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jueves, 12 de marzo de 2015

Berenjenas a la romana



     Hoy, con cierto retraso, una receta de la que os había hablado el día que puse las croquetas de gambas. Ya sabéis que las berenjenas y yo tenemos una relación muy buena. Me entusiasman. Me gustan muchísimo fritas como guarnición de multitud de platos y, por la misma razón, varío también la forma de freírlas. Estas son el clásico rebozado "a la romana": harina y huevo batido, por este orden. 

     Empezamos cortando las berenjenas. Yo he optado por hacer bastoncitos con piel pero se podrían cortar en círculos, semicírculos, filetes finos,... pelarlas... Siempre al gusto del consumidor. Esta vez he hecho como las napolitanas, según mi sobrino Juan: Espolvorearlas con abundante sal y dejarlas varias horas. De esta manera sudan y pierden cierto amargor. Algunos deberían de salarse por las mañanas... 

     Lo siguiente es lavarlas debajo del grifo, escurrirlas bien y secarlas con papel de cocina. A continuación las pasamos por harina. Se pueden poner en un táper (tupperware) con abundante harina y hacer un baile con ellas hasta que estén bien enharinadas. Batimos uno o dos huevos y las vamos pasando y friendo como si fuera una merluza a la romana. Mismamente.



     Quedan muy ricas, nada grasas -es conveniente pasarlas por papel al salir de la sartén- y son un acompañante delicioso para cualquier plato. Podríamos hacer así también unos calabacines. A mí me gustan menos pero también son ricos. En fin, lo que se os ocurra.



     Y aquí las veis de cerca, muy favorecidas. Ya veis, el rebozado a la romana de toda la vida. Me da la sensación de que es una receta un poco tonta pero ¡están tan ricas! De las berenjenas fritas sin más, me faltan las berenjenas rebozadas en pasta de freír (os las podéis imaginar), que también están buenísimas pero, lamentablemente, borré las fotos por error. La próxima vez que las haga os las pongo. Nada más por hoy. Buenos días a todos. 


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