Translate

lunes, 30 de marzo de 2015

Entrecot de buey




     Hoy una receta de las fáciles. Casi no necesita explicación, no obstante, siempre se puede buscar la excelencia. Comprar un entrecot no es lo que se dice barato, sobre todo si hay que comprar uno por persona y hay mucha gente, pero a mí es una pieza que me encanta. Hay quien prefiere el chuletón con su hueso, yo reconozco que soy más de entrecot. Recuerdo que en Ferrol había un restaurante donde los ponían muy ricos y podías escoger una salsa de queso o de pimienta. Así, al natural, también está delicioso.

     ¿Qué necesitamos? Pues un entrecot, aceite de oliva, sal y pimienta y una buena sartén. Empezamos mazando el entrecot por ambos lados. Es una buena forma de hacerlo más tierno. No hay que darle una paliza pero si unos golpecitos para que la carne ceda. Después calentamos el aceite en una sartén, dos o tres cucharadas serán suficientes. Si lo queréis "planchar", simplemente pintáis la sartén con aceite. Se puede poner ajo y perejil o no, al gusto. 




     Tenemos que hacer la carne con cariño, entonces... la ponemos sobre el aceite bien caliente y dejamos que se vaya haciendo. Se nota como se va dorando de abajo a arriba. El punto del fuego es medio-alto. Yo ahora tengo unas sartenes que, no sé cómo están hechas, que no se puede poner el fuego a tope porque te carbonizan la comida. Cuando vemos que está dorada por un lado, la damos la vuelta y dejamos que se dore por el otro. Lo normal es dejarlo rosado por dentro, eso depende del gusto. Hecho del todo, medio hecho, vuelta y vuelta. A mí me gusta el punto intermedio. Vuelta y vuelta me parece demasiado crudo y muy hecho un desperdicio si la carne es buena.

     Cuando ya casi está, es el momento de salpimentar por ambos lados. Si lo hacemos antes, soltará todos sus jugos en la sartén. La carne no se debe salar al principio sino cuando está sellada. Yo le he puesto una pizca de sal ahumada y pimienta de colores. Quedó muy rica y, ya veis, es la cosa más sencilla del mundo. 




     Como guarnición, cociné unas alcachofas con sus tallos y algunas hortalizas que os contaré el miércoles. Podíamos haber optado por unas patatas fritas pero no, fuimos muy buenos. A mí las alcachofas me gustan más que las patatas aunque a algunos les horrorizan. Ellos se lo pierden. No queda más que decir, bueno sí: comentar que es muy posible que un entrecot llegue para dos personas y así, compartiendo, no sale tan caro. 

     También os comento que el Miércoles Santo, después de poneros la receta, dejaré de publicar unos días. Lo necesito espiritualmente y también para descansar que es muy bueno siempre, para tener nuevas ideas y para coger impulso. Ya he visto que las visitas han bajado, como siempre en vacaciones, y me parece inteligente aprovechar para renovarme y relajarme unos días. Feliz comienzo de semana.


No hay comentarios:

Publicar un comentario