará. No es la primera vez que la hago pero he tenido problemas al fotografiarla. No me ha quedado muy bonita porque el molde y la masa no se ponen de acuerdo. El relleno, lo que importa, es muy rico.

     Ingredientes:
Una masa base de hojaldre o quebrada
8 champiñones bien blancos
Una cebolla
50-100 grs de emmental
200 ml de nata o leche vaporizada
3 huevos
Sal, pimienta y nuez moscada
Perejil



     Como veis por los ingredientes, es una quiche como todas y apenas necesita explicación. En una sartén mediana pochamos la cebolla, añadimos los champiñones en láminas. Que estén bien blancos es una garantía de frescura y se nota la diferencia en el resultado final. Salamos ligeramente. Dejamos que se doren una pizca, aunque también depende de vuestro gusto. Para mí: ni muy al dente ni demasiado dorados. Dejamos atemperar y mientras en un bol batimos los tres huevos. Añadimos la nata (o la leche ideal si os gusta más). Salamos esta mezcla también con precaución. Añadimos los champiñones y compañía, el queso, el perejil picadito y las especias. Si queréis saber como está de sal: mojáis un dedo y probáis la mezcla (para andar por casa, en un restaurante no vale). Ya tenemos el relleno.

     La llevamos al horno una media hora a unos 200º. Podéis pintar la masa de huevo y ponerla unos minutos antes al horno, que no esté del todo cruda, antes de ponerle el relleno. Convenientemente pinchada. Cuando bato los huevos aprovecho para pintar los bordes de la masa antes de ponerlos con el resto del relleno. La quiche sube pero al sacarla se vuelve a bajar. Es normal.

     Varias cosas a comentar: Según escojáis una cebolla grande o pequeña, le daréis a ésta más o menos protagonismo. A mí la cebolla en las quiches me encanta. El queso: podéis poner uno más suave y el sabor de las hortalizas resaltará más, o poner menos cantidad. Ya os digo que les ha encantado así y he puesto unos 100 grs. También podríais poner más cantidad de champiñones y la cebolla, en menor cantidad, muy picadita. Otras setas, también es buena idea. ¿La masa? Pues la que os guste o la que tengáis en el fridge. Yo utilicé hojaldre y estaba muy rica pero no me quedó, como os dije, muy bonita. Por lo demas: riquísima recién hecha o por la tarde a temperatura ambiente.




     Veis aquí, en plan cotilla, los diferentes platos que hice. Comida informal de picar: Una ensalada tibia y chorizos criollos guisados con cebolla que están en el blog. Una comida rica y muy fácil. Para no levantarse de la mesa a freír... ¡Que es una lata!



lunes, 22 de septiembre de 2014

Croquetas de pimientos del piquillo


     Hacía tiempo que no cocinaba croquetas, ¡todo el verano! Me gustan mucho y estaba deseando hacerlas. Me pasa con las croquetas lo que a otras personas con la tortilla de patatas: Me gustan todas. Estas las hice porque tenía unos pimientos del piquillo en la nevera y se me ocurrió probar a ver qué tal... Pues quedaron muy ricas, eso que me arriesgué poco. Vamos con los ingredientes:

50 grs de harina
Medio litro de leche
1 ó 2 pimientos del piquillo
Aceite y sal
Huevo y pan rallado
Dos quesitos en porciones (opcional)


     No me voy a extender mucho con la receta porque es la misma bechamel de siempre. Doramos la harina en unas cucharadas de aceite de oliva a fuego medio. Picamos el pimiento-s con la media luna en trocitos chicos. Si no sois de mucho pimiento, os llegará con uno porque son sabrosos e "invasores". Lo incorporáis a la harina y dais unas vueltas. Añadimos la leche y removemos bien. Yo la añado separando la sartén del fuego y removiendo bien antes de volver a ponerla pero cada uno tiene su truco. De esta manera no suelo tener grumos. Volvemos al fuego, llevamos a ebullición y hacemos a fuego muy suave unos veinte minutos revolviendo con cuchara de madera. Por supuesto, hay que salar. La bechamel requiere bastante sal, por eso, yo prefiero salar en varias tandas y probar para no pasarme. Si os gustan con queso, añadís dos o tres caseríos al final y dejáis que se deshagan en la bechamel (yo sí los puse). 

     Un vez hecha la bechamel, la dejamos enfriar antes de empanar las croquetas (o "liarlas" que decía Carmen). La tarea es de un poco de paciencia: Dos cucharas, huevo y pan rallado. 


          Esta es la fuente que me ha salido. Ya sabéis que no suelo hacer muchas, para congelar, como hace mucha gente. Hago una fuente para comer que es lo que me gusta. Tampoco las hago muy grandes. En esto, cada uno tiene su estilo y sus manías. Cada vez las hago de una cosa y me encanta.



     Y, por último, esta vez el plato combinado ha sido sin patatas fritas (no ha habido protestas). Para no exagerar las calorías he preparado champiñones a la plancha, de los grandes, cortados en láminas y dorados en aceite bien caliente por ambos lados. Con ajito pero sin picante. Me estoy volviendo de un prudente... Ya veis el combinado: las croquetas, el huevo frito, los champiñones y la ensalada... Espero que os gusten. A nosotros nos parecieron muy ricas.



     Me faltó decir, siempre olvido algo, que si preferís, podéis pasar la bechamel por la batidora y os quedará "rosita" en vez de con los tropezones de pimiento. Yo prefiero los tropezones pero es una opción y, si os quedan grumos, no lo dudéis. También comentar que hemos llegado a las 190.000 visitas. ¡Qué bien va el blog! Estoy muy contenta porque mucha gente me dice que lo usa para sus cenas o para consultar... Y que se quedan muy contentos (importante) con el resultado. GRACIAS AMIGOS.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Berenjenas al horno a la menorquina



     Esta receta tan rica me la ha mandado mi amiga Carmen a través de otra amiga común. Gracias a las dos. Yo la he leído con atención y la he realizado con todo cariño pero, eso sí, adaptándola un poco a mi forma de cocinar. Quiero decir que no he pesado los ingredientes. Simplemente he cogido en la nevera y la despensa:
Tres berenjenas pequeñas
Una cebolla
Un pimiento verde
Un tomate
Un diente de ajo
Un huevo
Pan rallado
Aceite de oliva



     Veis en la foto los ingredientes principales. No haría falta casi escribirlos... Las berenjenas no son como las que podemos comprar en el sur: Delgadas y de color más claro. Esas berenjenas tan ricas que he tomado en Cartagena no las hay en Ferrol. ¿Por qué? Pues no lo sé. La receta la he hecho con las berenjenas que tenemos aquí y han quedado muy rica. Es verdad que aquellas berenjenas son algo más finas. 

     Bueno, al tema. Lo que hacemos ya os lo figuráis. Las berenjenas, lavaditas, las he cocido en el microondas de una en una envueltas en film unos 3-4 minutos. Eran más bien chicas (bajitas y gorditas). Como veis, quedan blancas y tiernas. En una sartén mediana he dorado: la cebolla, el pimiento y el tomate (pelado), picaditos y poniéndolos por este orden. Al final, he añadido el ajo picadito. No me gusta cocinar el ajo demasiado. El tomate lo suelo pelar con un pelador de cocina normal y corriente.



      Vaciamos las berenjenas con una cucharita o con un vaciador de hortalizas dejando un poco de carne. Picamos la carne de las berenjenas con un cuchillo y la incorporamos a la sartén. Damos unas vueltas y salamos ligeramente. Una vez hecho esto, apagamos y dejamos templar. Añadimos el huevo y una cucharada de pan rallado y removemos bien. Listo el relleno, lo vamos colocando dentro de las berenjenas con ayuda de una cuchara. Ya veis que es una cosa muy sencilla. Espolvoreamos con pan rallado y un chorrito de aceite de oliva y llevamos al horno precalentado a 200º unos 20 minutos o hasta que estén calientes y doradas. 

     Es un plato muy rico y suave, casi vegetariano. Sirve como entrante o como cena. Para plato único es quizás demasiado ligero, aunque muy completo. Va a depender de la "comedores" que seáis.Yo las acompañé con arroz en blanco y puse un aperitivo. En fin, que cada uno sabe lo que sabe y la gente joven come mucho.



       He respetado la receta lo más posible. No he añadido ninguna especia ni ninguna pizca de sobrasada (se me pasó por la cabeza porque me encanta y también es menorquina). Con todo, no sé si se parecerán mucho o poco a las que hace Carmen. En todo caso, espero que os gusten. 

     Gracias otra vez, Carmen. Procuro hacer las recetas que me envían los amigos. Sobre todo cuando me mandan de pocas en pocas porque si son muchas... Es un poco lío. De todas formas, muchas gracias por vuestras aportaciones y vuestra ayuda. Cada vez es más difícil intentar ser original.


lunes, 15 de septiembre de 2014

Filetes rusos



     Esta receta se debería llamar "filetitos rusos" pero me ha parecido que quedaría un poco cursi. Lo cierto es que desde siempre los he hecho así, pequeñitos. A mis hijos les encantan y hacía años que no me acordaba de hacerlos. Son muy sencillos y facilísimos. Así de bocado están estupendos. Paso a los ingredientes:
750 grs de carne picada
Un huevo mediano
Dos cucharadas de cebolla picadita
Tomillo, nuez moscada y pimienta
Sal
Pan rallado



     La carne la compro mitad ternera-mitad cerdo. Lo clásico. Si preferís, podéis poner sólo ternera y añadir daditos de jamón serrano o tocino ibérico (lo de siempre). En un bol ponemos los ingredientes, salvo el pan rallado, y mezclamos amasando un poco con las manos. Yo pongo una cucharilla de sal no muy llena. Son sabrosos y no necesitan demasiada sal. Con las manos humedecidas formamos pequeñas albóndigas que pasamos por pan rallado y aplastamos suavemente con las palmas hasta formar pequeños filetes como hamburguesitas empanadas. Así de sencillo.



     Sólo queda freír los filetes en aceite caliente, controlando la temperatura para que no se quemen y se hagan por dentro. De todas maneras, como son pequeñitos, se fríen en un par de minutos. Cuando se doran, tienden a engordar un poquito, por eso, aplastarlos bastante. Y nada más: Unas patatas fritas, un poco de cebolla dorada o confitada. Incluso en bocadillo, con alguna salsita son una delicia. Y, creo yo, que son mucho más sanos que esas hamburguesas que nos venden con conservantes y otros aditivos. Me alegro de haber recordado esta receta porque la voy a hacer con más frecuencia. Espero que os guste tanto como a nosotros.


miércoles, 10 de septiembre de 2014

Solomillos con tomate





     Hoy una receta muy sencilla con todo lo que encontré en la nevera. A mis hijos les ha gustado tanto que la comparto. A ver si a vosotros también.

     Ingredientes:
Dos solomillos de pavo
Un solomillo de cerdo
Sal y pimienta
Harina
Un puerro o una cebolla
Un tazón de salsa de tomate
Dos guindillas
Agua o vino blanco



     Bueno, la explicación es bien fácil. Salpimentamos la carne y la pasamos por harina (muy ligeramente). Yo he cortado "tarugos" grandes, eso a vuestro gusto. En una tartera doramos la carne y el puerro cortado en tiras (si preferís usáis cebolla, ya os digo que yo estaba usando restos). Añadimos un par de guindillas (esto es opcional). Incorporamos el tomate y llevamos a ebullición. Bajamos el fuego y tapamos. Dejamos hervir suavemente unos 25 minutos. Probamos de sal y listo. 

     La carne, cuando empieza a hervir suelta jugo que da sabor a la salsa y queda muy rica. Si queréis más cantidad de salsa, podéis añadir medio vaso de agua o de vino, pero si tenéis un buen tazón de salsa de tomate casera, probablemente no os hará falta añadir nada.

     He acompañado el plato con un arroz en blanco hecho con ajitos y bacon en cuadraditos. A mí me gustó más el pavo pero según mis hijos las dos carnes estaban muy ricas. La salsa la podéis batir, nosotros la hemos tomado tal cual pero no somos nada "rallantes". Creo que no queda nada por decir. Bueno sí, esta semana he tenido unas cuantas visitas desde Japón, no suelen visitarme mucho desde allí así que les mando un saludo. Muchas gracias.


lunes, 8 de septiembre de 2014

Rosquillas de anís y limón



     ¿Recordáis las rosquillas de nuez moscada? Os había comentado que con anís y ralladura de limón tendrían que estar riquísimas. Pues es lo que he (hemos) hecho hoy para merendar. A la hechura no le hagáis mucho caso porque mi ayudante era primerizo en estas lides. Están deliciosas.


    Ingredientes:
40 grs de mantequilla
Un huevo mediano
100 grs de azúcar
100 ml de leche
Una pizca de sal
 Harina
2 cucharillas de royal 
Una cucharilla de anís en grano
La ralladura de medio limón
Aceite para freír


   
     Lo primero que hacemos es mezclar la mantequilla, ya blandita, con el huevo y el azúcar. Después añadimos la leche. Cernimos el resto de los ingredientes: Sal, harina (unos 250 grs), y levadura royal, y les añadimos los anises y la ralladura de limón. Añadimos al bol y formamos una masa que trabajamos un poquito. Vais a añadir más harina hasta formar una masa tierna que se amase bien y no se pegue a las manos (por eso digo que cernáis una cantidad, no la he pesado...). El huevo y la mantequilla le dan un color dorado muy bonito. La dejáis reposar un ratito.



    
 Formamos nuestras rosquillas o roscos y vamos friendo en aceite no excesivamente caliente porque tienen que crecer y cocerse por dentro sin quemarse. Es curioso lo mucho que crecen. Son muy tiernas y esponjosas si las tomamos al momento. Al día siguiente están algo más firmes, pero riquísimas. Es difícil tomar pocas.




     Es un tuneo de la otra receta con menos leche y azúcar, lo demás igual y la harina a ojímetro (que dice mi amiga Ana). Una combinación de sabores muy rica y un clásico. Espero que os gusten.


viernes, 5 de septiembre de 2014

Cabo Ortegal y las visitas del verano



     Hoy no tengo receta. Hace unos días borré sin querer las fotos de algunos de los platos que cociné en verano y ayer calciné una tarta de queso. Estas "catastróficas desdichas" nos pasan a todos y, recordando que os había hablado de mi excursión a Cabo Ortegal, os pongo un par de fotos de las que hice. Es un sitio espectacular. Allí contemplamos lo que antes llamaban "la Mar Océana". Los gallegos la conocemos muy bien. Tenemos nuestras acogedoras y preciosas rías pero también acantilados desde los que oteamos el horizonte buscando Nueva York. 

     Fue un día muy agradable. Comimos en Burela, que no es un pueblo bonito, pero se come muy bien. Tomamos un pulpo delicioso y un atún a la plancha riquísimo. Muy distinto del que ponen por el Sur, otro "conceto". Porque la comida en Galicia no suele ser sofisticada ya que la materia prima es buenísima y no necesita darle muchas vueltas. Tanto los pescados y mariscos como la maravillosa ternera gallega. Ya sabéis lo que se dice: en Galicia siempre se coge peso. Además las patatas y el pan son tan ricos...

   


     Comentaros también cómo marcha el blog. Hemos pasado de las 185.000 visitas, ¡una barbaridad! Si temí que en verano bajasen mucho, esos temores se han disipado. El trabajo y la ilusión son la clave, no me cabe duda, pero creo que mucha gente me visita con regularidad, que ya son de casa, y eso es lo que me hace más ilusión.

     Siguen las visitas de siempre, empezando por España y siguiendo Estados Unidos en segunda posición. Con cierta frecuencia me visitan desde Francia y, algunas veces, desde Polonia. Me hace mucha ilusión y os lo agradezco a todos. Nada más que decir. Espero tener algo para publicar el lunes. ¡Qué lío lo de las fotos! Feliz fin de semana a todos.



   

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Ensalada marinera




     Hice ayer esta ensalada tan sencilla que vi en Google (la cambié un poco, claro) y me pareció muy rica. Se hace en un ratito y queda muy bien, tipo salpicón. 

     Ingredientes:
150 grs de palitos de cangrejo
Dos huevos duros
Dos cebolletas
Una lata de bonito en escabeche
Un buen chorro de mayonesa
Una cucharada de brandy 
Una cucharilla de mostaza amarilla

     Lo que vamos a hacer es picar todo y mezclar, pero voy a comentar varias cosas: Primero los palitos, yo creo que los más ricos son los de Pescanova y, dado que la diferencia de precio es poca, os aconsejo no comprarlos a granel. Podríais poner cangrejo ruso "chatka" pero creo que no merece la pena para esta receta. Respecto a las cebolletas, les quitáis lo verde y la base, las cortáis al medio y les dais una ducha bajo el grifo de agua fría para que no estén tan fuertes; después las picáis a mano o con la picadora. El bonito puede ser de buena calidad (nosotros compramos una lata en Mercadona y fue carilla) o tres latitas escurridas de atún en escabeche para un diario... 

     En cuanto al picado, más o menos fino, va a depender de cómo queréis que quede. Yo no piqué muy menudo y lo hice a mano pero, si queréis y preferís, picáis todo más chico y ponéis más mayonesa y os quedará más como relleno de sandwiches, canapés, etc., y menos como ésta, que parece un salpicón y puse la mayonesa a ojo pero sin exagerar (yo utilicé mayonesa Heinz). 



  Nos ha gustado mucho. Temí que fuera indigesta por la cantidad de cebolletas pero se lleva bien. En casa nos gustó a todos y la haré más veces. Ya veis que no le he puesto sal. Los ingredientes ya son saladitos pero, claro, podéis salar a vuestro gusto. La acompañáis con unas hojas de lechuga o como os gusté. Estaría muy rica y lucida como relleno de tomates (lo que pasa que son engorrosos de tomar salvo que sean cherry de bocado), o rellenando pequeñas tartaletas saladas,... Lo de siempre. Nosotros la tomamos acompañando unos salmonetes que ya os contaré. Estaban de muerte. Y creo que aquí se acaba esta entrada.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Tarta de moras


     El haber hecho esta tarta se debe a una amiga mía y le estoy muy agradecida porque ha quedado muy rica. Me preguntaba ella qué postre hacer con moras y yo le dije, sin pensarlo mucho:Yo haría un bizcocho de chocolate, lo rellenaría de mermelada y lo cubriría de nata y moras. Así nació esta tarta que tiene el encanto de ser una tarta que podría haber hecho cualquiera de nuestras madres y, por esta razón, podría llamarse la tarta de Concha pero me pareció más fácil etiquetarla como "tarta de moras". Ahora os explicaré como la he hecho. A mí me ha gustado mucho y creo que ha quedado muy graciosa. Por diversas razones, la he hecho con mucho cariño.

     Ingredientes:
Un bizcocho de chocolate
Medio tarro de mermelada de moras, frutos del bosque, frambuesas...
Almíbar para mojarla
Nata y azúcar
Moras recogidas en Doniños

     Vayamos por partes, lo primero que vamos a hacer es el bizcocho. Podríais hacer un bizcocho de chocolate de cualquier tipo pero que no sea excesivamente denso, creo. Yo he hecho el bizcocho genovés, genoise para los franceses, con un toque de cacao. ¿Por qué? pues porque es barato, sencillo y ligero. Es el bizcocho que se suele hacer como base para cualquier tarta. 

     Bizcocho de cacao:
Tres huevos
La mitad de peso de azúcar
La mitad de peso de harina (salvo unos 10 grs de cacao valor)
Un molde engrasado



     Empezamos como siempre, con la batidora de varillas batimos los huevos y el azúcar hasta que están bien espumosos. Yo he hecho un bizcocho pequeño: tres huevos medianos, que son unos 150 grs de huevo sin cáscara, y 75 grs de azúcar. Pesamos 65 grs de harina corriente y 10 de cacao en polvo valor y los tamizamos. Mezclamos suavemente y pasamos al horno en un molde engrasado unos 20 minutos a 175º. El horno precalentado, por supuesto, al menos unos 10 minutos.

     Listo el bizcocho lo dejamos enfriar, lo desmoldamos y reservamos. Lo podéis hacer de víspera o no. Se hace enseguida pero tenéis que contar el ratito para que se enfríe.



     El almíbar:
     En casa no somos de tartas muy mojadas así que he hecho 50 grs de azúcar, 50 de agua, una cucharada de brandy y le he añadido unas moras. Un hervor y listo. Huele a licor de moras. 


     La mermelada: Tengo que deciros que me habría gustado hacer mermelada de moras pero ni tuve tiempo ni suficientes moras. La compramos y, como no había de moras, la pusimos de frambuesas, creo que la combinación de moras y frambuesas quedó riquísima. Ya digo que cualquier mermelada de bayas serviría. La mermelada de moras está en el blog y, si tenéis tiempo, os animo a hacerla.

     La nata:
200 ml de nata
2 ó 3 cucharadas de azúcar

     Ya sabéis que para montar la nata ha de estar muy fría. Batimos ligeramente y montamos, a mano o a máquina. Cuando empieza a espesar, añadimos el azúcar, un poco al gusto. Seguimos batiendo hasta que esté lista, con cuidado de no pasarnos (se convierte en mantequilla).


     Ya sólo queda montar la tarta. Cortamos el bizcocho en dos, con un cuchillo de sierra o lo que os sea más cómodo. Lo mejor es cogerlo en la mano y girarlo. Mojamos con el almíbar con ayuda de un pincel o a cucharadas si os gusta poner más (en este caso hacéis más cantidad). Rellenamos con una buena capa de mermelada, de mano de amigo. 



     Tapamos con el otro trozo de bizcocho y volvemos a mojar. Cubrimos con la nata (esto a mí no se me da nada bien), intentando que nos quede bien uniforme. Adornamos con las moras y un poco de paciencia.


    La pasamos un par de horas al congelador, para que la nata se ponga bien firme y después la dejamos en la nevera hasta la hora de tomarla. Ya sabéis que las tartas de nata conviene consumirlas en 24 horas y ¡mucho ojo si la sacáis de casa! Por lo demás, ya veis que es una tarta fácil hasta para una cocinera apresurada como yo. Seguramente se os ocurrirán formas más bonitas para adornarla. Mi marido ha dicho: Muy graciosa, parece de dibujos animados. No era muy grande pero teníamos otra de galletas y chocolate. Si queréis hacéis 5 ó 6 huevos para el bizcocho, haciendo la proporción de los demás ingredientes al peso (tened en cuenta que más grande tarda más en hacerse), y medio litro de nata montada. Espero que os guste. Un poco larga de contar. 


     Y ¿como no? me quedaba por decir que, claro está, la podéis hacer con frambuesas en vez de moras. Teniendo en cuenta que las moras duran tan poco y que sería una tarta sólo factible para el fin del verano, creo que con frambuesas también estaría muy rica y vistosa. Yo, desde luego, la voy a hacer más veces...