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viernes, 6 de agosto de 2021

Croquetas de mar




   Ha llegado agosto y ya me ha parecido hora de volver a publicar. Os digo que se me va haciendo difícil, sobre todo a la hora de subir fotos, que es un lío que me pone de los nervios. ¡Qué pesaditas están! Y, claro, yo quiero contaros algunas cosas, ya que escribo tan poco, y sin imágenes, me parece que se queda todo en casi nada. Finalmente, he conseguido subir las fotos, sin orden ni concierto, y voy a comenzar con las croquetas, ya que soy la "croquetera number one" del reino y me encanta compartirlas.
 
   Hace unos días, ni sé cuántos, preparé unas croquetas que querían ser de marisco pero eran más bien de marisquito. Del congelador saqué dos palitos de cangrejo y cinco mejillones. Ya veis la cosa. Por lo demás, son unas croquetas cualesquiera, en cuanto a su ejecución. Vamos pues con la explicación:


   Sin descongelar nada, picamos el marisquito en el artilugio de picar de la batidora, o en una picadora clásica. Os digo que así, sin descongelar, se pican bárbaro. Es cómodísimo porque no exige ninguna reflexión. Se sacan del congelador y listo.


  

    Con una cebollita picada, aceite para dorarla, 50 gramos de harina y medio litro de leche, preparamos la clásica béchamel croquetera. Pochamos primero la cebollita, incorporamos la harina, unas vueltecitas a fuego suave y la leche... Debe hervir unos 20 minutos esta béchamel para que no sepa a harina cruda, así que... Cuando faltan unos 6-7 minutos para que esté lista, añadimos el picadillo de marisco. Removemos, probamos para salar al gusto,... Y completados los 20 minutos, dejamos enfriar hasta que esté fría y moldeable.


 
   Formamos las croquetas como siempre: huevo y pan rallado. Después las freímos de cuatro en cuatro en abundante aceite de oliva bien caliente para que no se abran. 


   En casa les gustan de plato único, combinando huevos fritos, ensalada y patatas con las susodichas croquetas. Qué ricas quedaron.



   Si los huevos son caseros, estarán aún más ricas pero vamos, a mí lo que me importa son las croquetas. 



   Que quedaron con un suave sabor a marisco que puede recordar al paté de centollo, que no es de centollo, aunque algo más suave pues no lleva anchoa ni huevo duro. El huevo duro podría ser perfectamente incorporable a la béchamel.



   Y aquí el aspecto de la yema con la croqueta, que dice mi marido que recuerda a los huevos encapotados. Es un plato que yo nunca hago, la verdad, porque prefiero las croquetas. 



    Más cosas que contar... He vuelto a hacer mermelada de grosellas negras. Este año covidiano no pude podar los arbustos y dieron muy pocas pero nos dimos el gusto de probarla.


  
   También deciros que ha llovido tanto, que Ferrol ha sido más gris que otra cosa. Un día en el parque, tomando un café, nos cayó el diluvio. No el universal pero casi.





   Como cada año, fuimos a Mugardos a tomar pulpo. Era un atardecer tan bonito que no pude evitar sacar una foto. Para los que no conocéis nuestra tierra, esa es justo la boca de la ría, entre castillos y bien defendida de... bueno ya sabemos de quien.


   Yo sigo con mi vida familiar, mis comiditas. Un día, por ejemplo, en vez de arroz, hice unos fideos, que tienen la ventaja de que se cuecen en unos minutos. Aquí son muy arroceros pero no hubo queja. 


   También he preparado tortillas, como esta paisana que, hacía tanto que no la hacía, que se quedaron encantados. De esas cosas que te olvidas. 


   Y, con tanto chaparrón... Las flores están preciosas. Las lantanas o españolitas con sus vivos colores que parece que nos alegran el alma sólo mirarlas. 


Y el solalum, con su violeta intenso, este año también está precioso.


   Las hortensias comienzan a agostarse y se llenan de pintas rosas, que me parece de lo más bonito. Ojalá todas nos agostáramos con tanto estilo. Es lo que hay...

   Pues hasta aquí esta entrada que es muy rica. Me refiero a las croquetas, claro. Son las tres bes. Yo creo que haré croquetas pronto porque algún hijo las está pidiendo. En cuanto al verano gallego... No recuerdo uno igual. No es que me importe tanto pero luego el invierno es tan largo... 

   El blog va bastante bien sin mí. Este mes ha tenido bastantes visitas y yo, que me alegro mucho, me siento más relajada al respecto. Os doy las gracias queridos amigos por leerme. Este último año y medio ha sido como ha sido pero tenemos que seguir adelante con ilusión. Pasad un buen agosto. Nos vemos en unos días por aquí. Que no se me olvide mandar un saludo especial a todos los que me leéis desde Suecia. Bicos.

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