Sé que ya había puesto esta receta. Es un plato de inspiración mejicana que me enseñó a hacer mi amiga Ana. Como hoy lo he hecho un poco distinto, lo vuelvo a repetir en el blog para recordároslo. En casa nos chifla y es estupendo para jóvenes, tanto porque les encanta, como por lo fácil que es de hacer.
Lo primero que hacemos es dorar en una sartén medio kilo de carne picada. Después añadimos las hortalizas, para que no se hagan demasiado. Por último salpimentamos y dejamos que se termine de hacer. La carne debe quedar cocinada antes de ir al horno. He utilizado hortalizas para freír. Las venden en Mercadona, por ejemplo, ya limpias y cortadas. Comodísimo. Estas llevaban: cebolla roja, zanahoria y calabacín (un poco distintas de las otras que usé en la primera receta).
Lo que hacemos es poner en una fuente apta para horno los nachos. Me gustan los que son al natural pero podéis escoger los otros. Ponemos la carne y encima el queso. Un queso que se funda bien. Es bueno que algunos nachos queden alrededor porque se doran y quedan muy ricos. Ojo porque se queman enseguida. Calentamos el horno y dejamos que se funda el queso y se doren los nachos ligeramente. Hay que estar atentos pero son unos minutos.
La otra variación ha sido que en vez de una ensalada de aguacate (estaban demasiado maduros en el super), he preparado una simple ensalada de cebolla, tomate y pimiento ¿una piriñaca? Bueno, se parece también al "pico de gallo" si no me equivoco... Es una combinación también riquísima y ya veis que es todo muy fácil de hacer.
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