Este año le comentaba a mi marido las pocas veces que hacemos bacalao en casa. Quiero decir bacalao del bueno, no migas para canfurnadas rápidas. Entonces trajo un lomo que el mismo desaló durante 48 horas, cambiando el agua repetidas veces. Una vez listo, lo corto en cuatro pedazos, los mismos que comensales había, y dejó a mi libre albedrío la elección de la receta.
Había hecho yo unas semanas antes un rape -juliana- que nos encantó y decidí volver a repetir la receta. Lo primero fue enharinar los toros de bacalao y dorarlos en aceite caliente por ambos lados. No hace falta que se hagan por dentro. Los reservamos.
Aquí veis como quedó el interior. Tenía espinas pero fáciles de quitar. Las patatas estaban espectaculares, es como lo de las patatas del besugo, hace falta el besugo pero las patatas son casi lo mejor. ¿El bacalao? Estaba delicioso, mis hijos y mi marido quedaron francamente impresionados.
No es una cosa complicada pero si algo laboriosa y de las que da que fregar. Nosotros lo tomamos el Miércoles Santo e imagino que se convertirá en tradición. Tenía que contároslo, me parece lo correcto. Con otro pescado lo haríamos igual. Con merluza, mismamente. Pero el bacalao es algo especial. Os animo, como siempre digo, a hacerlo. Se puede hacer una cazuelita individual para uno. No hay pega. Siento no escribir más a menudo. Tengo una vida familiar intensa y bendecida. Una felicidad de nietos. Nos vemos pronto por aquí. Bicos.
Muchas gracias, lo cierto que me falta humor para la cocina, pero gracias a ti, copié tu receta. Eres un cielo querida Ana, es imposible pasar de largo por tu arte culinario. Un besiño
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. Besos.
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