Esta receta la ha hecho mi marido. Yo nunca la había hecho, a saber por qué, y nos ha encantado a todos. Le hemos dicho: Puedes repetirla cuando quieras. Es algo parecido a los flamenquines pero no van empanados ni se fríen, lo cual, a mi modo de ver, los hace más ligeros. Os voy a explicar como los ha hecho que es muy sencillo:
Ingredientes:
Filetes de pollo
Bacon
Queso
Sal y pimienta
Un chorrito de aceite
Pues bien, lógicamente, tenéis que pensar si necesitaréis medio kilo, un kilo de pollo o más. Según hagáis, necesitaréis una loncha de queso y otra de bacon por filete. Salpimentamos los filetes por ambos lados, ponemos una loncha de queso encima y otra de bacon debajo, enrollamos de tal manera que el bacon quede por fuera. Los sujetamos con un palillo de madera y los mojamos, ya en la fuente de hornear, con un chorrito fino de aceite. Llevamos al horno unos veinte minutos a 180º con ventilador. Al final, si vemos que no están dorados, ponemos el horno un poco más fuerte a 200-225º unos diez minutos, dándoles la vuelta para que se doren. Va a depender mucho del horno, claro.
Quedan muy ricos porque el queso al fundirse forma una salsa cremosa. No es un plato ligero pero tampoco es el gran disparate si tomamos poca cantidad. Con una ensalada es un menú riquísimo.
Me comentaba una amiga que ella los hace igual pero los baña con nata líquida. Nada que objetar, seguro que están también deliciosos aunque tienen más calorías. De igual manera, se podrían bañar con un chorrito de licor... Todas las sugerencias son buenas. Os animo a hacerlos porque son una tontada riquísima. El palillo se puede quitar para servir y que queden "más finos". Y nada más por hoy. Le agradezco a mi marido estas recetas que hace algunos fines de semana porque son una gran ayuda para mí. Muy buenas tardes a todos.
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