Uno de mis hijos me pidió que hiciera bollitos con nueces. Hacía mucho que no los hacía. A él le gustan sin pasas y no muy dulces. Ayer me acordé y los hice. La verdad es que son riquísimos pero se quedaron un poco escasos de nueces.
Os voy a poner las cantidades aproximadas para hacer la masa aunque la harina puede variar un poco según la marca. Siempre os digo que debe ser una masa un poco pegajosa si queréis que quede tierna. Es el único punto complicado.
Ingredientes:
Una taza de agua tibia
Dos cucharadas de aceite
12 grs de levadura fresca
Una cucharilla de sal
Una cucharadita de azúcar
Dos tazas y media de harina (aproximadamente)
Dos cucharadas de salvado de trigo
Seis-ocho nueces peladas y cortadas en trocitos
Mezclamos todos los ingredientes en un bol y dejamos que la mezcla doble el tamaño. Después añadimos las nueces y amasamos sobre la encimera de mármol (o de granito). Bueno, la cosa es que si está demasiado pegajosa, vamos añadiendo un poco de harina, a puñaditos, hasta que tenga el punto que queremos: Tierna y flexible. Formamos los bollitos y los pasamos por harina para que queden rústicos. También se pueden pintar con huevo batido para que queden brillantes. A vuestro gusto.
Los dejamos levar otra vez. Unos veinte minutos debería ser suficiente. Los llevamos al horno a unos 200º entre 12 y 15 minutos. Son muy ricos y aquí veis que la miga, pese a no llevar harina de fuerza, ha quedado muy tierna. Es el punto de harina y el reposo. Lo más importante.
Y aquí una nuez. Como no tenía muchas, han quedado escasas pero le dan un sabor muy rico. Esta misma masa la uso para hacer pizza y queda muy rica. Me gusta más para la pizza la masa hecha con agua y sin leche. El salvado me encanta y aporta fibra pero se pueden hacer en blanco. Ya veis en la foto que no es mucho salvado, apenas se nota. Y, como siempre, olvido algo para el final. Les hice un corte en cruz separando un poco la masa para que pueda crecer... ¡qué cabeza!
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