Fritos de bacalao

     A estos fritos les podríamos llamar también frituras o chulas. Ya sabéis que el bacalao me encanta y lo hago varias veces al mes. Para los viernes de Cuaresma es una buena elección, si gusta. Va bien para fritos, croquetas, potajes o revueltos... Eso, sin meternos en comprar trozos grandes y caros, que también me encanta. Lo bueno es que con las migas podemos hacer muchas variantes y son muy económicas. Esta receta la vi en la tele, más o menos, porque la he hecho de memoria. Pero la primera parte se la vi hacer a Rick Stein. Es un cocinero inglés que me gusta bastante.

     Ingredientes:
200 grs de migas de bacalao desaladas
Dos patatas grandecitas
Dos cucharadas de harina
Perejil picado
Dos huevos grandes
Una pizca de sal (si cuadra)
Aceite para freír

     Pues bueno, lo primero que hacemos es escaldar las migas de bacalao. Las introducimos en agua hirviendo y cuando vuelve a hervir las sacamos y las escurrimos sobre un colador. En esa misma agua hervimos las patatas peladas y cortadas. Las cortáis como más rabia os dé. No muy grandes para que no tarden mucho. Cuando estén cocidas, las escurrís también. Cortamos el bacalao en trocitos y chafamos las patatas. Yo lo hago con tenedor pero hay un artilugio especial para hacerlo que yo no tengo porque no me caben más cosas en casa...

     Ponemos ambas cosas en un bol y añadimos el perejil picado y dos cucharadas de harina (como las chulas). Por último, incorporamos dos huevos batidos. Ya tenemos la masa preparada. Sólo queda freírla. En trozos irregulares o formando croquetas con dos cucharas, como os guste más. Las vamos pasando por papel absorbente y ya tenemos estos fritos que son una delicia y que tienen el defecto de que se acaban en un minuto. Se pueden tomar como aperitivo o acompañados de una ensalada para completarlos.

     Ya sabía yo que se me olvidaba algo: cuando friáis el primero, lo probáis para comprobar si queréis añadir o no una pizca de sal a la mezcla. Es más que probable que no la necesite pero para gustos se pintan colores. Y, por supuesto, se fríen para tomar al momento. Recién hechos.