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martes, 10 de mayo de 2022

Ciudad Rodrigo, la Alberca y La Peña de Francia


   Como os dije, creo, en la última entrada, tenía pendiente alguna excursión bonita. Más que excursión ha sido un viaje a La Meseta, a las provincias de Zamora y Salamanca. En Zamora ya me encuentro como en casa y, por segunda vez en meses, he recorrido tierras salmantinas. 

   Mi anfitrión y yo nos dirigimos a Ciudad Rodrigo con la intención de pasar allí el domingo. Es precioso atravesar castilla, más propiamente León, en primavera. Tengo por ahí una foto, no muy buena, que os puedo enseñar. La hice desde el coche, sin parar, pero se ve, aunque no sea muy bien, las distintas tonalidades del paisaje. Cielos azules, tierra roja y campos verdes y amarillos. Es un amarillo intenso que alegra la vista. Yo me preguntaba que sería, porque no eran trigales ni girasoles. Se resolvió el misterio: son campos de colza. Con la colza se hace aceite -nosotros no tenemos buen recuerdo de él- pero por lo visto en Europa se consume mucho. 


   Siguiendo con el viaje, llegamos a Ciudad Rodrigo hacia el mediodía y nos dirigimos a la Catedral. Entras y lo primero que visitas es el claustro. Tiene mezcla de estilos. Siglos XIV y XVI. Parte medieval y parte de estilo plateresco. 



   Es muy bonito pasear por él en un día de abril soleado y cálido. Desde el claustro accedemos a la Catedral. 



   No me gusta mucho poner fotos del interior de los templos pero me llamó la atención el suelo de pizarra que podéis ver en la siguiente foto. El templo se comenzó en tiempos de Fernando II de León, siglo XII. Tiene tres naves y, como todas las catedrales, se fue haciendo a lo largo de varios siglos. Tiene un Pórtico de la Gloria bellísimo, capillas laterales,... En fin, todas las maravillas que solemos encontrar en estos edificios. 



   Una cosa me llamó la atención. No hay retablo mayor, pues fue vendido a la Universidad de Tucson... ¿Qué queréis que os diga? Es una cosa triste pero ahora hay una imagen de la Asunción. A un lado San Pedro y a otro San Pablo. Hay también un museo catedralicio y todo esto lo vimos con cierta rapidez pero disfrutando mucho. No os cuento más porque me estoy liando y lo podéis ver en internet mejor explicado. Es una catedral muy bonita. 



   De la Catedral nos fuimos a pasear por las calles, que son realmente preciosas. Hay palacios, casas blasonadas, edificios más modernos de los siglos XIX y XX, un poco de todo. No hice muchas fotos porque... Eran demasiadas para mi viejo móvil. Tomamos unas tapas, entre otras cosas "patatas meneás" y nos dirigimos al Parador con intención de, desde allí, dar un paseo por el adarve o paseo de ronda. Las murallas son del siglo XII aunque han sufrido reformas. Desde la Torre del Parador pudimos ver la Vega del Águeda. No nos dio tiempo a mucho pero las vistas desde lo alto eran preciosas. Se divisaban las sierras nevadas al fondo. La más cercana, la de Francia. Espero no equivocarme con esto. Mi guía es un buen geógrafo pero yo soy un disparate. Nunca recuerdo estas cosas. 



   Antes de irme a La Alberca, no quiero dejar de contaros que las murallas se mejoran en el siglo XVIII, la época del Ferrol de la Ilustración. Así pues, además de las murallas medievales hay unas defensas exteriores que circundan gran parte de la ciudad. Son en forma de pico. Hay además numerosas puertas. Por la muralla  interior se puede pasear, como en la de Lugo, sí, ya sé que la de Lugo es romana, pero tiene la peculiaridad de que muchas casas dan al adarve, con lo cual es como una calle alta. Es un paseo muy agradable con vistas al río y a las sierras. Muy recomendable. 



   Como en Ciudad Rodrigo hacía mucho calor, se nos ocurrió ir a conocer La Alberca. Es de los pueblos más bonitos de España. Ya sabéis que ahora se habla mucho de eso. El año pasado estuve en Frías, en La Guardia y en La Puebla de Sanabria. Así que he visto cuatro de esas preciosas villas en poco tiempo. Lo que tiene viajar. 



   De allí salimos muy animados para ver este precioso pueblo de estilo medieval. Está en el corazón de la Sierra de Francia y es una preciosidad. Por bonito y bien cuidado vale la pena acercarse. Un poco turístico, como pasa siempre, pero realmente digno de verse.



   Son pocas fotos pero os hacéis una idea. Fue todo un poco de carreras.



   Una vez en La alberca nos dijimos, ¿por qué no subir a la Peña de Francia? Y allá nos fuimos. Mi anfitrión es muy aficionado a las montañas. ¿Qué decir? Pasamos de un paisaje de bosque aún sin hojas, a un monte nevado que nos impresionó mucho. En pleno deshielo, no creáis que hacía demasiado frío. Estaba lleno de gente, no fuimos los únicos a los que se nos ocurrió salir de excursión dominical, y fue una sorpresa con la que no contábamos. Pudimos ver el Santuario de Nuestra Señora de la Peña de Francia. Hay también convento y hospedería. Es la foto justo encima. 



   Con mucho miedo a resbalar por mi parte, nos asomamos a ver las preciosas vistas. Se vislumbra el embalse de Granadilla. Eso ya es Extremadura. 



   Para los gallegos las montañas altas y nevadas son algo de lo más vistoso. Ya veis que vistas tan espectaculares. Hay también un repetidor de comunicaciones que se ve desde todas partes. Desde Ciudad Rodrigo sin ir más lejos... 



   Creo que os he contado esto bastante mal. Sin acordarme demasiado bien de los detalles. Si tenéis ocasión, no dejéis de ir. Allí cerca están Las Batuecas... Según parece estar en Las Batuecas es andar distraído. Lejos sí que están. 

   Volvimos a Zamora con tranquilidad, atravesando un paisaje de dehesas donde pudimos ver muchas vacas, cerdos ibéricos, y aves volando sobre nosotros. La aves, que se cernían con elegancia buscando presas en los campos, nos hacía preguntarnos si serían halcones, azores,... águilas. Vimos algunas de bastante porte pero de aves rapaces sabemos poco o nada. 

   Termino aquí porque en algún momento he de terminar esta historia. Tengo el blog muy abandonado, lo sé. Son ya nueve años y me va costando sentarme a escribir. Sigo cocinando y preparo muchas cosas requetesabidas. ¿Qué os voy a decir que no sepáis? Tengo algunas cosillas pendientes que a ver si subo pronto. Estoy de nuevo en casa y contenta de haber regresado porque al hogar hay que volver. Ha sido un viaje precioso y ya os contaré algún paseo por Zamora. Es una ciudad que enamora. Nos vemos pronto por aquí. Bicos.
 

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