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jueves, 25 de febrero de 2016

Musaka de berenjena y bonito


     Esta receta me encanta. Yo soy muy de berenjenas -quizás por aquel Cide Hamete Benengeli del Quijote-. La cosa es que siempre me han gustado y las cocino con frecuencia. Este es el típico plato único de "me voy a tomar un café con las amigas y después lo horneo". Os voy a contar lo que he hecho aunque os adelanto que la cantidad fue un poco justa. 

     Ingredientes:
Tres berenjenas

Una cebollita y un diente de ajo
Una lata de tomate triturado
Sal y azúcar
Pimienta, romero y tomillo

Una zanahoria
Dos cucharadas de harina
Medio litro de leche
Sal

Dos latitas de bonito
Aceite 


     Quería yo adelantar tiempo así que me puse a dorar la cebollita y el ajo a fuego medio mientras tenía las berenjenas a remojo en agua con sal. Directamente sobre la sartén rallé la zanahoria para hacer la bechamel. Después añadiremos aceite y doraremos. Todo a la vez.



     Una vez pochadas las hortalizas añadimos el tomate triturado -puse una lata pequeña- y lo mismo hacemos con la zanahoria. Cuando esté dorada incorporamos la harina. Todo a fuego suave. Ya sabéis que al tomate le gusta salpicar. Pues un fuego suave que hierva sin manchar.


     Bajamos el fuego de las zanahorias y la harina y ponemos la leche. Yo añado "una poca" en frío y remuevo bien. Al tener zanahoria es más fácil evitar los grumos. Después subimos un poco el fuego y vamos añadiendo más leche hasta tener la textura deseada. Más fina que la de las croquetas. Quizás os preguntéis ¿por qué de zanahoria? Bueno, yo soy partidaria de que tomen hortalizas, todas las posibles, siempre que combinen bien los sabores. Podría ser de champiñones o de nada, pero así, de zanahorias queda muy rica y es muy suave. Más vitaminas y fibra para el body y casi ni se enteran. Es una bechamel muy fina.


     Lo ideal es que tanto la bechamel como el tomate hiervan unos 20 minutos, como van a ir al horno, nos podemos conformar con 15, así pues, ya podemos enjuagar y enjugar las berenjenas y mandarlas al micro con papel film unos 8-10 minutos o hasta que estén tiernas. Podríamos hacer lasagna pero nos engordaría más. Con calabacines también estaría rico pero yo soy más "benengeli".



     Cuando el tomate tiene ya algo de color le ponemos las hierbas: Una pizca de romero -es fuerte- y al gusto de tomillo -es suave-, y también pimienta negra. Rectificamos de sal, hay que poner unas dos cucharadas de azúcar para evitar la acidez del tomate. Sin pasarse, no es mermelada, pero que esté rico. 



     ¡Cuánta foto! Podéis ver el tomate casi listo y la bechamel que es divina para unas croquetas (hay que pensar en la densidad según para qué sea la bechamel). A las croquetas de zanahoria yo les añado unos quesitos. Hay quien les pone huevo duro... pero esa es otra historia que no toca hoy.


     Y ya, el tomate con el bonito. Latitas de las corrientes en aceite que podéis escurrir. Esta salsa, tal como la veis en la foto inferior, es deliciosa para cualquier pasta. Y conste que yo no soy muy "bonitera". 



     Vamos montando las musakas, pastelones o como queráis llamarles. Esto, creo recordar, ya lo hice otra vez con carne picada muy parecido.



   Una fuente, más cargada de bechamel y queso para los delgados... Bueno, las dos iban bien ¿qué voy a decir? No es un plato ligero pero sí muy natural y casero. 


     Vamos a hornear unos 20 minutos, por lo menos. Se dora al gusto pero lo que sí tiene que estar es bien caliente. Si lo dejamos media mañana... Va a tardar algo más en calentarse. 



     Ya os dije que la receta era algo escasa. Valdría la pena multiplicar todo por dos. En casa no quedó ni un poquito. 



     El resultado, una vez gratinado, depende un poco del tipo de queso que escojamos. A mi marido le gusta el queso en polvo de toda la vida y yo soy más de emmental. Al gusto del consumidor.


     Termino diciendo que a mí es un plato que me encanta. Tiende a soltar un poco de jugo pero es rico. Podríamos hacer carne, utilizar orégano en vez de romero, cambiar las berenjenas por calabacines y la zanahoria por... ¿espinacas? Lo que se os ocurra, os guste o, como en mi caso, tengáis a mano. Es una receta rica y contundente muy práctica para un viernes de Cuaresma. Aquí os queda... Os deseo a todos muy buenas tardes. 


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