Si alguna vez habéis comido en un restaurante chino, seguramente habréis probado el pollo con almendras. Es un clásico que suele gustar a los jóvenes y no tiene demasiado misterio. Un pollo guisado con unas hortalizas y acompañado con almendras doradas y crujientes. Pues ya está dicho todo, ¿no? Yo le di algunas vueltas pues, cuando hacía este guisito, las almendras invariablemente se quedaban blandas. ¿Que hice? Muy fácil, dorarlas aparte con una cucharada de aceite y una pizca de sal y añadirlas al pollo en el último momento.
En caso de que las almendras tengan piel, sólo tenéis que meterlas en agua hirviendo un minuto y la piel se suelta de la carne en un santiamén. Lo cierto es que las venden también peladas y con dorarlas es suficiente.
Falta decir cómo hacer el pollo... Bueno, simplemente doramos una pechuga de pollo troceada con una cebolla en láminas y unos champiñones. Cuando cogen color, incorporamos un buen chorro de salsa de soja y dejamos hacerse hasta que todo esté bien cocinado. Es en el último momento, justo antes de servir, cuando incorporamos las almendras que hemos dorado en una sartén.
En la foto salen también un arroz cantonés, un cerdo agridulce (recetas que ya están en el blog) y un salmón a la plancha con una salsa de wasabi (comprada) que a mis hijos no les gustó demasiado. Pero bueno, me habían pedido una comida oriental... Yo, ya sabéis que me apunto a un bombardeo. No fue un menú quizás perfecto (orientalmente) pero el pollo estaba muy bueno. Buenas tardes a todos.
Muchasgracias Ana nunca te escribo...pero soy fiel seguidora
ResponderEliminarUn beso grande
Hola Raquel, no te preocupes... yo ya sé que escribir aquí es algo latoso. De todas maneras, me encanta encontrarte por aquí y que me comentes y me sigas. A ver cuando nos volvemos a encontrar. Un beso enorme.
EliminarMuchasgracias Ana nunca te escribo...pero soy fiel seguidora
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