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lunes, 30 de junio de 2014

Tortillas de pisos II




     De nuevo tortillas de pisos pero esta vez he sido más tradicional. Cuatro tortillas y la clásica cobertura de bechamel. Estaban riquísimas y mis hijos me han dicho: "Puedes volver a hacerlas cuando quieras". Pues me quedo tranquila. Dan algo de trabajo pero no excesivo. Es más que nada tener una buena sartén e ir preparando los ingredientes que vamos a utilizar. Yo he hecho cuatro tortillas, de arriba a abajo: patatas, pimientos, bacalao y cebolla. Estaban muy ricas y, por supuesto, los añadidos se pueden cambiar: grelos, espinacas, jamón, gambas, atún, espárragos, setas,... Al gusto de cada uno e intentando combinarlos bien, claro.





     Lo que hacemos primero es ir preparando las hortalizas. Yo he hecho las patatas en la freidora. Los pimientos y las cebollas los he cocinado en la sartén, por separado, e intentando no utilizar demasiado aceite. Aunque esto es una ilusión porque el plato es contundente. Si salamos las hortalizas, atención al momento de salar los huevos. No os paséis que no es agradable. Prefiero sal de menos que de más. 



     La bechamel la hacemos con una cucharada de harina, la doramos un poquito en aceite y añadimos un vaso grandote de leche. La llevamos a ebullición sin dejar de remover. A fuego suave y 20 minutos de cocción. Sal, pimienta, mantequilla,... nuez moscada si os gusta. Ya sabéis, lo de siempre.

     Y vamos haciendo las tortillas. Yo he tenido la inestimable ayuda de mi marido que tiene muy buena mano y más fuerza para darles la vuelta cuando son grandes. La de patatas, por ser la más "sólida", se suele poner debajo, la primera que hacemos.



     La de pimientos ha sido la siguiente. No tiene excesiva importancia el orden pero sí el sabor y el color. Y por ejemplo, si hacéis hortalizas, bacalao y jamón,... Pues alternáis las hortalizas con estos para que quede más fina y más lograda la combinación de sabores. No sé si me explico. Y lo del color, pues siempre va a hacer más bonito. Por ejemplo, tonos verdes y amarillos, uno de cada. Al cortar es mucho más agradable y, como siempre digo, la comida entra mucho por los ojos. No nos vamos a conformar con aquello de: "Tiene una pinta malísima pero sabe bien".

     La tortilla de bacalao la hemos hecho con migas desaladas y cortaditas. Las hemos puesto directamente en los huevos batidos, sin salarlos. Podéis escaldar antes el bacalao, si preferís. Y también deciros que hicimos 4 tortillas de 3 huevos cada una. Para que os hagáis una idea. No sobró nada.




     Aquí, ya listas, cubiertas de bechamel. Si está espesota, le añadís un poco de leche. La bechamel de cobertura debe ser ligera. En casa les encanta la bechamel de cualquier manera. Con todo. ¿Para adornar? Yo creo que huevo duro picado sería una redundancia... Entonces: jamón picadito, unas puntitas de espárragos,... Según sean las tortillas, algo que combine bien. Nosotros estábamos hambrientos y no hemos puesto nada más. Pero claro, era un diario. 




     Hemos tomado las tortillas con un vino navarro rosado muy fresquito. La verdad es que fue una buena combinación. Deciros que es un buen entrante para una cena de invitados pero para un día normal, con una ensalada llega de sobra como comida ¿no os parece? A fin de cuentas lleva proteínas, hortalizas y la bechamel. No se puede pedir más.

     Me faltaba agradecer a Paz la idea de la tortilla de bacalao. Nunca la había hecho antes y está muy rica.


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