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Mostrando entradas con la etiqueta Navidad. Mostrar todas las entradas
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martes, 21 de enero de 2025

Otra Navidad que ha pasado 2024-2025



      Por fin me he puesto con el resumen de Navidad. Vuelvo a quejarme de lo difícil que es subir las fotos. Tedioso. Realmente pienso que voy a dejar de hacer estas entradas largas porque son complicadísimas y, a fin de cuentas, todas las navidades son parecidas. Me he puesto con las fotos de Año Nuevo porque el día 25 no hice fotos nada glamurosas. Como éramos pocos, uno de mis hijos sugirió hacer una carne a la plancha. Decidimos que fueran unos solomillos de añojo y, realmente estaban muy ricos. Johnny me pidió una guarnición tipo menestra y la preparé con chalotas, setas shiitake, guisantes y patatitas. Hubo consomé y gambones al horno. Todo lo conocéis de sobras.

 


Así pues, la primera foto, no muy afortunada, es de la mesa del día primero de año. Como tantas veces me pidieron salmón marinado. Yo creo que quedó buenísimo. No es mérito mío porque lo preparé con sal ahumada y eneldo, tal como pone en la etiqueta de dicha sal. Total, que salió muy bien y todos contentos.


De las vieiras no tengo foto preparadas. Contaros que este año, lo hace una amiga mía, puse una gamba pelada en cada vieira antes de añadir la salsa. No eran muy grandes pero bueno, es una gracia más. Estaban muy buenas y las tomamos el día que estábamos todos. A nadie le gusta perdérselas. 


 
La foto del consomé, quedó muy fino y sabroso pero estas fotos es difícil que queden bonitas. Al menos para mí. Me voy haciendo mayor.



   Y aquí un inciso del día 26, me está costando poner las fotos bien, como veis. El pastel estilo moruno, que quedó muy bien. No sólo aproveché el pollo del consomé sino también la ternera y la zanahoria. Ya veis en la foto de abajo que pinta tan rica. Sólo lo hago este día al año, que en sí ya es absurdo porque nos encanta. También cocí gambones. Otra vez descongelaron todos... Los hiervo en tres litros de agua con 75 gramos de sal 3 minutos. Para mí deliciosos. Sí, ya sé que suele ponerse más sal pero este punto a mí me va muy bien. 



Y llegó el día de Reyes. Sobrevivimos a todo... El roscón me salió mal. Lo digo humildemente. Lo cocí de menos. Nunca me había pasado (con el roscón). Estaba la masa friísima de pasar la noche en la nevera y tardó más en hacerse, de hecho no se hizo del todo. ¿Qué pasó? De la misma manera que todos los años pues... me salió crudo por dentro. No lloré porque tuve muchos regalos. Hablando en serio, me sentí mortificada pero desgracias son otras cosas. Lo triste es que de sabor, los bordes, estaba delicioso, con mucho sabor a ralladura y a azahar. Mis hijos dicen que no debo dejar de hacerlo sino, al contrario, practicarlo más, ya sea en forma de mona de Pascua, coca de San Juan, lo que es no jugarse todo a un sólo día del año. Os digo que me dio una rabia...



 
   Y el brunch de Reyes, obviando el roscón fallido y helado, resultó muy rico y divertido. Como siempre que hay una familia que se quiere a la que añades unos locos bajitos que no paran de moverse un minuto. 

   Hubo también ocasión de invitar a algún sobrino a comer. A veces me piden que les haga algún plato y, bueno, me dejo querer, ¡que vamos a hacerle! Y hubo tiempo para un café y alguna copa de Oporto, y hasta de echar alguna partida de Catán. ¡Nunca gano! Creo que a las madres nos parece milagroso sobrevivir a la Navidad, a las comidas, a las epifanías, al lío que es todo. Ya pasó y aquí seguimos. Espero publicar pronto y que me resulte más fácil. Bicos a todos.




lunes, 15 de enero de 2024

Resumen Navidad 2023-24


   Un año más toca hacer un resumen de las pasadas Navidades. Debo deciros, lo primero, que del día de Navidad no tengo fotos. Fue igual o casi a otras: consomé, vieiras, gambones al horno y pularda con su guarnición. Todo salió razonablemente rico y un poco agotador. Un año más dije: deberíamos hacer menos cosas; De nuevo mi marido dijo que estaba bien así: fiesta grande. No me debo quejar pero después de una Nochebuena espléndida y agotadora -nos acostamos muy tarde-, el día de Navidad es asaz fatigoso. Como digo, todo salió bien. Los niños encantados con el consomé, también tomaron pularda y relleno de salchichas. Una pena no haber hecho fotos. A ver si encuentro alguna de mis hijos más adelante. Como digo, muy parecido al año anterior. 

   El día 26 comimos en casa el ya conocido "pastelón estilo moruno". Nos gustó como siempre. Mucho. Es verdad que son sabores exóticos, canela, agua de azahar, cominos,... Pero es un día al año y nos encanta. 



   Una cosa que pasó con los gambones. La caja era tan grande que dejamos una buena parte en la nevera y se estaban descongelando. Así pues, el 26 los cocí al modo tradicional. Tono hizo una mahonesa de aguacate y eso fue lo que comimos. Gambones y pastelón. Me sorprendió lo ricos que estaban. Tantos años haciéndolos al horno, que me había olvidado de cocerlos. Puse un poco menos de sal de lo que se suponía y los encontré exquisitos. Desde luego más limpios que los otros. Así que tengo el propósito de hacerlos más veces (a veces los compro cocidos para diferentes preparaciones pero están muy salados). Esto fue novedoso. 



   El pastelón por dentro. No es una foto muy buena pero estaba muy rico. Lo hago volando porque compro la masa. Este año fue marca blanca de Gadis y nos encantó.



   Me pasa, con tanta fiesta, que algunos días duermo bien y otros mal. Nunca sé lo que va a pasar... Uno de esos días me sorprendió un precioso amanecer. Como ha llovido bastante, estos colores me alegran sobremanera. 



   Pasó la semana volando y llegó Nochevieja. Preparé los bistecs empanados, como siempre, y los acompañé con una salsa de curry que gustó mucho a unos -supongo que no a todos- y resultaron divertidos, como siempre. No les hice foto... Preparé con un poco de antelación una cola de salmón marinado. Casi de lo que más nos gustó el día primero del año. Estaba muy rico. Puse un poco de caviar de mentirita, una pella de mantequilla,... un rosco de pan.



   También preparé de víspera el fiambre trufado. Sabe hacerse casi solito y si sobra está muy rico para ir picando.



   Hicimos también el salpicón de pulpo y langostinos. Aunque la foto quedó muy fea, es un plato que nos gusta mucho y ha sido nuevo este año. Sale muy económico y es todo proteína y vitaminas. 



   Y seis días más para los Reyes. ¡Qué semana tan loca! Preparé la masa la víspera, que fue un día de los que no cabía nada más, y la dejé en la nevera. Esto de que fermente en la nevera, si son muchas horas, es fundamental para que la masa no se caiga. Va levando despacito y por la mañana está perfecta para trabajarla y preparar el último levado.



   Hubo que poner dos mesas porque éramos bastantes, una para los niños y otra para los mayores. Ya conocéis nuestro brunch de Reyes que incluye una mezcla de full Irish, huevos rellenos, roscón de Reyes y lo que se nos vaya ocurriendo. Solemos poner arándanos que les encantan a los niños. A todos.


  

    El roscón, como veis, subió. Quedó tierno y aromático. Naranja y azahar, azúcar mojado en anís para cubrirlo,... Lo que es el roscón típico de Ferrol. No creáis que lo hago sin respeto. Siempre temo que algo salga mal pero bueno, van saliendo ricos. 



 
  Y así pasó nuestra Navidad. Mucho comer, mucho comprar y poco descansar... Como suelen ser. Es verdad que con tanto lío se nos olvida un poco el verdadero motivo por el que estamos de fiesta pero es lo que hay. La vida nos lleva... y nos dejamos llevar. 

   Siento no haber hecho fotos del día 25 y mejores fotos de los demás días. Lo importante es que estuvimos de buen humor, que pudimos con todo -más o menos- y que, por ser tan buenos, sus majestades de oriente nos trajeron muchos regalos. Este año he sido santa, por lo visto. Gracias una vez más por leerme. Os deseo a todos que este año que empezamos sea maravilloso, o no peor que el anterior. Yo ya me conformo con eso. Bicos.

miércoles, 20 de diciembre de 2023

Salpicón fácil de pulpo y langostinos


   Hace unos días cumplió años mi hijo mayor. Le apetecía una comida especial, especialmente rica, vamos. Tenía claro que quería carrilleras de segundo y una tarta de galletas de postre. Yo sugerí hacer un salpicón sencillo y, aunque nunca lo habíamos hecho así, accedió: "¿Estás segura?" Yo estaba segurísima de que quedaría rico así pues les mandé traer:

Medio kilo de langostinos cocidos

Un cuarto de pulpo cocido

Pimiento rojo y amarillo

Una cebolleta

Perejil fresco

3 huevos duros

Aceite y vinagre

Limón


   Era un día importante pues 32 años no se cumplen todos los días. Las carrilleras las quiso con vino tinto y castañas. Yo creo que quedaron muy ricas aunque me gustan un poco más las que hago con zumo de naranja y brandy. Pero bueno, ya veis en la foto qué buena pinta. 



   La tarta con la receta de siempre, con nata y chocolate negro; Adornada con arándanos que nos encantan. Es una tarta que con los años me va sentando peor pero me gusta siempre. ¿Qué le vamos a hacer? 



 

   Y os voy a contar ya cómo hicimos el salpicón. Contaros que tanto langostinos como pulpo, los compramos preparados. Entonces, ellos fueron pelando los langostinos. Yo les dije: no los cortamos, de mano de amigo. El pulpo lo corté yo en rodajas. Venían dos tentáculos. Todo fácil. 

   Cocí tres huevos duros, los piqué, lo mismo que la cebolleta. Los pimientos los corté, como un cuarto de cada. Amarillo y rojo, tonos patrios porque me apeteció. Y todo a la ensaladera en la que puse un chorro de vinagre, bien de aceite de oliva virgen -esto es lo más doloroso- y, voy a dar un grito: NADA DE SAL. Pensé que era poco vinagre y se me ocurrió echar un chorro de zumo de limón porque me apeteció esa frescura cítrica. Creo que fue un acierto. Que no se me olvide el perejil fresco picadito, con cierta generosidad. Todo en la ensaladera, que sea mona, lo removemos muy bien. Ya está listo -si no he olvidado nada.- 

    Os digo que todos se quedaron pampos. Estaba buenísimo. Lo de la sal, pues ya sabéis que los langostinos vienen muy subidos de sal... Más que suficiente. La única dificultad que tiene, que no es ninguna, es pelar los langostinos. Todos dijimos: Repetimos en Navidad. Así pues, Dios mediante, va a ser el aperitivo del día primero del año 2024. Siento no haberlo publicado antes pero he estado muy liada y se me va olvidando que tengo un blog. El blog sigue aquí, claro, para todo lo que lo queráis usar. Yo misma lo uso cuando se me olvida alguna receta de memoria -empieza a pasarme-.

   No hay mucho más que contar. Las cosas nos van bien así que no puedo quejarme de nada. Estoy sinceramente agradecida por tantas bendiciones por más que algunos días me sienta agotada. También me siento querida y eso, me llena más que nada. Desde aquí os deseo a todos una Muy feliz Navidad y un mejor Año Nuevo. Que vuestros deseos se cumplan y que gocéis de salud. Que nos estéis solos. Queridos amigos, mil gracias por leerme desde tantos distintos lugares. Que Dios os bendiga. Bicos desde mi pequeño rincón.

miércoles, 18 de enero de 2023

Resumen de la Navidad 2022-2023


   Realmente he pensado que no me iba a sentar a contaros esto. Van pasando los días y cada vez parece que viene menos a cuento. ¿Qué hice estas Navidades? Eso mismo me pregunto yo. La verdad, algo muy parecido a todas las anteriores. Algunas fiestas las he celebrado con mi madre y hermanos y otras en casa, que son las que os cuento. Me gusta contarlo, escribirlo, porque yo mismo lo leo antes de los preparativos y compras de Navidad. Lo hablo con Johnny y los niños y decidimos. Los niños son mis hijos, claro.



   Siempre estamos de acuerdo en una cosa: Queremos vieiras. Este año estaban más caras pero no pudimos dejar de tomarlas. Hechas como ya sabéis. Últimamente he variado que ya no doro ni el jamón ni el perejil, que los pongo directamente sobre la vieira con unas gotas de buen aceite de oliva y una pizca de sal. Estuvimos todos de acuerdo en que estaban divinas. Creo que era su forma de ser. 



   El vino que usé para las vieiras, en la primera foto, Casal de Amón, lo encontramos tan rico que repetimos en Fin de Año, a pesar de que no es precisamente barato. Os comento que las vieiras las encargamos en Gadis y en Froiz, según el día, y eran de Cambados, frescas y limpias. Me parecen muy cómodas y ricas. No sé si se pueden encargar en otra época del año pero sería un puntazo que sí. 



   El consomé lo preparó Johnny y le quedó exquisito. Siempre nos gusta tomar un poco. Es de esas cosas un poco latosas por la cacharrada y las sobras pero nos encanta. 



   Preparamos también gambones al horno, los hizo mi hijo mayor, y quedaron buenísimos. Nos pasa en Navidad que siempre estamos un poco empachados de la Nochebuena materna y no comemos mucho. 



   Mi marido tiene miedo de que pasemos hambre y compró unos entrecots que tomamos el día 26, si no recuerdo mal, con un consomé de entrante. 




   Y volví a preparar el pastelón de pollo estilo moruno. Quedó espectacular, no debo decirlo yo pero bueno,... La masa era Buitoni y reconozco que estaba mucho más fina que la de marca blanca de otros años. La aconsejo completamente.



   No pudimos catarlo frío porque nos lo tomamos todo al mediodía. Es que quedó bárbaro. En el relleno puse, además de lo de siempre -ya me atreví con el agua de azahar- un poco de un curry que tengo que no sabe mucho a curry sino a ¿canela y anís? No sé, estaba genial. Exótico sin exagerar y muy fino. Siempre digo que tendría que hacerlo más veces al año.



   No faltó alguna que otra de mis tortillas de los viernes. Con alguna variación. Voy haciendo bastantes y quedan cada vez más ricas. Influye mucho, claro, la calidad de las patatas y los huevos pero estoy muy contenta con el resultado. 



   Y llegamos a Año Nuevo, que fue la fiesta grande de casa. Por fin todos y por fin la pularda. ¿Qué queréis que os diga? Me esmeré tanto que casi me desilusionó el resultado. Había también coles de Bruselas con jamoncito, que le encantan a Johnny. Pienso que a veces queremos hacer demasiadas cosas y llegamos sin hambre al plato principal. Con la mesa me pasó un poco lo mismo, cubertería nueva pero no me quedó tan mona como quería. Quizás cansancio...



   Y aquí dos primeros plano de la pularda con sus acompañamientos. 



   Ya sabéis que los postres navideños los compramos. Lo que más nos gusta son los pasteles de yema y gloria, el pan de Cádiz, los polvorones del Toro (de la Vega) y alguna cosilla más. No nos complicamos mucho pero yo me forro con los pasteles. No sabéis cómo me gustan.



   Un día, tenía un montón de ternera cocida en la nevera y me puse a hacer croquetas. Estaba tan cansada que yo misma pensaba en el poco sentido -común- que tengo. Pero de todo se sale.



   Por fin llegó el Día de Reyes y nos invitaron a un brunch riquísimo. Ya sabéis que es un desayuno-comida. A mí me tocaba hacer el roscón, conste que me ofrecí. Hice la masa temprano y la mandé a la nevera toda la noche, como hago siempre. La nevera es nueva, más intrépida, y la masa salió como entró, sin levar. Me entró pánico. Porque el mío era el único roscón que había. Lo que hice fue darle forma e irme a Misa. No por el levado, sino porque era festivo. La cuestión es que el horno arregló todo. Subió y quedó tierno y rico. Le puse poca fruta pero el año que viene le pondré más, resulta que ahora sí les gusta. Es así la vida. La receta es la del año 2016. No me puedo quejar del resultado.



   Como veis en la foto, subió bastante. Menos mal, a veces me pregunto por qué me meto a panadera...



   Y sólo queda por contar que en San Julián hice un poco de arroz con leche, tradición ferrolana, que en casa gusta a pocos. Lo hubiera comprado pero se me olvidó. El de Mercadona, sin ir más lejos, me chifla.



 

   Y hasta aquí este relato tardío de mi Navidad pasada. Hubo un poco de todo. Salimos poco y hasta estuve resfriada y algo febril algún día. Lo más lío... Las compras a lo loco que es algo que no me gusta hacer porque ese lado femenino no lo tengo ni lo tendré. Me aburren todo. 

   Creo que no queda más por contar. Sigo con mis cosas, mis tortillas, mis arrocitos y todo aquello que suelo hacer a diario para no complicarme la vida demasiado en los fogones. Ya son casi diez años de blog y más de treinta de jugar a las casitas. Creo que he cocinado para varias existencias. A ver si os cuento pronto alguna cosa de las que voy haciendo. Incluso os puedo enseñar alguna de mis pinturas. Nos vemos en unos días. Bicos.

martes, 11 de enero de 2022

Navidad 2021-2022


   Aquí estamos... De verdad que ha sido una Navidad tan intensa que pensé que no iba a volver a escribir más en el blog. ¡Qué disparate! No os voy a decir que no lo haya pasado bien, que sí, pero me he sentido cansada, llena, ahíta,... No cabe duda de que los años pasan. 

   Os voy a contar un poco, por encima, cómo pasamos nuestras fiestas cocineriles. La Nochebuena fue homérica y al día siguiente, Navidad, no quisimos más que consomé, vieiras y gambones. Teníamos unas carnes que dejamos para otros días. 



      Puse la mesa sencilla, sin mucho ánimo de complicarme, y eso fue lo que tomamos. El consomé lo hizo Johnny y quedó riquísimo. Las vieiras creo que estaban espectaculares, seguramente mérito de ellas. Es verdad que eran frescas y que utilicé un vino de Albariño delicioso. Esta vez no doré el jamón, lo añadí directamente sobre la vieira, con sofrito de cebollita, pan rallado y vino, con un poquito de perejil fresco, un hilo de aceite de oliva y unas escamas de sal. Unos minutos de horno y nos chiflaron. Los gambones también estaban buenísimos. Son cosas que es raro que fallen. 



   Un primer plano de las vieiras que, ya digo, nos encantaron.



   Por en medio de estas cosas, mis hijos me pidieron algún bizcocho. Eran de yogur aromatizados con ralladura de limón, cubiertos de pepitas de chocolate y almendras,... Esas cosas que ya sabéis que hago y me gusta hacer. 



   Una novedad de este año fue que preparamos el consomé con pechugas de pollo. Al no haber huesos casi, fue muy limpio todo. Y, por supuesto, no pudo faltar el pastel de pollo estilo moruno, que ahora no estoy segura si fue el día 26 o el 27. Estaba riquísimo pero yo creo que llevaba pollo de más. Siempre pasan estas cosas.



   Aquí lo veis por dentro. Que yo pienso que con menos relleno está mejor pero así quedó.



   Todavía me quedaban carnes del caldo y preparé unas croquetas. No me gusta que se vayan de vuelta sin haber tomado croquetas caseras. Ya veis qué rico el punto de la béchamel, aunque a mí estas croquetas de carne cocida no son las que más me gustan,... me siguen gustando. Croquetera number one.



   Una novedad, no novedad, fue que me acordé del pastel de brie con masa de pan y lo preparé varias veces. Quedó muy rico y es tan fácil de hacer como cualquier otra cosa que lleve masa casera. Yo pensaba: ¿Por qué me había olvidado de esto? Con lo queseros que somos. También tomamos ensalada de ahumados en varias ocasiones.




   Llegó Año Nuevo y, otra vez, un poco empachados del Año Viejo. Bueno, pues Johnny preparó el salpicón, que se me desmoronó un poco al presentarlo, y quedó exquisito. Otra vez tomamos vieiras y, por fin, la pularda de Navidad, que fue pularda de Año Nuevo. Para que pudiéramos tomarla todos. Yo creo que quedó muy bien pero, después de los dos entrantes, me encontré sin apetito. Me he dado cuenta de que ya no puedo cenar y comer tanto dos días seguidos. Lo que os decía de la edad. Abuelísima.



   De la pularda no tengo foto mejor, aquí está ella con su guarnición, que es casi más rica. Era muy grande y, pienso, que no hace falta tan grande. La receta es la de siempre estos últimos años.



   Y volví a repetir el brie con una tortilla con béchamel que os tengo que contar porque fue la novedad que se me ocurrió últimamente y nos ha chiflado a todos. Por si la tortilla no fuese bastante suculenta. Queda deliciosa. 



   En la foto de la ración se percibe que era paisana. La voy a subir un día porque, aunque bien se ve lo que es, puede que alguien se despiste. Además, la presentación queda muy vistosa con el jamoncito. 



   Y llegamos al final. La culminación de estas fiestas es hacer un roscon de Reyes. Pues este año no lo hice el día 6, sino el domingo. Pasé un día de Epifanía descansado y magnífico. Soy muy afortunada. Pero el domingo, me dio pena no haberlo hecho y preparé la masa después del desayuno. Todo lo que lleva el roscón es fácil y suelo tenerlo así que sólo fue decidirlo. No es porque lo hiciera yo pero quedó muy rico, tierno, aromático y no demasiado dulce. Le puse menos azúcar de lo normal. Es lo bueno de cocinar en casa. Haces lo que quieres y te da la gana.



 

   Aunque la foto está borrosa, me estoy especializando en este tipo de fotos, veis que la miga quedó muy bien. Si me quedará siempre así me daba con un canto en los dientes. Bueno, no. Quiero decir que fue de las veces que el roscón se portó de maravilla en todos los aspectos. Y lo hice de memoria. 

   Hasta aquí llego con este resumen de una Navidad que tuvo muchos momentos de incertidumbre, de tests, de ausencias, de encuentros. Yo creo que fue buena, aunque no como aquellas de antes. Sólo puedo deciros que espero que las cosas vuelvan a ser como fueron y que yo, de momento, no me puedo quejar de lo mío. Doy gracias a Dios por tantas bendiciones. Os mando un saludo cariñoso con los deseos de un 2022 muy dichoso. Bicos.