Esta es una receta que os había dicho que iba a subir. La vi en el Facebook, de esas cosas que aparecen por ahí sin saber por qué... Y lo hice pues es realmente facilísimo. ¿Qué necesitamos?
2 yogures naturales
2 medidas* y media de harina
1 medida y media de azúcar
3 huevos
4 medidas de leche
2 cucharaditas de levadura
75 gramos de mantequilla
Una cucharilla de canela (opcional)
*La medida es el vasito del yogurt.
Batimos todos los ingredientes. La mantequilla debe estar blandita. La sacáis antes de la nevera o le dais una "vueltita" en el microondas. Yo añadí un poco de canela y, creo, que no le iría mal tampoco un poco de ralladura de limón. Lo que es un poco para que no destaquen, una pizca de cada. El horno lo vamos calentando antes a 180º. Arrugamos papel de horno con unas gotas de agua y lo ponemos en la fuente que vayamos a usar. Podría ser redonda pero si queréis cortar cuadraditos, mejor utilizáis una rectangular. Llevamos al horno entre 30-40 minutos. Le pasa como a las tartas de queso, se hincha pero una vez que sale del horno pierde ese volumen y queda como en la foto siguiente. Aunque os tengo que decir que he visto resultados más granulados en la superficie. Quizas exceso de batidora.
Lo espolvoreamos con azúcar glass -impalpable- y lo cortamos en trocitos del tamaño de los tocinillos de cielo... o no. Si os preguntáis a qué recuerda, yo creo que puede ser a la quesada pasiega. Hace mucho que no tomo una auténtica quesada así que, a lo mejor me equivoco pero fue lo que me evocó este "tocinillo de yogurt". Pienso que es lo bastante fácil y rico como para darle una oportunidad y ya, valoráis vosotros si os gusta o no.
Os dejo, para animar, unas fotos de un paseo que dimos hace varias semanas por San Jorge. Es una de nuestras preciosas playas. Como dice mi hijo, tenemos suerte de estar en un ayuntamiento bonito que tiene salida al mar y preciosos arenales. Porque confinados estamos en Ferrol -terrol- desde hace ya mucho. Paciencia...
También os digo que estamos, gracias a Dios, bien, que nos cuidamos, que no hacemos locuras y nos aburrimos como todo quisque. Me acuerdo de Dickens y pienso a veces que vivimos "el peor de los tiempos". Como comienza Historia de dos ciudades: "Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; La época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación."
Es cierto que ha sido un año terrible y que este invierno resulta desesperante por muchos motivos. Pensemos en la esperanza de la próxima primavera, aunque quede un poco cursi. Como dicen los mayores... De todo se sale (me estoy dando cuenta de que yo ya soy abuela y mayor). Cuidaos mucho queridos amigos.
Me encantan tus recetas Ana.Publuca más porfa
ResponderEliminarOh, qué comentario tan agradable. Eso me anima. Lo intentaré. Muchas gracias. Un abrazo.
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