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viernes, 20 de diciembre de 2013

Pollo trufado al horno (I)


     Quería poner el proceso de deshuesar y rellenar un pollo. Ha sido bastante latoso. Hacía varios años que no lo hacía y me he sentido algo torpe. Primero hay que comprar el pollo, cuantos menos cortes tenga, mejor. Se puede comprar entero, sin eviscerar. Pero yo lo he comprado en el super, tal cual viene y le he hecho unos remiendos. Las vísceras no me molan nada. Lo lavamos y lo desplumamos bien. Como la piel se dora, se puede comer, si gusta. Para mí es muy desagradable que haya plumas. Entonces, nos esmeramos para que quede bien limpito. 

     Se empieza a cortar por la espalda, de arriba a abajo, aprovechando toda la piel, si sobra ya se cortará, pero hay que contar que hará falta. Cortamos las alas y cerramos con unas puntadas (yo aquí hago trampa y les pongo un palillo). Vamos despegando la carne con un cuchillo pequeño bien afilado, pegándonos al hueso para aprovecharla bien. Un horror.



     Realmente, al pollo le hacemos una escabechina. Pero bueno, ya es difunto. Lo peor para mí es la parte de las patas. Yo le he dejado el hueso de abajo, pero se deshuesa fácilmente, cortando la piel alrededor de la parte de abajo y separando la carne del hueso. Se mete la carne para dentro y se cose.



     Después seguimos hasta que llegamos a separar totalmente la carne y la piel del caparazón. Parece difícil, seguramente lo es, pero es cuestión de decisión. Porque si se nos rompe un poco, no pasa nada. Si dejáis el hueso de las patas, es bueno cortar en las junturas, que no lleve ninguna astilla. Importante. 



     Y ya tenemos el pollo deshuesado. Salvo la parte de las patas que os dije. Creo que el carnicero lo hace también si se lo pedís y le pagáis una pequeña cantidad. Habría que preguntarle.


     Una vez hecho esto, lo espolvoreamos con nuez moscada, lo regamos con jerez y lo dejamos de un día para otro en la nevera. Os alegraréis de olvidaros de él unas horas. 



     Llega el momento de rellenarlo. Yo me he quedado un poco escasa con el relleno. Cosas que pasan. Así  que os voy a poner una referencia aproximada:
Un pollo de unos dos kilos que hemos deshuesado
Un kilo de carne picada mezcla de cerdo y ternera
Un frasco de trufas (suele traer dos)
Un huevo grande
Sal y pimienta, nuez moscada 
Unas tiras de jamón o panceta
Jerez
Un chorro de aceite


     Mezclamos la carne picada con el huevo, la sal y las especias, el agua de las trufas y un chorrito de jerez. Lo mejor es mezclarlo a mano, para que quede bien. Dividimos en tres partes y vamos poniendo, carne, trufa en trocitos y tiras de panceta (el relleno puede variar mucho) hasta acabar la carne. Esto es lo más fácil.


     Y empezamos a coser, con algodón y una aguja gordita. Esto es más delicado pero tampoco es difícil. Ya os dije que yo me quedé corta con el relleno y me sobró piel. Le hice la "estética" y fui cortando lo que sobraba, sobre todo piel del cuello, me sobró toda. Empezamos de abajo a arriba. Con calma. Tengo un amigo cirujano que espero que no me diga nada. 


     Ya veis como me ha quedado. Yo creo que no está mal. Además, no va a llevar un vida activa...


      Lo salpimento por fuera, lo froto con aceite y le ato las patas para que no se abran. Coloco la parte cosida hacia abajo. A la fuente de horno con un vaso de jerez. Y paciencia porque tarda.



     Lo he puesto a 175º y allí se quedó unas dos horas y pico. En teoría unas dos horas le llegaban. A mí me da pavor que quede crudo en el centro y lo he dejado un rato más, una media hora. Mi teoría es que si se seca un poco es malo, pero si está crudo, no se puede tomar. Después de tanto curre, he decidido esperar porque mi horno ya no va como debiera... Eso, podéis consultarlo según el peso del pollo ya relleno que será casi tres kilos, o sin casi.


     Dejamos enfriar y le quitamos los hilos, haciendo unos cortes con tijera y tirando suavemente. Y no lo cortamos hasta que esté bien frío. Mejor con cuchillo eléctrico porque tiende a abrirse. Es delicado. La presentación os la pondré mañana. Me gusta con huevo hilado, uvas con queso, o con unas setas... Ya se verá.



     Ha soltado bastante jugo, casi medio litro. Es riquísimo y lo aprovecharé si hago unas setas o unas cebollitas. Además con el caparazón hacemos un consomé. Aprovechamos todo.


     No es una entrada muy bonita pero quería que vieseis, más o menos, el proceso. No suele aparecer en los blogs. Y no me extraña, es un jaleo de fotos. El relleno se puede variar muchísimo: pollo picado con jamón cocido, añadir pistachos, pasas, aceitunas,... Lo que me importaba aquí era el deshuesado y el cosido. Si es para cocer, se deshuesa entero y se envuelve en una tela bien apretada. Cocido es también muy rico y el consomé queda divino. Ya nada más, en cuanto lo presente y tenga un ratito, os pongo una entrada nueva. Espero que os haya servido de algo esta explicación.

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