Hace muchos meses puse en el blog un bizcocho de vainilla con harina de arroz que tuvo mucho éxito, ¡casi 1800 visitas! Este es parecido pero en vez de mezclar harina de trigo con harina de arroz, he puesto una medida de maizena. Ya sabéis, la harina de maíz de toda la vida que tanto usamos para cocinar y que no puede faltar en ninguna despensa. Bueno, sí puede faltar pero es realmente bárbara para espesar salsas, hacer cremas, etc. Os cuento esta receta tan parecida por dos razones: la primera porque quedó riquísimo, la segunda porque hizo grumos la masa y lo solucioné con la batidora. Esto, que no se puede hacer con todos los bizcochos, es estupendo y muy práctico. Le añadí a la receta varias cosas más que enseguida veremos. Vamos allá.
Ingredientes:
Tres huevos
Un yogur de limón
Dos medidas de azúcar
Dos medidas de harina de trigo
Una medida de maizena
Media medida de aceite y media de leche
Tres cucharillas de royal
Ralladura de naranja
Una cucharadita de azúcar vainillada
Una cucharada de kirsch
Una pizca de sal
Espero no haber olvidado nada. Lo primero deciros que tengo unas amigas que hacen esto mismo con cuatro huevos y les queda el bizcocho más grande y la mar de bueno. Otra cosa para despistados: la medida es el vasito de yogur. Yo, por comodidad mido el azúcar y la harina con una taza que viene siendo: una taza de azúcar y taza y media de harina (hay quien lava y seca el vasito de yogur para medir el azúcar -dos vasitos- y la harina -tres vasitos-). El kirsch es un licor de cerezas que tengo desde hace mucho y olvido usarlo... Esta vez lo recordé.
Vamos con el modus operandi: Comencé a hacer este bizcocho batiendo los huevos y el azúcar con una pizca de sal, todo junto. Bien espumosos, como siempre. Ponemos la batidora de varillas al mínimo y añadimos el yogur, en ese mismo vasito medimos mitad de aceite de girasol y mitad de leche. También ponemos el licor. Esto lo batimos un minuto al mínimo y listo.
Preparamos la mezcla de harinas: Tamizamos una taza de harina de trigo y media de maizena (serían las tres medidas del vasito de yogur). Añadimos las tres cucharillas de royal, la ralladura de naranja y el azúcar vainillado. Removemos. Esto lo incorporamos a la mezcla de los huevos batidos, yogur, leche y aceite que tenemos preparada. Aquí fue donde, después de tener tanto cuidado, se me hicieron los grumos a lo loco. ¡Qué rabia dan estas cosas! Solución: batidora y listo.
Me dio un poco de rabia por si bajaban los huevos. Algo cambia el resultado porque la masa queda con una textura algo más fina, Hecho esto, llevamos al horno en una fuente engrasada. Ya no hay grumos que valgan... ¿Qué pasó? Pues que después de unos 40-45 minutos a 180º Salió un bizcocho la mar de mono.
Lo dejamos enfriar un poco antes de sacarlo del molde. Suelo también espolvorear el molde engrasado con un poco de harina. Ya veis que quedó un bizcocho "gordiño y precioso. Tiene un aroma ligero a vainilla que se puede sustituir por canela, claro. Siempre os digo que el bizcocho de yogur tiene muy buen "caráter" y se adapta a todo. Ya me gustaría a mí ser así... Nada más, el viernes publicaré, si puedo, el arroz al puerto que hace mi marido y es la mar de rico y apañado. Hicimos dos presentaciones que quedaron muy bien, creo yo. Hasta entonces, buenos días y feliz semana.
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