Sí, ya sé que la primera foto no se corresponde con la receta pero no me salió, con las prisas, ninguna foto bonita. El cinamomo ya sabéis que tiene un aroma espectacular, perfume embriagador (que decía la canción), y un blanco que sólo las flores tienen. Dicho esto, paso a la receta que es experimental.
Estaba yo el otro día en un supermercado conocido y vi una caja de canelones de marca también conocida. Me llamó la atención el hecho de que ya vinieran formados y no necesitaran cocción previa. Siempre son más ricos los que dan más la lata pero me apeteció probarlos. Las valoraciones las haré al final... Compré también un buen puñado de setas shiitake, ya sabéis que me encantan, y decidí hacerlos el domingo.
Ingredientes:
Pasta para hacer canelones (sea cual sea)
300 grs de setas shiitake
Una cebolla grande
Aceite y sal
Una cucharadita de harina
Un cucharón de caldo limpio
Un paquete de grelos congelados
Bechamel
Queso rallado
Empezamos picando cebolla y setas. Me dio pena picarlas porque escogí unos ejemplares grandes y tersos pero ya había decidido hacer los canelones así que no quedaba otra. Poché todo en dos cucharadas de aceite, salpimenté. Después añadí la cucharadita de harina, para darle cuerpo, y dejé dorar. Para terminar, incorporamos el cucharón de caldo. Es bueno que se consuma un poco y nos quede una revuelto meloso. Este es el primer relleno.
La cosa es que en la caja de canelones vienen más de veinte y se me acabó el relleno. Me puse a hacer la bechamel algo mosca porque sobraba pasta por un tubo, en este caso tubos. La solución que se me ocurrió, a prisa y corriendo, fue cocer en el micro un paquete de grelos congelados, unos 8 minutos en un pirex tapados con un film. Una vez cocidos, los escurrí bien, los corte un poco con tijeras y les añadí dos cucharadas de mi bechamel casera. Con este relleno improvisado rellené el resto de los canelones.
¿Se rellenan fácil? Pues bueno, con una cucharita se van rellenando con un poco de paciencia porque es bueno que vayan llenitos. Si alguien os ayuda, mejor. Todos a una fuente de horno engrasada.
Ya sabéis como hacemos la bechamel. No lo voy a volver a contar porque podéis consultarlo en el blog en el apartado de salsas. Os digo la verdad, estoy aburrida de hacer bechamel. En casa les encanta y yo le estoy cogiendo manía. Todos estos canelones, tumbaditos y calladitos, los cubrimos con la bechamel y movemos para que se cuele en todas partes. Espolvoreamos con queso rallado a lo loco. Cuanto más mejor, creo yo. Ya veis que no he puesto ni jamón ni huevo duro... Es que hay segundo plato. Yo creo que ya les vale.
Sólo queda mardarlos al horno una media hora a 200º. Quedaron muy ricos. Por votación, ganaron las setas 3-2. A mí me gustaron quizás más los grelos. Bueno, los dos rellenos, tan sencillos me gustaron bastante. La bechamel quedó muy cremosa y blanca. Bien. ¿La pasta? Pues es más rica y tierna cuando la cocemos en casa, desgraciadamente. A mí me da mucha pereza, ya no cocerla, sino que se pegue y se rompa. En cualquier caso, escojáis la pasta que escojáis, los rellenos nos gustaron y, claro, se podrían combinar en una lasagna. Fusión de sabores: Asia y Galicia ¿cómo che queda o corpo? Buenos días a todos.
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