Estas croquetas las hice la semana pasada a petición de mi marido. Las croquetas nos encantan. Para mí son lo máximo, no las cambio por casi nada. Estas las hice con un poquito de jamón serrano que tenía en la nevera y les añadí varias cosas para completarlas. Quedaron ¡tan ricas! En verano no suelo hacerlas por los calores pero las tomaría una vez por semana...
Ingredientes:
Aceite de oliva
50 grs de harina
Medio litro de leche
Una cebollita
50 grs de jamón serrano
Un huevo duro
Perejil fresco
Sal
Huevo y pan rallado para "liarlas"
Muchas veces he contado cómo hacer las croquetas así que lo haré muy rápidamente. Empezamos cortando la cebolla muy menudita. La ponemos en aceite caliente pero no al máximo. Cuando empieza a ponerse transparente, incorporamos el jamón picado. No tiene que ser un jamón muy bueno sino uno normalito. Le damos unas vueltas y ponemos la harina. La dejamos que se haga un poco en el aceite. Todo a fuego medio. Separamos del fuego e incorporamos la leche poco a poco y removiendo continuamente. Volvemos a llevar al fuego y dejamos que hierva muy suavemente. Debe hervir la bechamel de croquetas unos veinte minutos para que no sepa a harina cruda. Hay que estar atentos y remover con frecuencia a fuego muy suave. No es que sea difícil pero lleva un buen rato.
Por otro lado, picamos el huevo duro y el perejil (que se debe lavar siempre). El grosor que os guste pero no excesivamente menudos: que se vean. En el último minuto los incorporamos a la bechamel y apagamos. Como siempre, hay que salar la bechamel y probarla. Dejamos enfriar completamente.
Aquí veis el aspecto de la bechamel ya preparada con todos los tropezones. Queda muy rica la combinación de sabores.
Después de enfriada, no queda otra que formar las croquetas y rebozarlas en huevo y pan rallado. Es un poco latoso pero compensa por lo ricas que están. A esto le llamaba Carmen "liar las croquetas".
Las freímos de cuatro en cuatro en aceite bien caliente para que no se abran. Cuando son tiernas, les encanta abrirse y es una lata. Las croquetas tiernas, claro, son más ricas que las que son espesotas que nos ponen en algunos bares. De todas maneras yo creo que han mejorado y en algunos locales las ponen bastante ricas.
Lo bueno es acompañarlas con una ensalada y, en mi casa, son partidarios de poner un huevo frito y unas patatas. Esto ya os lo había comentado. No me han quedado muy bien las fotos pero las croquetas estaban realmente ricas.
Y aquí podéis ver el interior. Se pusieron pesadas y no había manera de pillar en una misma foto todos los componentes... Ya veis que es un plato barato que se puede hacer con lo que hay en la despensa. Son muy sabrosas (de hay el nombre) y, si dan algo de trabajo, compensa a la hora de saborearlas. Yo, con los años, aprecio estos platos caseros más que nada. Podemos planchar un solomillo carísimo y tomarlo muy rico pero encontrar unas buenas croquetas... Eso es un tesoro. Lista la receta de hoy lunes. Tengo pendiente una empanada de carne picada, una etapa del Camino y alguna otra cosa más. Poco a poco irán saliendo las cosas. Felicidades a todos los Pedros y Petras y muy buenos días.
Hola Ana.
ResponderEliminarSoy Lucía la amiga de Cuca.
Me encanta tu bloc.
Un beso.
Muchas gracias Lucía. Me alegro de que te guste porque lo hago con mucha ilusión. Un beso.
EliminarLuci, busca por ahí y verás la receta de la sopa de cebolla de tu padre... Ana, cuando las vuelvas a hacer invita ¿eh?
EliminarEstás invitada siempre que quieras.
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