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martes, 8 de noviembre de 2022

Gijón y Avilés


   Aquí estamos... He tenido unos días tan entretenidos que me ha costado encontrar tiempo para contaros este breve viaje que hemos hecho a Asturias. Hacía casi treinta años que no visitaba estas dos ciudades del Principado, pues a Oviedo hemos ido en más ocasiones. Nos surgió y allí nos fuimos. Empezó nuestro viaje en Gijón, pues allí pernoctamos. 

   No tenía un recuerdo muy claro de Gijón más allá del puerto y la playa. Es una ciudad muy antigua, que fue romanizada , civitate Gegione, y podemos ver algunos restos de esta historia. Sin embargo, la verdad, a simple vista nos encontramos con una ciudad moderna, con una playa impresionante, la de San Lorenzo, y un comercio que quién se lo diera a Ferrol. La primera foto, es la playa de noche. Me gustó mucho dar un paseo nocturno por la arena. Había muchísima gente, muchísimos perros,... Y la temperatura era estupenda. Siempre digo que envidio las ciudades con playa. En el caso de Gijón es una playa magnífica. Llena siempre de gente. Es realmente bonita. 


   Al oeste, hay una nueva playa artificial, la playa de Poniente. Estuvimos comiendo por allí el primer día. En Tierra Astur. Tomamos quesos sobre tortos, tortu en singular, y un cachopo que nos sirvió de comida, merienda y cena. El sitio muy agradable y la comida brutal. Quiero decir con esto que muy rica y absolutamente saciante. Una experiencia. 



   La playa por la mañana es también preciosa. Al fondo la iglesia de San Lorenzo. En la península de Santa Catalina se encuentra el barrio de Cimadevilla, que es la zona más antigua de la ciudad, pero antes de llegar hasta allí, damos un paseo por la playa. 



   Hay algunas casas realmente bonitas, pero no es así todo el conjunto. Como en todas nuestras ciudades, nos encontramos edificios preciosos rodeados de enormes torres de pisos. ¿Qué le vamos a hacer?, es el progreso. Lo mismo que en La Coruña y Riazor, muchos edificios altos desde los que sin duda será muy hermoso ver el mar y la playa. 



      Nos dirigimos al otro lado de la península, al Puerto Deportivo de Gijón. Lo primero en lo que me fijo es en el impresionante Palacio de Revillagigedo. 


 

   Y el Puerto Deportivo, en ese día entre gris y azul tenía el agua un color precioso. 



   Vale la pena darse un paseo para ver todo el conjunto. 



   Después nos dimos un buen paseo por el centro. La Calle Corrida, peatonal, es la quizás la más conocida. Nosotros nos movimos por toda la zona, nos acercamos al Mercado e hicimos alguna compra. Hay muchos edificios de principios del siglo XX, creo yo, y también ejemplos de arquitectura modernista. No hice ya muchas fotos porque... eran ya muchas para mi móvil. 



   Nos dirigimos a continuación a Cimadevilla, donde comimos. Es un barrio pintoresco. Con rincones muy bonitos. 



      La foto de abajo, si no me equivoco, es el Museo Jovellanos. Es su casa natal. Uno de los más ilustres asturianos y un ilustrado.



 

      Ya de regreso del paseo, que fue muy largo, nos encontramos la playa con marea alta. Nos quedó de Gijón un recuerdo muy grato. Como yo no me acordaba de casi nada, me sorprendió mucho. Tan grande, tanta gente joven, un ambiente tan agradable. Me gustó mucho ir aunque temo que no vi ni la mitad de las cosas. Volveré.



   ¡Que no se me olvide! Esa tarde fuimos, para descansar un poco de la caminata, al Parque del Cabo de San Lorenzo. Cada cabo tienen su santo. A ver si averiguo por qué. Yo de este parque tenía un recuerdo de ir con los niños y mis hermanos a pasar el día. Lo encontré tan distinto... que me doy cuenta de cuánto nos engaña a veces la memoria. Desde allí, escultura incluida, hay una vista preciosa de la ciudad de Gijón. Era un atardecer fresco y bonito, el único rato en el que pasé algo de frío. También comentaros que nos hospedamos en el Parador, que está en el parque de Isabel la Catolica. Se contruyó sobre un viejo molino y estuvimos allí divinamente. El parque... bueno, tiene un estanque de aves que no he visto cosa igual en mi vida. Vale la pena acercarse a verlo. 



   Al día siguiente nos encaminamos a Avilés. En esta ciudad viví algunas semanas hace ya... treinta años, bueno, fui en varias ocasiones. Las fotos se han subido justo al revés de como yo las hice. Así que empezamos por el Parque del Muelle. 



   Una cosa curiosa es que yo me acordaba perfectamente de que allí estaba el Adelantado de La Florida, don Pedro Menéndez de Avilés que, efectivamente, reconquistó La Florida a los franceses en 1565.

 


   Al pasear por las calles de Avilés, sorprende la gran cantidad de patrimonio que tiene. El siguiente es el Palacio de Camposagrado, de estilo barroco, que hoy es una escuela de arte. 




   Está lleno de rincones encantadores. Aunque me falten nombres y datos, os digo que es un placer el paseo por la ciudad antigua.



   El Palacio de Ferrera es hoy en día un hotel, el Gran Hotel. Es un edificio del siglo XVII.




 Y otro palacio, el de Llano Ponte, que es en realidad un edificio indiano construido en el siglo XIX y que ha sido vivienda, colegio, convento y hasta sala cinematográfica. Lo que son las cosas. 



   La calle Galiana es quizás la calle más recordada por los visitantes. Famosa por sus 252 metros de soportales, tiene distintos pavimentos, para caballerías y viandantes. Yo recordaba un Avilés tristón, ennegrecido por el carbón. La verdad es que ahora sus calles están preciosas. Sus calles y sus plazas. 




   Y me queda hablaros del Parque Ferrera. Pertenecía, lógicamente, al Palacio Ferrera. Pasó a ser un parque público en 1976. Yo recuerdo ir con mis hijos, muy pequeños y es realmente bonito. Faltan montones de cosas por comentar, fotos que no hice y cosas que no habremos visto en nuestro rápido paseo. Por ejemplo, no hice foto de la Iglesia de San Nicolás de Bari, que sí visitamos. En su mayor parte es del siglo XIV y tiene un claustro adosado. Fue en principio de la orden franciscana. Me gustó mucho. 

    Como esta breve visita a Avilés, era más bien sentimental, de recuerdos entrañables, no puedo deciros que haya sido ordenada ni demasiado cultural. Tengo que volver con más tiempo a ver todos esos preciosos rincones. Decir también, que como tantas ciudades, perdió su muralla medieval y supongo que algunos edificios históricos. Nos duele el alma a algunos de pensarlo pero es la historia de las ciudades. Me sorprendió hace unos meses un artículo en el que se contaban cuántas iglesias románicas perdió Zamora... Y tiene muchísimas.

   Cosas curiosas. Los avilesinos, como los ferrolanos, consideran que su ciudad está edificada de espaldas al mar. Aunque las rías de Avilés y Ferrol no se pueden comparar. Ni las dos ciudades. Gijón, como La Coruña, es una gran ciudad con una magnífica playa y hay quien efectivamente las compara. Y si seguimos por esta senda, podríamos decir que Oviedo y Santiago, que tampoco se parecen en nada, son ciudades de interior, históricas, tienen Catedral y ambas forman parte del Camino de Santiago. Es más, hay un dicho que dice: 

El que va a Santiago

Y no al Salvador,

Visita al criado

Y deja al Señor.


   Se refiere, claro está, a la importancia de visitar la Catedral de Oviedo, del Salvador, cuando se hace el Camino de Santiago. 

   En fin, las comparaciones son odiosas... pero no he podido evitar pararme a pensar esto. 

   Me detengo ya porque si no, no voy a terminar nunca. Yo tengo ancestros asturianos por parte de madre así que puedo considerar que Asturias es un poco patria querida mía y, como ellos mismos dicen: Asturias es España y lo demás, tierra conquistada. Nada más amigos. Siento el lío que me he hecho con todo. No es tan fácil. Bicos.

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