El haber hecho esta tarta se debe a una amiga mía y le estoy muy agradecida porque ha quedado muy rica. Me preguntaba ella qué postre hacer con moras y yo le dije, sin pensarlo mucho:Yo haría un bizcocho de chocolate, lo rellenaría de mermelada y lo cubriría de nata y moras. Así nació esta tarta que tiene el encanto de ser una tarta que podría haber hecho cualquiera de nuestras madres y, por esta razón, podría llamarse la tarta de Concha pero me pareció más fácil etiquetarla como "tarta de moras". Ahora os explicaré como la he hecho. A mí me ha gustado mucho y creo que ha quedado muy graciosa. Por diversas razones, la he hecho con mucho cariño.
Ingredientes:
Un bizcocho de chocolate
Medio tarro de mermelada de moras, frutos del bosque, frambuesas...
Almíbar para mojarla
Nata y azúcar
Moras recogidas en Doniños
Vayamos por partes, lo primero que vamos a hacer es el bizcocho. Podríais hacer un bizcocho de chocolate de cualquier tipo pero que no sea excesivamente denso, creo. Yo he hecho el bizcocho genovés, genoise para los franceses, con un toque de cacao. ¿Por qué? pues porque es barato, sencillo y ligero. Es el bizcocho que se suele hacer como base para cualquier tarta.
Bizcocho de cacao:
Tres huevos
La mitad de peso de azúcar
La mitad de peso de harina (salvo unos 10 grs de cacao valor)
Un molde engrasado
Empezamos como siempre, con la batidora de varillas batimos los huevos y el azúcar hasta que están bien espumosos. Yo he hecho un bizcocho pequeño: tres huevos medianos, que son unos 150 grs de huevo sin cáscara, y 75 grs de azúcar. Pesamos 65 grs de harina corriente y 10 de cacao en polvo valor y los tamizamos. Mezclamos suavemente y pasamos al horno en un molde engrasado unos 20 minutos a 175º. El horno precalentado, por supuesto, al menos unos 10 minutos.
Listo el bizcocho lo dejamos enfriar, lo desmoldamos y reservamos. Lo podéis hacer de víspera o no. Se hace enseguida pero tenéis que contar el ratito para que se enfríe.
El almíbar:
En casa no somos de tartas muy mojadas así que he hecho 50 grs de azúcar, 50 de agua, una cucharada de brandy y le he añadido unas moras. Un hervor y listo. Huele a licor de moras.
La mermelada: Tengo que deciros que me habría gustado hacer mermelada de moras pero ni tuve tiempo ni suficientes moras. La compramos y, como no había de moras, la pusimos de frambuesas, creo que la combinación de moras y frambuesas quedó riquísima. Ya digo que cualquier mermelada de bayas serviría. La mermelada de moras está en el blog y, si tenéis tiempo, os animo a hacerla.
La nata:
200 ml de nata
2 ó 3 cucharadas de azúcar
Ya sabéis que para montar la nata ha de estar muy fría. Batimos ligeramente y montamos, a mano o a máquina. Cuando empieza a espesar, añadimos el azúcar, un poco al gusto. Seguimos batiendo hasta que esté lista, con cuidado de no pasarnos (se convierte en mantequilla).
Ya sólo queda montar la tarta. Cortamos el bizcocho en dos, con un cuchillo de sierra o lo que os sea más cómodo. Lo mejor es cogerlo en la mano y girarlo. Mojamos con el almíbar con ayuda de un pincel o a cucharadas si os gusta poner más (en este caso hacéis más cantidad). Rellenamos con una buena capa de mermelada, de mano de amigo.
Tapamos con el otro trozo de bizcocho y volvemos a mojar. Cubrimos con la nata (esto a mí no se me da nada bien), intentando que nos quede bien uniforme. Adornamos con las moras y un poco de paciencia.
La pasamos un par de horas al congelador, para que la nata se ponga bien firme y después la dejamos en la nevera hasta la hora de tomarla. Ya sabéis que las tartas de nata conviene consumirlas en 24 horas y ¡mucho ojo si la sacáis de casa! Por lo demás, ya veis que es una tarta fácil hasta para una cocinera apresurada como yo. Seguramente se os ocurrirán formas más bonitas para adornarla. Mi marido ha dicho: Muy graciosa, parece de dibujos animados. No era muy grande pero teníamos otra de galletas y chocolate. Si queréis hacéis 5 ó 6 huevos para el bizcocho, haciendo la proporción de los demás ingredientes al peso (tened en cuenta que más grande tarda más en hacerse), y medio litro de nata montada. Espero que os guste. Un poco larga de contar.
Y ¿como no? me quedaba por decir que, claro está, la podéis hacer con frambuesas en vez de moras. Teniendo en cuenta que las moras duran tan poco y que sería una tarta sólo factible para el fin del verano, creo que con frambuesas también estaría muy rica y vistosa. Yo, desde luego, la voy a hacer más veces...
Riquísima !!
ResponderEliminarYo utilizo mucho como cobertura de helados de chocolate, mermeladas de naranjas y de frutas del bosque si no encuentro de arándanos.
Tiene que tener mucha aceptación para gente menuda !!
Gracias y Feliz entrada de més !
fernando
Ah, Las mermeladas a capas o mita y mitad, para variar los gustos...
ResponderEliminarMuchas gracias Fernando por seguirme. Un abrazo.
ResponderEliminarque maravilla graciasss
ResponderEliminarDe nada!!! Gracias a ti, Sara, por seguirme.
EliminarMe encantan las moras, y esta tarta ni te cuento!
ResponderEliminarLa verdad es que es riquísima. Lástima que no haya moras siempre. Creo que la repetiré pronto con frambuesas. He visto tu blog, que me ha encantado, y estoy deseando hacer la "baba de camello". Gracias por contestar y un saludo.
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