Abro este blog animada por mis amigas para compartir mi afición por la cocina y la buena mesa. Las recetas son fáciles y asequibles para todos. Muchas veces al gusto de mis hijos y siempre hechas con mucha ilusión. Espero que os gusten.
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viernes, 27 de junio de 2014
Nécoras
Esta entrada también podría llamarse ¡Por fin nécoras! Tenía ganas de ponerlas en el blog pero hacía mucho que no las tomábamos. Como sabréis, es un cangrejo que tomamos los gallegos y nos encantan. Son riquísimas, de sabor delicado y laboriosas de comer pero vale la pena. Para cocerlas necesitamos agua y sal, el agua debe ser suficiente para que estén sumergidas; la cantidad de sal, unos 50 grs por litro de agua. Dicen los expertos que si están vivas se deben poner en agua fría y después llevarlas al fuego, una vez que rompan a hervir, unos 7 minutos y las separamos. Aunque los minutos van a depender del tamaño, claro. En las Rías Bajas les ponen laurel pero en Ferrol no. Son deliciosas y se pueden tomar templadas o frías, para gustos.
Respecto a las fotos, la de la izquierda es la hembra, que tiene "la barriga" distinta. De sabor son igual de ricas, creo yo, pero la hembra suele tener corales que son deliciosos.
Bueno, pues esta es una versión, la otra dice que se deben echar en el agua hirviendo a borbotones y dejarlas entre 3 y 5 minutos, según tamaño. En casa de mi madre se hacen así, en agua hirviendo. ¿Cuál es mejor? Pues no tomo ni cocino tanto marisco para saberlo a ciencia cierta. Dicen que si estan vivas es mejor en frío... Pero como veis, no todo el mundo está de acuerdo. Mi marido, que es quien las cocina, las pone en agua fría y le quedan muy ricas.
El otro día vi a los gemelos Torres cociendo centollas en la tele y las cocían en frío, 50 grs de sal por litro de agua o agua de mar; un minuto de cocción por cada 100 grs. Pero la centolla es mucho más grande. El marisco menudo, se deja hervir un minuto, pero este no es el tema... que me lío.
En la foto de abajo veis el aspecto de los corales. Color coral, ¿cómo no? A mí me encantan y, si puedo, escojo hembra. Porque todo eso de dentro se come, también las patas. Es muy entretenido, charlando y tomando un vino blanco gallego bien fresquito. Porque comer marisco, además de rico, es un acto social. Se come y se comparte. En ese sentido, es mucho más social tomarse una centolla entre varios (a ver quien corre más...)
No sé si os habrá servido de algo esta entrada porque, ya veis, hay varias versiones sobre la cocción. Ante la duda, siempre nos queda Google.
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