Esta es una receta muy fácil. Es casi como una "salsa de perdiz" pero sin vinagre. En casa no les acaba de gustar la salsa hecha con vinagre. Tiene un puntito de acidez que a mí sí me gusta pero bueno... Os explico la receta que es simple del todo.
Un kilo de pavo para guisar (podéis hacer ternera, pollo, perdiz,...), lo ponemos en una tartera con: dos cebollas cortadas en cuartos, una hoja de laurel, dos dientes de ajo con su piel, sal, unas bolas de pimienta, una pizca de nuez moscada y otra de tomillo, un vasito de vino y otro de aceite de oliva. Llevamos a ebullición, bajamos el fuego y dejamos hervir suavemente hasta que la carne está tierna como manteca. Tapado que si no se seca y se quema.
El pavo tarda unos 45 minutos pero la ternera tardará un rato más. Depende del corte y de la calidad. Si ponéis un trozo grande de falda sin hueso, tardará casi 2 horas. Ya sabéis, podéis añadir también un vasito de vinagre. Es una receta clásica. La recuerdo de siempre. Conviene probar una cucharadita de salsa para ver si está bien de sal. Eso siempre. Me asombra cuando veo los concursos de cocina de la tele que a veces les preguntan a los protagonistas: "¿lo has probado?" Hay que probar siempre, aunque no apetezca. Y a veces no apetece probar... porque acabamos de tomar un café pero el paladar de un cocinero es lo más importante ¿no?
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